Porsche Panamera 4S Diésel Sport Turismo
Seguro que alguna vez has oído decir que el Panamera contaba con una estética similar a la de un 911 ‘alargado’. Esta nueva carrocería ya es otra cosa.
LA DENOMINACIóN SPORT TURISMO es muy sugerente, sobre todo si la asociamos a un modelo como el Panamera. En el año 2012, la firma de Stuttgart presentó un concept con ese nombre que gustó mucho no sólo a la prensa especializada, sino también a los seguidores de la marca; incluyendo a los más ‘cerrados’ que piensan que modelos como el Panamera o el Cayenne son ‘males necesarios’ para la supervivencia de sus deportivos más puros.
Cinco años después, ya está disponible esta nueva carrocería en la segunda generación del Panamera. Con un planteamiento parecido al del Mercedes CLS Shooting Brake – quizá su máximo rival en el mercado–, sobre el papel nos ‘venden’ la pretensión de mejorar la faceta práctica respecto a la variante normal. Sin embargo, este objetivo se cumple a medias.
El titular principal si hablamos del habitáculo es que estamos ante el primer Panamera con cinco plazas homologadas. El problema es que la destinada al pasajero central es testimonial; está pensada para desplazamientos cortos, ya que no resulta cómoda y exige una postura forzada de las piernas para ‘esquivar’ el voluminoso túnel de transmisión central – de hecho, la propia marca considera el habitáculo como un 4+1 plazas–.
La mayor ventaja desde el punto de vista práctico entre un Panamera ‘normal’ y el Sport Turismo es que el borde de carga del maletero queda bastante más cerca del suelo – en concreto, pasa de 80 a 63 centímetros–, lo que facilita la introducción del equipaje. Además, la capacidad aumenta de los 500 litros de la berlina hasta los 520 litros del ST.
Del pilar B en adelante, el interior es igual al de un Panamera estándar. Esto implica una postura de con-
ducción excelente, una sensación de calidad al alcance de pocos y una cantidad de superficies táctiles que, hasta pasado un cierto tiempo, pueden llegar a abrumar al conductor a la hora de manejar los diferentes sistemas mientras se conduce.
Además, otra novedad es la incorporación de un llamativo alerón retráctil en la parte final del techo. El ángulo del spoiler se ajusta en tres etapas dependiendo del modo de conducción seleccionado y la velocidad, generando una fuerza de apoyo adicional de hasta 50 kg en el eje trasero.
Hasta una velocidad de 170 km/h, el alerón permanece en su posición retraída con un ángulo de menos 7 grados, lo que optimiza la aerodinámica y así el consumo de combustible. Por encima de 170 km/h, este elemento adopta un ángulo de un grado positivo con el objetivo de aumentar la estabilidad. En los modos de conducción Sport y Sport Plus –los más deportivos–, el spoiler se mueve
automáticamente a esta posición a partir de 90 km/h.
La presentación internacional del Sport Turismo tuvo lugar en la ciudad canadiense de Vancouver, donde tuvimos la oportunidad de conducir un mayor número de kilómetros el 4S Diésel; probablemente la versión más lógica si lo que pretendes es realizar viajes largos a un ritmo brutal sin tener que parar con más frecuencia de la deseable a repostar.
El rendimiento del motor 4.0 V8 diésel de 422 CV resulta espectacular – ver técnica–. Pisar el acelerador a fondo se traduce en un nivel de avance soberbio, desplegando toda su fuerza desde apenas el ralentí hasta las 5.000 vueltas – el par motor, de nada menos 850 Nm, está disponible entre 1.000 y 3.250 rpm–. La banda sonora se puede calificar incluso como deportiva, sobre todo teniendo en cuenta que hablamos de un propulsor alimentado por gasóleo. La maniobra que mejor ejecuta esta versión son los adelantamientos, con una capacidad de recuperar velocidad que te deja sin aliento. De hecho, las cifras no mienten: es capaz de pasar de 0 a 100 km/h en 4,3 segundos, algo que roza lo surrealista en un ‘aparato’ de 2.170 kg de peso – 45 kg más que el Panamera 4S Diésel con carrocería berlina–.
La cifra es todavía más impresionante si tenemos en cuenta que es 0,3 segundos más rápido que un 911 Carrera con cambio manual y un peso de 1.505 kg. En general, se nos ocurren pocos vehículos en los que mantener un crucero elevadísimo con una facilidad pasmosa.
En lo que se refiere al comportamiento, el Panamera Sport Turismo es igual de bueno que el estándar, con un gran compromiso entre comodidad y control de los movimientos de la carrocería. Las reacciones son incluso mejores si se monta el sistema de
‘El Panamera 4S Diésel Sport Turismo es 0,3 segundos más rápido que un 911 Carrera con cambio manual’
estabilizadoras activas combinado con el reparto vectorial del par, por unos razonables 5.165 euros. También resulta recomendable el eje trasero direccional... por otros 2.249 euros.
Conduciendo rápido por carreteras secundarias, tienes siempre la sensación de llevar un automóvil mucho más pequeño... y tan sólo en las frenadas fuertes hay que tener en cuenta la masa que manejas – en el Sport Turismo, el diámetro de los discos de freno pasa de 360 a 390 mm en el eje delantero; y de 330 a 365 mm en el trasero–.
Si hablamos del cambio automático de doble embrague y ocho marchas, su funcionamiento es perfecto. Combina suavidad y rapidez de forma superlativa, y permite aprovechar todo el rendimiento que ofrece el motor. Esto, junto con una sofisticada tracción total, hace que el traslado de la potencia al asfalto resulte muy eficaz, lo que permite progresar sin perder ni un solo caballo en todo el proceso.
El único punto mejorable es el tacto de la dirección, ya que filtra más información de la que debiera, lo que impide al conductor conocer con exactitud en qué punto de adherencia están los neumáticos delanteros. Es muy precisa y directa, pero parcialmente inerte. No obstante, el Panamera no deja de ser una berlina de lujo, y este tipo de aislamiento es el que, al final, solicita el cliente. Es decir, comodidad y que el coche pase por donde se le indica.
¿Triunfará esta variante? Seguro. Pero no creo que su éxito esté relacionado con la necesidad, por parte de los compradores, de un Panamera más práctico –para eso está el Cayenne–. Es más bien una alternativa de estética atractiva y singular... que no menosprecia la esencia del modelo original.
Por precio, este Panamera 4S Diésel ST cuesta 138.114 euros, lo que suponen 5.491 euros más que su equivalente en berlina.