Nissan GT-R Track Edition
¿Preocupado por si sus recientes cambios han ablandado el temperamento del GT-R? Entonces, la edición Track Edition restablecerá tu fe en él.
SSÉ QUE NO TIENE SENTIDO atribuir cualidades humanas a la tecnología, pero juraría que el navegador está molesto conmigo. Si te preguntas por qué sostengo algo tan absurdo, te diré que le estoy haciendo más bien poco caso. El problema está en que estoy disfrutando tanto del GT-R Track Edition que me cuesta optar por los aburridos trayectos que me propone. Cada vez que me paro en un cruce y la pantalla me indica que me dirija hacia alguna típica carretera de dos carriles, encuentro más atractivo llevar el GT-R hacia un asfalto más interesante y retorcido.
En junio del año pasado tuve la oportunidad de probar el GT-R de 2017 en su especificación estándar. Pude pasar por algunas autobahns, carreteras comarcales belgas y, finalmente, llegar a una ‘pequeña pista’ llamada Spa Francorchamps. Las conclusiones fueron que el GT-R 2017 había dejado de ser tan radical para ser un poco más gran turismo. Su actitud subyacente se mantenía y seguía siendo brutalmente rápido, pero en marcha se sentía más dócil y parte de su agilidad se había diluido al transformarse en un coche de comportamiento más políticamente correcto.
Y aquí es donde entra la nueva versión Track Edition, que incluye algunos sugerentes accesorios de serie –ver Técnica–. El habitáculo cuenta con todas las mejoras en refinamiento ya vistas en el modelo que probamos en junio, más unos preciosos baquets con respaldos en fibra de carbono que sujetan muy bien el cuerpo y que resultan suficientemente confortables para recorrer largos trayectos.
El Track Edition tiene el mismo motor 3.8 V6 biturbo de 570 CV y 637 Nm que el GT-R ‘normal’. Si te parece que esto es decepcionante, permíteme que te confirme que se siente cambiado. Es salvaje en la forma de ‘lanzar’ al coche por la carretera, resulta cautivantemente progresivo y siempre tiene fuerza disponible para equilibrar el peso regulando el pedal del acelerador, ya que este ofrece una respuesta más nítida que en el GT-R ‘estándar’.
En cuanto te topas con la primera curva peraltada y la afrontas con decisión, te das cuenta de que el Track Edition está mucho más ‘centrado’ como deportivo que el GT-R ‘convencional’. La templada forma en la que el GT-R ‘normal’ se introduce en cada curva es aquí reemplazada por un eje delantero que ‘muerde’ el vértice interior y que parece ordenar al trasero por dónde pasar. No obstante, propásate un poco con el acelerador y las ruedas traseras perderán adherencia de forma más