CYRIL ABITEBOUL
El mandamás de Renault F1 es la persona de la que depende el futuro inmediato de Fernando Alonso y Carlos Sainz
El mandamás del equipo Renault de F1 fue la persona más joven en dirigir un equipo del Gran Circo. El próximo año podría ayudar a Alonso a ser nuevamente campeón del mundo, ya que el grupo francés acaba de alcanzar un acuerdo con McLaren para suministrarle los motores de la temporada 2018.
EN 2017, Nuestro objetivo es acabar el Mundial de constructores entre las cinco primeras escuderías del campeonato. Aunque no tenemos prisa, se trata de un proyecto a largo plazo. No esperamos milagros de la noche a la mañana, pero tenemos claro dónde deberíamos estar a finales de esta temporada”. Quien así habla es Cyril Abiteboul, director general de Renault Sport Racing.
Y cuando este ingeniero aeronáutico, nacido hace poco más de 40 años en París, habla sobre el futuro del equipo francés, es conveniente escucharle. Y es que, posiblemente haya pocas voces más autorizadas que él dentro de la escudería del rombo. Porque Abite- boul, además de ser el máximo responsable del equipo Renault de Fórmula 1, conoce a la perfección las interioridades de la casa, después de haber estado prácticamente toda su vida profesional trabajando en ella.
En sus previsiones acerca del futuro de Renault en la competición deja entrever varios rasgos de su personalidad: Abiteboul es una persona cauta... aunque optimista: “esta es la primera campaña en la que competimos desde el principio como un equipo... En 2016 corrimos con un coche que había sido construido con unos plazos muy cortos. Esta pretemporada sí que hemos podido trabajar en nuestro coche... por lo que las expectativas son altas y deberíamos hacer grandes progresos”.
Dicho y hecho. En 2016, el equipo acabó el Mundial de constructores en novena y an- tepenúltima posición, con ocho puntos, un séptimo puesto como mejor resultado y a una distancia considerable de sus rivales directos – el séptimo, Toro Rosso, logró 63 puntos–. Mientras que, en 2017, Renault ha ascendido hasta la séptima plaza de la parrilla, ha logrado sumar 42 puntos cuando aún no se han disputado ni tres cuartas partes del campeonato y no está muy lejos del objetivo que Abiteboul marcó a comienzos de temporada; Williams, quinto en el Mundial de constructores, suma 59 puntos, sólo 17 más que los franceses.
Y es que Abiteboul está acostumbrado desde muy joven a los grandes retos. Criado en el seno de una familia parisina acomodada, estudió en dos prestigiosas escuelas de educación secundaria, el Lycée Carnot y el Lycée Chaptal, ambas conocidas por preparar a los
talentos más prometedores de Francia. Para hacerse una idea, tan sólo hay que señalar que dos de los últimos presidentes de la República compartieron centro escolar con Abiteboul; Jacques Chirac estudió en el Lycée Carnot y su sucesor, Nicolas Sarkozy, en el Lycée Chaptal.
Tras finalizar la secundaria,
Cyril comenzó a cursar Ingeniería Aeronáutica en el ENSEEG –la Escuela Superior Nacional de Electroquímica y Electrometalurgia– de Grenoble, otra elitista entidad que acoge a algunos de los mejores cerebros franceses.
Por tanto, no es de extrañar que, en 2001, y nada más graduarse en la Universidad, se uniera al Renault F1 Team en calidad de ingeniero, ocupando diferentes puestos. Precisamente, en 2002 la escudería francesa regresaba a la Fórmula 1, tras adquirir el equipo Benetton y después de quince largas temporadas de ausencia. Es difícil medir el grado de responsabilidad de Abiteboul en los éxitos del equipo Renault de Fórmula 1, pero lo cierto es que, a lo largo de los siguientes años, vivió su etapa de mayor esplendor: logró el título de campeón del mundo de pilotos –con Fernando Alonso– y el de constructores en las temporadas 2005 y 2006.
En 2007, la compañía francesa decide que, debido a su gran capacidad empresarial, Abi- teboul es la persona ideal para ejercer como director de desarrollo de Negocios de Renault F1 Team, puesto que desempeñó a lo largo de casi tres temporadas. Durante estos años, fue el responsable de los aspectos comerciales que rodeaban a la escudería, incluido el trato con socios y patrocinadores.
En mayo de 2010, Cyril fue ascendido al puesto de director ejecutivo de Renault Sport F1 –división creada ese año para encargarse del suministro de motores y tecnología– y, en 2011, se convertía en director general adjunto de las actividades de F1 de Renault, justo en el momento en el que la compañía volvía a reorientar sus actividades en la F1 exclusivamente al suministro de motores. Abiteboul sería el encargado de supervisar las relaciones contractuales, y las actividades de marketing y comunicación con los equipos asociados como, por ejemplo, Red Bull.
Sin embargo, en noviembre de 2012, con 35 años recién cumplidos y menos de un año después de que el fabricante francés anunciara su decisión de retirarse de la F1, Abiteboul abandona Renault y pasa a ser el CEO del equipo Caterham F1 Team – convirtiéndose en la persona más joven en ocupar este puesto en la historia de la F1–.
Se trataba de una experiencia bastante exótica y arriesgada porque el paso a la escudería Caterham tenía sus riesgos. En primer lugar, era un experimento de un país y de un Gobierno, el de Malasia – sin ninguna tradición en el mundillo de la F1–, cuyo principal objetivo, más que el automovilismo en sí, era promover la unidad entre los malayos.
Además, su llegada se produjo en un momento difícil. El Caterham CT01 había marcado unos tiempos esperanzadores durante los tests de pretemporada, sin embargo, nada más comenzar el campeonato de 2012 se comprobó que los monoplazas tenían mucha fiabilidad, pero su rendimiento era igual de discreto que la temporada anterior bajo la marca Lotus; finalmente terminó el campeonato en décima posición –sólo por delante de Marussia y de HRT–.
Ya desde el comienzo de 2013, Abiteboul se mostraba tremendamente realista y no confiaba demasiado en las posibilidades de puntuar
“DE ABITEBOUL DEPENDE EL ÉXITO FUTURO DE LOS ESPAÑOLES EN LA FÓRMULA 1 ”
de su equipo. Pese a ello, la escudería confirmó que seguirían usando los motores Renault en el año 2014, en el que se estrenarían los propulsores V6 turbo. Vistos los malos resultados y apenas superado el ecuador del campeonato, Caterham comenzó a centrarse en el desarrollo del monoplaza de la siguiente temporada, y terminó en la 11º y última posición del campeonato de constructores.
Pese a que el coche de la temporada 2014, el CT05, presentaba un diseño frontal bastante renovado, su rendimiento no fue muy diferente del de sus antecesores. Así, con el discurrir del campeonato el equipo se confirmaba como el farolillo rojo de la parrilla. Tony Fernandes, propietario de Caterham, ya había insinuado a principios de año que, de finalizar de nuevo la temporada sin puntuar, el equipo podía abandonar la Fórmula 1. Ni siquiera hubo que esperar a que esta terminara para confirmar una noticia que casi todo el mundo daba por hecha.
El 2 de julio de 2014, Fernandes confirma la venta de la escudería a un consorcio formado por inversores suizos y árabes. La adquisición implicaba que Christijan Albers se convertía en el nuevo jefe de equipo, por lo que Abiteboul se veía obligado a hacer las maletas.
apenas unos días después de abandonar Caterham, Abiteboul se reincorpora a Renault tras ser nombrado director general de Renault Sport F1. ¿Su misión? Analizar la oportunidad de readquirir una estructura para volver a la F1 con escudería propia; y asegurar que todas las patas de Renault Sport Racing estuvieran estructuradas, equipadas con recursos suficientes y trabajando a su máximo potencial para ofrecer un rendimiento óptimo. Por si fuera poco, también debía establecer los objetivos en lo que respecta al comercio, comercialización y comunicación, con el fin de que el Grupo Renault pudiera sacar todo el provecho de sus actividades en la F1. Y Abiteboul avisa de que su idea es lograr un equipo campeón.