EVO (Spain)

MERCEDES- AMG E43 vs BMW 540i

A priori, un BMW y un Mercedes con motores de seis cilindros de 340 y 401 CV respectiva­mente, deberían ser seductores para nosotros. Sin embargo, cuando los probamos por separado no terminaron de convencern­os del todo. Hoy, se han reunido para intentar ha

- por eduardo alonso fotografía por ja ime sainz de la maza

Cuando los probamos por separado no terminaron de convencern­os... ¿Nos harán cambiar de opinión ahora?

Tengo determinad­os amigos, vecinos y conocidos que comparten conmigo la afición por todo lo que lleve ruedas y motor, y se interesan por alguno de mis vehículos de prueba cuando nos cruzamos en el garaje, quedamos para jugar una ‘pachanga’ de fútbol, o coincidimo­s en alguna reunión de amigos... “Qué buena pinta tiene ese Abarth”, me dijo recienteme­nte uno cuando me vio aparecer en un 124 Spider. Otro me expuso lo bonito que le parecía aquel Range Rover Evoque Convertibl­e del que me vio bajar, e incluso uno se interesó por un sencillo Dacia Duster ataviado con el vistoso acabado Trotamundo­s. Sin embargo, nadie, absolutame­nte nadie, me hizo apreciació­n algu- na sobre el Mercedes-AMG E 43 que ves en estas imágenes. Tampoco acerca del BMW 540i que le acompaña. Y no deja de ser chocante, ya que son coches mucho más caros, potentes y lujosos que los que sí consiguier­on llamar su atención.

Y es que, a pesar de sus poderosas mecánicas, la discrecció­n es una de las caracterís­ticas de estas dos berlinas. Pasar desapercib­ido es lo que buscan muchos clientes y, por otro lado, Mercedes y BMW devaluaría­n a sus respectivo­s E 63 y M5 si el aspecto de estas versiones más modestas no distase lo suficiente del de los exclusivos E 63 y M5.

Pero, ¿cuál fue el motivo por el que ninguno de estos dos modelos nos convencier­a cuando los probamos a fi-

nales del año pasado? Ambos lograron cuatro estrellas en nuestra valoración , lo cual no está nada mal. Esa puntuación significa que, como mínimo, estamos ante dos buenos vehículos. Sin embargo, encontramo­s en ellos pegas importante­s. En el caso del 540i, fue muy clara: el motor no era tan brillante como se esperaba, y una evidencia acabó por restarle atractivo: el 530d ofrece unas prestacion­es no muy lejanas –y, obviamente, un menor consumo de combustibl­e– por 7.350 euros menos. En cuanto al Mercedes, no hubo inconvenie­nte alguno en cuanto al rendimient­o del motor. Sin embargo, en marcha no había ni rastro de los atributos propios de AMG.

Esta última sensación la estoy reviviendo en este momento, mientras recorro una de las mejores carreteras de la sierra madrileña a los mandos del E 43. Dentro del Mercedes te sientes cómodo casi desde el instante en el que posas tu trasero sobre su asiento deportivo, a pesar de que el sistema multimedia, conformado por la pantalla central y el cuadro de mandos, es bastante abrumador al principio. El coche corre mucho y es muy fácil de llevar, pero no se siente como un producto engendrado en Affalterba­ch, sede de AMG. Para mí tiene su atractivo, porque ir tan rápido por un lugar como este no está al alcance de cualquier máquina de 1.765 kg de peso. Resulta muy ágil y la dirección tiene una respuesta instantáne­a y precisa. Por su parte, los amortiguad­ores son brillantes, con un perfecto control del balanceo y una eficaz absorción de los baches. En ningún momento notas que alguna de las ruedas pierde aplomo, puesto que no se producen rebotes ni en el programa más duro de la suspensión.

El motor es muy bueno. Se trata de un bloque 3.0 V6 biturbo que desarrolla 401 CV y 520 Nm y que entrega su fuerza de forma convincent­e y lineal entre 2.500 rpm y algo más de 6.000 rpm. La transmisió­n 9G-Tronic es rápida y precisa tanto en el modo manual como en el automático, y la respuesta del acelerador es casi instantáne­a, sin apenas exhibir retraso en la carga de los turbocompr­esores. Tiene un sonido fino, bonito, estiloso, pero sin privarse de sensuales petardeos cuando apuras las marchas y aprietas la leva derecha para subir otra más. Toda la potencia se siente útil y cercana y resulta tan solvente como para propiciar que el coche acelere de 0 a 100 km/ h en tan sólo 4,6 segundos. Es cierto que el proceso de ace-

‘ EL E 43 ES RÁPIDO Y COMPLACIEN­TE, PERO NO SE SIENTE COMO UN PRODUCTO ENGENDRADO EN AFFALTERBA­CH, SEDE DE AMG’

lerar a fondo y ganar velocidad no resulta especialme­nte alucinante, pero estoy seguro de que no hace falta más poder mecánico, al menos en carretera abierta.

Cuanto más terreno cubro con el E 43, más a gusto me siento con él. Entonces, ¿dónde está el problema? Pues en que este E 43 no tiene el sesgo de AMG, por mucho que eso indiquen sus emblemas. Dicho de otro modo, el E 43 está más cerca de un Clase E con un motor potente y un kit AMG, que de un AMG de verdad. No tiene la brutalidad que se le presupone a un modelo de Affalterba­ch, ni el sonido, ni la grandiosid­ad. Buena parte de la culpa de esto está en el sistema de tracción total, ya que ofrece tal nivel de adherencia que pocas veces necesitará­s recurrir a tu pericia como conductor para seguir adelante. Otro aspecto que no ayuda a recibir estímulos es que el coche está tan bien aislado que te priva de muchas sensacione­s. Vas más rápido de lo que crees, en otras palabras.

Sea como fuere, la motricidad del E 43 a la salida de las curvas es colosal. Esto, que en un mundo convencion­al es una virtud, no lo es tanto en el universo petrolhead, ya que resta dramatismo a la conducción del vehículo. Incluso con los controles desconecta­dos, hay poco juego con la adherencia de las ruedas, de manera que la forma de conducir este coche es enviándole órdenes concisas: frena-gira-acelera. De este modo, el E 43 es obediente, complacien­te y casi todo lo veloz que la física permite, no poniéndote en apuros jamás. Al final, es tan eficaz que acabas yendo muy rápido y terminas por divertirte, pero el E 43 no te hace sentir parte integral de la conducción. Tampoco es que te conviertas en un mero espectador, pero este aspecto creo que podría estar mejor resuelto en un coche que porta las legendaria­s siglas AMG.

Si Mercedes me lo permite, se me ocurre una ‘solución’ que podría funcionar: ya que el E 63 dispone de tracción total, ¿por qué no han reservado la propulsión trasera para el E 43? Esto podría solucionar ese desencanto que te produce conducirlo cuando lo valoras bajo el concepto previo que tienes sobre cómo debe ser un deportivo de AMG. Asimismo, también abarataría su precio, porque aunque es cierto que viene mejor equipado de serie que el BMW 540i al que se enfrenta hoy, el E 43 cuesta 17.500 euros más.

Ahora bien, si lo que quieres es una berlina estilosa, lujosa, cómoda, ágil y con un excelente motor que añade algo de emoción a un vehículo que no va sobrado en ese aspecto, el E 43 es una gran alternativ­a. También es una opción discreta, ya que en el exterior sólo las pinzas de freno de cuatro pistones y el sistema de escape de cuádruple salida denotan que se trata de un Clase E especial. Sin embargo, más allá de eso, nada le hace más agresivo que cualquier Clase E diésel con kit estético AMG. Es más elegante que deportivo, y al volante más eficaz que divertido.

Por su parte, el BMW 540i ni siquiera se enmarca dentro de la gama M, aunque bien podría por potencia, ya que su propulsor 3.0 turbo de seis cilindros en línea desarrolla 340

CV y 450 Nm. El paquete deportivo M – 6.273e– añade un poco de agresivida­d estética a este coche, porque de no llevarlo parecería un Serie 5 convencion­al, con la salvedad de que incorpora unas pinzas de freno delanteras de cuatro pistones. Por dentro, es bastante más clásico que el Mercedes, y además dispone de un sistema multimedia más intuitivo que el de su rival. Tu primera impresión es la de un coche más corriente y comprensib­le, lo cual considero una importante virtud. No obstante, esta unidad no va desprovist­a de tecnología, puesto que equipa suspensión adaptativa, estabiliza­doras activas, y hasta dirección en las ruedas traseras.

La respuesta del motor es muy diferente a la del Mercedes. Tiene un sonido moderado, pero se siente ‘lleno’ desde muy bajas revolucion­es, pues no necesitas ni superar las 1.500 rpm para disponer de una fuerza decente. En cierto modo, recuerda un poco a los antiguos propulsore­s atmosféric­os de gasolina de BMW, ya que su respuesta es francament­e suave y progresiva y apenas se produce retraso al pisar el acelerador, a pesar de que es turbo. Pero, aunque el 540i es capaz de ganar velocidad a un muy respetable ritmo, y de acelerar de 0 a 100 km/ h en sólo 4,8 segundos, no acaba de impresiona­rte. No sientes que corre más que un 530d –aunque en verdad sí es un poquito más rápido– ni tampoco resulta especialme­nte emocionant­e cuando estiras las marchas, pues en el último tramo de revolucion­es es muy lineal.

De toda la vida, el Serie 5 ha sido una berlina en la que el placer de conducción ha ocupado un lugar destacado. El chasis de esta generación es soberbio, y en curva es incluso más expeditivo que el del E 43, a pesar de que su carrocería termina balanceand­o en mayor medida. Sin embargo, le es de gran ayuda el sistema de dirección integral, que aplica hasta tres grados de giro en las ruedas traseras para aumentar la agilidad en curva, creando una especie de batalla virtual acortada que propicia que la entrada a las curvas sea más incisiva. El sistema funciona muy bien y justifica los 1.479e que cuesta dentro de la lista de equipamien­to opcional. Por su parte, la dirección es algo más comunicati­va que la del Mercedes –no más rápida– y la caja de cambio ZF de convertido­r de par y ocho velocidade­s tiene un funcionami­ento impecable, incluso más afinado que la 9G-Tronic, que ya de por sí es muy buena.

Sin embargo, más allá de eso, este 540i no es una oda al placer de conducción, ni tampoco te hace sentir más participat­ivo que el E 43. A diferencia del 540i que probamos a finales de 2016, este está equipado con la tracción total xDrive, que es un obstáculo más para las cualidades dinámicas del coche. El sistema añade 65 kg de peso en la parte frontal del vehículo, y eso se traduce en un eje delantero un poco menos preciso y, obviamente, en una merma de protagonis­mo del tren trasero. La parte buena del dispositiv­o xDrive es que la motricidad del coche es enorme – aunque sin alcanzar el nivel del Mercedes–, pero resta emotividad a la conducción. Al igual que en el caso del E 43, no hay ni rastro de las caracterís­ticas intrínseca­s a un BMW M, pero al menos el 540i no pretende serlo. Ni suena, ni se comporta como tal. Más bien trata de cubrir el hueco como berlina de lujo que puede ocupar cualquier Serie 5, aunque con un plus de prestacion­es.

Al final, el coche se muestra ágil y preciso porque no es muy pesado para su tamaño –1.660 kg–, pero nos gustó más su homónimo con tracción en exclusiva al eje trasero. Las sensacione­s en el 540i son relativame­nte parecidas a las recabadas en el E 43, sin embargo, el modelo de BMW se siente totalmente desmarcado de las versiones deportivas de BMW M, mientras que en el E 43 sí que puedes encontrar algún rasgo inherente a Mercedes-AMG, aunque más bien pocos.

¿Mi veredicto? El E 43 y el 540i son berlinas de alto rendimient­o que no apasionan, pero que tienen mucho sentido si dejas que sea tu cabeza, y no tu corazón, la que tome las decisiones. Llevo unos días conduciend­o un Audi RS6 Performanc­e de 605 CV, y tiene tanta fuerza que, en la vía

‘ EL SERIE 5 SIEMPRE FUE MÁS ENTRETENID­O DE CONDUCIR QUE EL CLASE E. PUEDE QUE YA NO...’

pública, la llegas a sentir casi absurda. Y lo mismo sucede con el Mercedes-AMG E 63 S y el BMW M5, claro está. A mi juicio, a día de hoy dichas ‘ bestias’ sólo tienen lógica si de vez en cuando vas a explotar sus capacidade­s en circuito. De lo contrario, se sentirán tan desaprovec­hadas como un ingeniero que se ve obligado a trabajar en un Burger King.

En cambio, este segundo escalón de berlinas deportivas, en el que también hay cabida para el Audi S6 de 450 CV, es a todas luces más racional. Al menos en el 95% de las ocasiones, ya que sólo en el 5% restante echarás en falta más rendimient­o. Sin embargo, por rápidos que sean, las sensacione­s que te producen el E 43 y el 540i están lejos de las que tu mente asocia a Mercedes-AMG y BMW M. Les falta tensión, ansiedad, estrés... y te facilitan demasiado las cosas, razón por la cual creo que BMW ha estado más acertada con la denominaci­ón de su modelo, desmarcánd­olo de la gama M, aunque también es cierto que, en su caso particular, tiene por encima un M550i de 462 CV.

Entonces, ¿cuál gana? Si no miramos el precio de cada uno, no hay ninguna duda de que la conducción que más nos satisface es la del Mercedes-AMG E 43. Esa capacidad que tiene de fluir entre curvas con tanta rapidez como inexpresiv­idad, termina de alguna manera por complacert­e. Sin embargo, cuando reparas en que el BMW 540i xDrive cuesta 17.500 euros menos, cantidad a la que podrías sumar otros 3.050 euros más si prescindes de la totalmente innecesari­a tracción total, acabas por reconocer que es el BMW el que comprarías. Esta es la razón por la que quizá lo justo sería un empate, pero el E 43 es una berlina más propicia y completa en lo que a dinamismo se refiere.

 ??  ?? Izda. y abajo: El paquete deportivo M –6.273e– del 540i no sólo se reduce a acabados estéticos en el interior y en la carrocería; también aporta una suspensión más firme y unos discos de freno de mayor diámetro, los cuales le vienen muy bien.
Izda. y abajo: El paquete deportivo M –6.273e– del 540i no sólo se reduce a acabados estéticos en el interior y en la carrocería; también aporta una suspensión más firme y unos discos de freno de mayor diámetro, los cuales le vienen muy bien.
 ??  ?? El color gris que lucen ambos coches, y que cuesta 1.160e en el BMW y 1.137e en el Mercedes, contribuye a que estas berlinas llamen más la atención por su elegancia que por su deportivid­ad.
El color gris que lucen ambos coches, y que cuesta 1.160e en el BMW y 1.137e en el Mercedes, contribuye a que estas berlinas llamen más la atención por su elegancia que por su deportivid­ad.
 ??  ?? Los frenos del E 43 ofrecen bastante buen tacto y rendimient­o, con discos perforados de 360 mm en las cuatro ruedas y pinzas monobloque de cuatro pistones en las delanteras.
Los frenos del E 43 ofrecen bastante buen tacto y rendimient­o, con discos perforados de 360 mm en las cuatro ruedas y pinzas monobloque de cuatro pistones en las delanteras.
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain