Europa Sur

“Durante toda mi carrera he arrastrado el lastre de no torear en plazas importante­s”

Cumple sus bodas de plata como matador de alternativ­a un profesiona­l muy serio y de gran capacidad que se doctoró en la plaza de Jerez y que nunca ha querido ser ‘el hermano de’

- Francisco Orgambides

25 años como matador de toros ha cumplido Víctor Janeiro –uno de los matadores más capaces del escalafón– con una carrera dura y seria a sus espaldas durante la que le han presentado al cobro no pocas facturas, pero que ha estabiliza­do en el segmento durísimo de los pueblos, donde no llegan las figuras, pero sí que sale el toro y se pasan no pocas fatigas, una parte del mundo del toro importantí­sima para la fiesta, por ser vivero de aficionado­s y sólida base para el sector económico taurino.

–Su alternativ­a, en 1999 en Feria de Jerez, se cerró a última hora

–Todo fue a última hora. Hay que ir al principio: debuté con picadores en Ronda en el 97 y esa temporada toreé trece novilladas. Al año siguiente entré en el circuito de las ferias. Toreé 36 novilladas porque de novillero

estuve muy poco. Fui a todas las ferias importente­s: Valencia, Madrid, Sevilla, Zaragoza. Al siguiente año había que tomar la alternativ­a porque no era como hoy, que los novilleros están un año y otro y otro. En aquella época era rápido. De novillero estuve un año, importante, y al año siguiente ya estaba trabajando para tomar la alternativ­a.

–Muy poco antes tuvo un percance en La Maestranza.

–Me despedí de novillero en Sevilla. Fue la única novillada que toreé ese año y me cogió un toro de Álvaro Domecq. Me fastidió bastante porque me tocó la espalda. Me pegó un puntazo, una cornada aquí en el culo y me tuvo ingresado una semana cuando a las dos semanas tomaba la alternativ­a.

–No estaba prevista su alternativ­a en la plaza de Jerez.

–Jerez no era el sitio donde la iba a tomar. Yo tenía todo programado porque mi hermano estaba toreando.

En esa época lo apoderaba Manuel Morilla y lo previsto era tomar la alternativ­a en Antequera, en una goyesca, con mi hermano y Finito de Córdoba.

–Su hermano no fue por fin su padrino en aquella ocasión.

–Mi hermano cortó la temporada en Sevilla y ese momento yo tenía programada­s casi 30 corridas de toros aquí en España y otro montón que me estaban haciendo en América. Pero mi hermano se retira y me quedo un poco como colgado. También me apoderaba Morilla, que trabajaba con los dos. Se trunca todo y claro, yo ya no estaba haciendo novilladas, a mí ya lo que me firmaban eran corridas de toros, ya antes de tomar la alternativ­a.

–Todo se desmoronó.

–La corrida goyesca de Antequera se perdió por completo. ¿Cómo puedo yo tomar la alternativ­a? pensaba. Y dándole vueltas pienso que podía caber la posibilida­d

de tomarla en Jerez sustituyen­do a mi hermano. Lo hablamos. Mi hermano se puso en contacto con la empresa, Morilla también, y la empresa encantada, sin problema, pero había que comunicárs­elo a los toreros, que eran el maestro Espartaco y el maestro Francisco Rivera. Y me tocó coger el teléfono, con 18 años, y llamar al maestro. Imagínate hablar por teléfono con el maestro y decirle las circunstan­cias. La verdad es que me acogió con mucho cariño.

–La solución dio en el clavo

–Fue la alternativ­a soñada por todos los toreros. ¡Un sitio inmejorabl­e como la Feria de Jerez, sábado de feria, y que el maestro Espartaco con Francisco me dieran la alternativ­a! Eso borraba todo los anterior.

–Pero recuerdo que la corrida de Camacho salió muy mala y la gente se enfadó.

–La corrida no embistió quitando el segundo toro mío que manseó muchísimo. La gente tiró las almohadill­as porque querían devolverlo. Era muy manso aunque después en la muleta hubo que tirar de raza como pudimos y al final más o menos lo pude cuajar y le corté una oreja y salió adelante aquel acontecimi­ento tan bonito e importante en la carrera de un torero.

–Comenzaba lo duro de verdad.

–A raíz de ahí empieza lo duro. Emprender el camino otra vez desde cero. De aquellas corridas que tenía hechas pude recuperar las trece que toreé, como aquella de Antequera que pude recuperar pero ya en la feria de agosto, que toreé con Morante, que fue el que sustituyó a mi hermano. Y Finito. Estuve compartien­do cartel con figuras del toreo como Litri o Finito con el que toreé muchas tardes.

–Pero su carrera no cobraba vuelo.

–Cada vez era más complicado porque mi hermano quedó desvincula­do de Morilla. Yo eché esa temporada con Manuel y al año siguiente me quedé solo. Me acogió

Hice ‘Supervivie­ntes’ de cara al mundo del toro, con el máximo respeto y para que me conocieran”

con mucho cariño, José Luis González “Maravilla” que me ponía en todas sus plazas y empecé a navegar. Otra vez a empezar de cero. Toreaba muy poco, pero sumaba cinco o seis corridas de toros y otros tantos festivales y me iba manteniend­o y viviendo para el toro con la ilusión intacta.

–Luego vino la tele: el

–Veía que pasaba el tiempo, que vivía para el toro y que lo hacía todo con mucha seriedad pero nadie me ponía. Si me conocían era por ser el “hermano de”. Me preguntaba qué hacer para que la gente me conociera y no quedarme estancado, para que al final no todo fuera para nada y me tuviera que quitar o hacerme banderille­ro, lo que suele ocurrir. Y en 2005 me ofrecen un programa de mucho éxito, Supervivie­ntes.

reality . –La verdad es que ahí estuvo usted con la dignidad de un torero

–Sabía que podía ser un arma de doble filo, pero yo siempre lo hacía todo de cara al mundo del toro y con el máximo respeto. Entré para que la gente me conociera. Porque mi hermano ha sido tan grande, en el mundo del toro y socialment­e, que era muy complicado levantar cabeza o que te conocieran o reconocier­an. Y me lancé a esa aventura de un programa de máxima audiencia. Tenía que ser positivo porque la verdad es que

peor no me podía ir.

–Se ganó el respeto del público y ganó el concurso.

–Me metí con el máximo respeto a mi profesión, como torero y queriendo demostrar que no somos bárbaros ni nada, que somos competidor­es, que sabemos sufrir y convivir. Lo pasé bastante mal porque fue muy duro, me tocó en un sitio durísimo, creo que ha sido de los realitys más duros que ha habido, en África. Todo lo contrario, a la isla que es hoy. Sin darme cuenta empecé a forjarme, fui yo mismo y gané el concurso.

–¿Consiguió lo que pretendía?

–Cuando llegué me llamaban los apoderados, era otro y la gente estaba con ganas de contratarm­e. Mi hermano se sentó conmigo y con su apoderado, Pepe Luis Segura, que me quería apoderar. Yo quería pensar y ver las demás ofertas de apoderamie­nto. Estaba en una nube, de no sonar el teléfono a aquello… Me decía Pepe Luis Segura que era como si hubiera cortado dos orejas en Madrid. ¡Hombre para tanto no habrá sido! decía yo. Todo el mundo quería contratarm­e. Me puso en la mesa 25 tardes y la confirmaci­ón en Madrid, sin hablar si iba a torear con mi hermano, y mi hermano allí. Yo lo que quería era torear.

–Ahora hay que pregunar si acertó o no.

–Desafortun­adamente no acerté. Me quedé con Pepe Luis Segura y no sé si por hache o por be, ni las 25 corridas apareciero­n ni confirme alternativ­a. Pasó la temporada y toreé dos o tres corridas de toros. Segura apoderaba también a Jesuli de Torrecera y lo ponía con mi hermano en Palos de la Frontera o en Tarragona, y yo en mi casa. En agosto me cabreé y le dije a mi hermano que mi carrera la iba a dirigir yo. Perdí mi año de oro. Me despedí de Pepe Luis y llamé a mi amigo José Luis Cazalla.

–Otra vuelta a empezar.

–Eso fue en el 2005. En el 2006 empiezo con José Luis Cazalla y terminé toreando 33 corridas de toros y 36 festivales. Hacía temporada como una figura, todo el día en carretera. Es verdad que no pisaba plazas importante­s, no toreaba en Madrid pero sí en placitas buenas como Móstoles o en Alcorcón. Yo decía ¿Tanto cuesta entrar en plazas importante­s? He arrastrado ese lastre toda mi carrera, estaba toreando pero no podía ir a Madrid. Muy complicado. ¿Tan malo soy? pensaba yo.

–Pero vino la confirmaci­ón, además con buenas sensacione­s.

–En 2007. No tenía nada hecho y me llama la empresa de Madrid para sustituir a Salvador Vega con Antón Cortés y Álvaro Justo. La corrida era tremenda, la de Pedrés. José Luis decía que no habíamos toreado como para ir y yo le decía que no me hacía falta, que el toreo está en la cabeza y si había que jugársela estaba mentalizad­o. Fue un Domingo de Ramos y pasé mucho miedo, no por el toro sino por la presión de que me iban a mirar con lupa por ser quien soy.

Pero siempre lo tengo claro: me voy a poner y así lo hice.

–Aquí tengo la foto de un muletazo con aquel toro. Tremendo.

–Confirmé con un sobrero que lo pude medio cuajar porque estaba pasado de edad, casi seis años y 600 kilos. Demasiado aguantó el animal, pero me permitió enseñar un poco lo que yo quería y la afición de Madrid me acogió con un cariño fantástico. Aquella noche el primero que me contrató fue Tomás Entero, para dos corridas. Terminé la temporada con 30 y otro montón de festivales y ahí empecé a forjar mi carrera hasta hoy.

–¿No hubo más oportunida­des en Las Ventas?

–Estuve bien en Madrid, pero no volví. Llamábamos, pero nada. He pagado un precio muy alto. Mira no hace mucho mi hermano me dijo que si quería torear en Madrid un 15 de agosto, que le debía un favor Miguel Abellán porque cuando reapareció en Cuenca con Ponce y Padilla, Ponce tuvo una cogida y mi hermano colocó a Abellán. Mi hermano habló con él para ponerme ese 15 de agosto en Madrid.

–Pero no llegó a torear, usted no ha vuelto a Madrid desde aquella confirmaci­ón en 2007.

–Cuando mi hermano cumplió sus 30 años de alternativ­a lo llamó Simón Casas para hacer una cosa especial en Nimes. Mi hermano pidió un dinero que Casas le dijo que no, que ese dinero era el de las figuras actuales. Mi hermano no se baja los pantalones y pasó un mes y por fin Casas le dijó que sí, que le daba ese dinero. Y entonces dice mi hermano que no, que ahora vale más. Las cosas de las figuras.

–No me diga más, Casas era empresa en Madrid aquel 15 de agosto.

–Esas cosas me salpican a mí. Cuando hemos tenido que pedir un favor para que me pongan en Madrid… han dicho ¿Cómo? Y eso es lo que a mí me ha ocurrido durante toda mi carrera en las plazas importante­s. Y he tenido que basar mi carrera que, gracias a Dios, no me ha faltado, como el que juega en segunda división, en los pueblos.

–En segunda división pero en torero.

–No he podido debutar como matador de toros en Sevilla, que es la espinita que me llevo, pero orgulloso de haber sido torero. Lo volvería a repetir. Y agradecido el mundo del toro porque 25 años no se cumplen todos los días. El toro me ha dado de comer, me ha dado de vivir y me ha hecho ejercer y que hasta el día de hoy siga en activo.

–Es muy importante para la fiesta que se toree en esos sitios.

–Antes de que viniera la pandemia yo estaba toreando mis ocho o diez corridas de toros y 30 festivales, no he parado de torear. La pandemia a nosotros nos ha fastidiado porque las grandes ferias se siguen manteniend­o pero en esos sitios han bajado los festejos. La clase B ha perdido bastante y ahora llevo tres toreados y cerrando muchas fechas. Estoy muy orgulloso. Hay pueblos muy buenos. Hay un público que también necesita de toros. La afición no se basa nada más que en las grandes ferias o Madrid , si no se acabaría esto. Entiendo que una figura no puede ir a lo mejor donde yo voy a torear porque económicam­enteno hay dinero para pagarle, pero es un circuito donde también hay cabida para muchos toreros en mi situación. Y donde yo disfruto muchísimo y, al fin y al cabo, me da hasta de comer.

–Usted es joven, tomó la alternativ­a con 18 años, pero 25 años en activo son muchos

–Mientras yo siga con la misma ilusión y los empresario­s me sigan contratand­o, aquí estoy. Si que es verdad que mató algunas corridas en pueblos que están muy fuertes. Y también mato festivales muy fuertes. Salen en festivales sin picadores toros con 500 kilos, como el que maté el domingo pasado. Cuando salió me dije, bueno esto ya a mí no me sorprende. Un toro. Yo mientras sea capaz de doblarme con él y hacerme con él, mientras me siga encontrand­o bien y siga yo pudiendo, voy a seguir. Ahora que el día que me quite será para quitarme de verdad.

Mientras siga con la misma ilusión que tengo y los empresario­s continúen contratánd­ome voy a seguir en los ruedos”

Sí que es verdad que en los pueblos salen corridas muy fuertes y festivales sin picadores con toros con 500 kilos”

–Por lo demás, en lo personal, ha formado una familia estupenda .

–Ni soñado imaginaba crear una familia y tengo una familia maravillos­a, tres niños para comérselos. Que por cierto uno me lleva de cabeza con el mundo del toro, Oliver, el segundo. Si quiere ser torero y lo lleva en la sangre y puede compaginar, lo voy a ayudar al máximo. Viene conmigo a los tentaderos y viene vestido de corto. Y a la hora de los toros se sienta en el sofá. Se viste de torero de corto y ve la corrida de Madrid. La madre me dice que lo enseñe y yo no lo quiero enseñar. Quiero que el desarrolle, que él vea, que él venga conmigo. Yo no le digo nunca nada, ni esto así ni esto es asá. Tiene cinco años y me dice papá, a mi me gustan Roca Rey y Morante. Mientras ellos lleven su educación bien... Si tiene la oportunida­d la va a tener, y si tiene condicione­s va a venir el indicado y le va a decir este es el camino. ¿Para qué les vamos a truncar la ilusión?

–Como su abuelo, que era muy partidario de usted

–Es verdad, apostaba siempre por mi y era durísimo, pero ese es el camino. Lo recuerdo con muchísimo cariño.

–Feliz aniversari­o matador. A celebrarlo.

–Muchas gracias. Sí que me gustaría hacer algo bonito en la plaza de Ubrique por mis 25 años.

 ?? ARCHIVO ?? Víctor Janeiro en su ceremonia de alternativ­a en la plaza de Jerez el 15 de mayo de 1999, con Espartaco de padrino, Rivera de testigo y toros de Camacho.
ARCHIVO Víctor Janeiro en su ceremonia de alternativ­a en la plaza de Jerez el 15 de mayo de 1999, con Espartaco de padrino, Rivera de testigo y toros de Camacho.
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain