El verdadero origen del nombre de Algeciras (III)
A finales del siglo XVIII Tofiño eliminó directamente el topónimo Isla de las Palomas de su cartografía al representar la bahía y lo sustituyo por el de Isla Verde
En anteriores entregas estábamos de acuerdo con la tradicional explicación en cuanto al origen del nombre de Algeciras, que efectivamente procede del Árabe al-yazirat al-hadra (la isla verde) pero dudábamos de que su origen fuera la contemporánea Isla Verde, situada frente a la actual Villa Vieja y hoy desaparecida por los rellenos del puerto.
Tras revisar el tema a fondo, comprobamos que se desconoce el nombre de ese accidente geográfico en la antigüedad, así como su morfología, que podía ser muy distinta a la actual. La primera denominación registrada es Hummhakim, en época islámica, mientras que los cristianos utilizaban simplemente el término isla de Algeciras o isla que está en la mar, sin más concreción. En la edad moderna aparece el topónimo Isla de las Palomas, con algunas pequeñas variantes. Pero a finales del siglo XVIII ese nombre empieza a alternarse con el de Isla Verde, que acaba sustituyendo por completo al anterior. Veamos cual fue el proceso:
En la segunda década del siglo XVIII, recorre la bahía un fraile mercedario con la misión de reconocer la zona al servicio de los proyectos de la orden. Su informe es la llamada Fuente Mercedaria, de 1719, en cuyo texto se dice, al describir las ruinas de Algeciras y concretamente sobre la isla de Algeciras: “…y a distançia de media legua de mar una Isla, que tendra 200 pasos en quadro, donde pareze han tenido viñas, y desde donde, si hubiera un castillo correspondiente a el muelle nuevo de Gibraltar pudiera impedirse la entrada de cualesquier navios a la ensenada de la Bahia”.
En sus informes (1721-1726), el ingeniero Marqués de Verboon afirma: “… además de un Islote llamado de la Palomilla que de 30 pies sobrepuja la Marea más Alta, situado este oueste a 400, tuesas de la Ciudad pequeña…”.
En 1748, Estrada dice: “A tiro de fusil esta la Isla de Las Palomas, fortificada con artillería”. Otro erudito de la ilustración, Ponz (1755 ó 1756) refiere: “A un tiro de fusil del continente hay una islita que llaman de las Palomas, fortificada con baterías por el lado que mira a la bahía”. En 1777, Francis Carter no concreta sobre el nombre: “Consta [el puerto] de un modesto muelle, defendido por la fortaleza de la isla.” El erudito Ignacio López de Ayala y Lobato se afirma en el topónimo ‘palomas’ en 1782: “Las islas de Algeciras, de Cucalis, Tarifa i la piedra Azeitera (…) Enfrente de Algeciras, pero con bastante inclinación sobre la derecha, está la isla nombrada de las Palomas, que es probable se vaya disminuyendo, pues a principios del siglo pasado pasaban á ararla i sembrar en ella desde la ciudad de Gibraltar”. En la misma obra, y en un plano desplegable de la Bahía, fuera de texto: Isla de Algeciras.
Hemos visto como a lo largo de casi todo el siglo XVIII el topónimo imperante era “Isla de las Palomas”, con alguna variante como “Palomilla”, con algún uso de simplemente “isla”… pero la situación cambiará a finales del siglo XVIII por obra de un notable científico, el brigadier Vicente Tofiño de San Miguel y Vandewalle (1732-1795), marino, astrónomo y cartógrafo, que fue jefe de la comisión encargada del levantamiento de los planos hidrográficos de las costas de España. Fue muy riguroso el trabajo sobre el estrecho y la bahía de Algeciras siendo conocida esta por Tofiño de forma directa e intensa, ya que en 1782 fue ni más ni menos que ayudante del Duque de Crillón, General en
Jefe del Gran Asedio de Gibraltar (1779-1783), teniendo Tofiño a su cargo el reconocimiento de los fondos donde habían de fondearse las famosas baterías flotantes. En esa década tambien desarrolló sus principales obras, como sus “derroteros” de 1787 y 1789 o el Atlas Marítimo de España…
De esos trabajos surge la denominación de Isla Verde, a la situada frente a la actual Vieja de Algeciras. Tofiño se encontró con el ya descrito “palomar”, formado por Punta Paloma, Cueva de las Palomas, Isla de las Palomas de Tarifa, islote de Las Palomas, junto a Punta Carnero, Isla de las Palomas de Algeciras e incluso Van den Wingaerde aplicaba el topónimo “la pengna de las Polombes” (Peña de las Palomas) a un islote muy cercano a la torre vigía de Vaqueros, en Estepona y que en el Siglo XVI estaba a poca distancia de la orilla. Tofiño realizó la primera cartografía moderna y totalmente fiable de las costas españolas y su obra ha estado vigente hasta casi la actualidad. El espíritu racionalista de nuestro brigadier le impedía aceptar el caos planteado por la abundancia del topónimo Palomas en la zona del estrecho. De esos elementos, la cueva de las Palomas nada tenía que ver con la costa, Punta Paloma no se prestaba a confusión, y la islita de las Palomas asociada Punta Carnero era poco significativa para la navegación, mientras que a fines del XVIII la Isla de las Palomas de Van den Wingaerde, en el área de Estepona, ya no sería tal por un avance de la sedimentación en la playa.
Quedaban las islas de las palomas en Tarifa y Algeciras que se prestaban totalmente a error, ya que, si ocurría un incidente naval en cualquiera de ellas, si no se especificaba bien cual era, podía prestarse a inoportuna confusión que desvirtuara una noticia o entorpeciera una intervención. Por lo tanto se salvó la isla de las Palomas tarifeña, al estar en un punto de obligado avistamiento en el estrecho y tener más unanimidad en la denominación. Sin embargo, la isla de las palomas de Algeciras estaba en un punto muy secundario para la navegación, y como hemos visto, existían más variantes en la denominación.
Por lo tanto, aquel gran racionalizador que era Tofiño eliminó directamente el topónimo Isla de las Palomas de su cartografía al representar la bahía y lo sustituyo por el de “Isla Verde”, sobre el cual a pesar de nuestros esfuerzos, no hemos hallado documentación alguna anterior a fines del siglo XVIII. Para mayor exactitud, hasta 1786 no aparece el topónimo, concretamente en la Carta de la Bahía realizada bajo la dirección de Tofiño, que utilizó un término que nunca había figurado en ningún tipo de documentación ni escrita ni gráfica. Lo más probable es que fuera a sugerencia de algún erudito contemporáneo, relacionado con Tofiño y con la comarca, cuyo nom
bre desconocemos y que ante la etimología de la palabra Algeciras, dedujo que la pequeña isla cercana a la ciudad “tenía que ser” la que provocó el topónimo. Tambien cabe pensar que ese hipotético erudito fuera del propio Tofiño, a quien formación histórica no le faltaba, pues entre otras instituciones, pertenecía a la Real Academia de la Historia.
Durante un tiempo, tras Tofiño, coexistieron tanto la denominación “tradicional y popular” como la “erudita” impuesta oficialmente por la cartografía y el uso diario de los profesionales de la navegación. Así, tras Tofiño, una de las primeras apariciones del topónimo Isla verde es en 1795, a cargo del escritor y diplomático francés Barón de Bourgoing: “Delante de Algeciras, muy cerca del litoral, está la islita de las Palomas, llamada también Isla Verde. Tiene un fuerte, guardado por un destacamento de la guarnición de Algeciras, y es tan regular su forma, tan linda, que parece creada por el hombre para ornato de un jardín inglés.” En diciembre de 1796, Leandro Fernández de Moratín anotará: “La defensa que hoy tiene [Algeciras] consiste en dos baterías, la una en la misma costa, y la otra en la isla de las Palomas”. Otros autores como, en 1805, el espía Robert Semple, no especificarán: “…y finalmente, como a medio tiro de fusil de la misma playa, una islita rocosa en la que se ha construido un fuerte de cierta importancia”. De la misma forma actúa en 18221823 Rochefort Scott: “Su defensa está encomendada a una islita rocosa, distante a 800 yardas…”. John Carr, en 1810, utiliza los dos nombres: “…se habían refugiado en una pequeña isla, poco distanciada de la costa llamada de las Palomas e Isla Verde”.
En 1860, Montero ya opta decididamente por Isla Verde: “El sitio que apareció como una isla a los árabes y en donde desembarcaron estos por primera vez dándole este nombre, es hoy una verdadera isla, asiento de una fortaleza llamada isla Verde. De manera que la ciudad ha conservado el nombre árabe, y la isla el equivalente castellano”. (Montero, 1860, 150). Hasta aquí, lo referente a documentos escritos; las aportaciones proporcionadas por mapas y cartas de navegación delatan una evolución paralela en el uso de los distintos topónimos.
Por motivos de espacio, no podemos exponer aquí una relación pormenorizada de las variaciones toponímicas en la cartografía referente a la isla de Algeciras y la cercana tierra firme, donde se asienta la ciudad, por lo que hemos sintetizado a partir del siglo XVIII: A)EN la cartografía de principios del siglo XVIII, Isla de las Palomas aparece con la misma frecuencia que Isla de las Algeciras o Isla de Algeciras.
B) Isla de la Palomilla, se pierde pronto.
C) Solo en un caso se utiliza Peña de las palomas.
D) Isla Verde aparece en 1786 a consecuencia de los trabajos de cartografía hidrográfica y en un principio convive con las anteriores, hasta que se institucionaliza a mediados del siglo XIX.
Resumiendo, por todo lo expuesto podemos afirmar que la interpretación tradicional sobre el nombre de Algeciras no se sostiene en cuanto a la identificación, naturaleza y posicionamiento del accidente geográfico que teóricamente da origen al nombre: según la citada interpretación tradicional, etimológicamente hablando el topónimo Algeciras procede del árabe al Y azi ra al- Had ra y quiere decir Isla Verde o Península Verde, lo cual es absolutamente correcto e innegable. Pero al explicar la razón por la que se adoptó tan bello y extraño nombre ya no es tan sencilla, pues aparecen incongruencias que suscitan dudas.
Lo habitual es creer que la ciudad musulmana tomó su nombre de una isla cubierta de verdor que frente a ella estaba y ésta no podía ser otra que la islita conocida desde la Edad Moderna como Isla Verde. Mas hemos comprobado que ésta no siempre se ha denominado así. Se ignora el nombre de la isla en la antigüedad, incluso si era isla entonces, o bien prácticamente una península. Tampoco se sabe, hasta que no se realice un estudio geológico, su evolución geomorfológica y la cronología de la acción erosiva marina. Estaba frente una ciudad romana, Julia Traducta, situada al sur del río, más los invasores arabo-bereberes del siglo VIII dispusieron otro nombre para la ciudad que fundaron al norte del río, al Y azi ra al- Had ra . Pero no denominaron a la isla de Algeciras (Isla Verde), sino Umm H aki m, nombre que al parecer resultó desconocido para los cristianos, que la denominaban simplemente Isla de la mar, no Umm H aki m, ni Isla Verde, pese a que conocían la traducción, utilizando solamente la primera parte del nombre en singular, Algezira, y, en plural, Las Algeziras, a partir de finales del siglo XIII (creación al sur del río de la ciudad meriní).
Durante la edad moderna se siguió ignorando el nombre de Isla Verde, y aparece Isla de las Palomas, utilizado a la par que Isla de Algeciras. Solo a fines del siglo XVIII se documenta el uso de Isla Verde, que no apareció por casualidad y sospechamos que fue a causa de la deducción de algún ilustrado, haciendo fortuna el nuevo topónimo por su belleza y oportunidad histórica, aparte de ser el impuesto por las mejores cartas de navegación de la época.
De todos estos cambios y variantes se deduce la relativa oscuridad que envuelve el origen de este nombre, que debe ser revisado y contrastado. En nuestra próxima y última entrega desarrollaremos algunas ideas alternativas y un sorprendente indicio de solución, en base a la paleotopografía y a los recientes estudios sobre fuentes bizantinas.