ENTONCES… ¿ EL áNODO ES DE LITIO?
Podría decirse que el ánodo es de litio. Sin embargo, no es de litio metálico. El motivo es que el litio tiende a cristalizar formando estructuras como agujas, con poca superficie en relación a su volumen. Es decir, se podría fabricar una batería recargable con un ánodo de litio pero, tras unas pocas recargas, su capacidad y su intensidad máxima se irían ‘al garete’. En lugar de litio, se emplea una sustancia capaz de ‘acoger’ a los diminutos átomos de litio dentro de su estructura. Esa sustancia es casi siempre, grafito… ya que se trata de un material muy estable químicamente, algo imprescindible dado que va a estar expuesto al corrosivo litio. Hay otras alternativas, como por ejemplo el titanato de óxido de litio, pero ofrecen una densidad energética baja.
Sí existen baterías primarias –no recargables– con ánodo de litio, como las Energizer Ultimate Lithium –derecha–, que ofrecen una duración de entre tres y cuatro veces superior a la de una batería alcalina.