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El WLTP es el nuevo procedimiento para la determinación de las emisiones y consumos homologados de los coches a la venta en la Unión Europea. Y estas son las diferencias con el sistema anterior, denominado NEDC.
Te contamos todo sobre el ciclo de homologación WLTP que entra en vigor el 1 de septiembre
LAS SIGLAS WLTP responden a World-wide harmonized Light duty Testing Procedure, o Procedimiento Mundial Armonizado para el Ensayo de Vehículos Ligeros. El WLTP ha visto la luz como una Normativa Técnica Mundial de la Comisión Europea para Naciones Unidas o UNECE Global Technical Regulation, y recoge un conjunto de normas que se van a implantar a nivel mundial para la medida de las emisiones contaminantes y el consumo de los vehículos.
Europa está siendo la pionera en la implementación de esta normativa, pero la idea es que el WLTP sustituya progresivamente a otros sistemas de homologación como el JC08 japonés o el FTP75 estadounidense. En Europa, el WLTP sustituye al NEDC –New Emissions Driving Cycle– empleado hasta ahora. Los fabricantes han tenido de plazo desde septiembre de 2017 para adaptarse al WLTP. A partir del 1 de septiembre de este año 2018, todos los coches a la venta deberán haber superado el WLTP, aunque una producción equivalente al 10% de las ventas en 2017 de cada fabricante podrán esquivarlo bajo el concepto de “Fin de serie”. En cualquier caso, desde septiembre de 2019 todos los coches nuevos a la venta deberán estar homologados según el WLTP.
La principal razón para desarrollar el WLTP ha sido diseñar un sistema de ensayo más preciso – es decir, con menos margen para la picaresca– y realista. Para elaborarlo, se han empleado datos de conducción real tanto de carreteras europeas como de Estados Unidos, la India, Corea del Sur y Japón. El WLTP se va a traducir en cifras de consumo y emisiones superiores a las que arrojaba el NEDC. En principio, se espera que los incrementos alcancen valores de hasta el 25%. Y lo que queremos analizar es qué diferencias hay entre las dos normas y en qué medida contribuye cada una de ellas a este incremento en las cifras de emisiones de CO y consumos.
Los cambios afectan a cuatro aspectos de la homologación. Por un lado, está el empleo de un ciclo distinto, el WLTC. Debería ser la diferencia principal... pero el proceso de homologación es tan complejo que los efectos de los cambios en este circuito virtual que se recorre durante la prueba de homologación son sólo una gota en el océano.
Los otros tres aspectos que influyen en las cifras de homologación son la prueba que se realiza en circuito para determinar la resistencia a rodadura de cada modelo –El Circuito–; la que se lleva a cabo en el banco de potencia para medir cuánto gasta y emite el coche mientras se recorre el ciclo de homologación –El Laboratorio–; y los cambios en el proceso burocrático necesario que se sigue para convertir los datos obtenidos en el laboratorio en unas cifras de CO y consumo oficiales –El Papeleo– .
Las consecuencias de todas estas novedades van a ser valores de consumo y emisiones de CO2 más realistas... que llegan acompañadas de una alerta de tsunami fiscal en todos aquellos países – como España– en los que el impuesto de matriculación está indexado con las emisiones de CO . Una catástrofe que, de momento – en un principio, hasta enero del año que viene–, se va a paliar y postergar utilizando como referencia para los impuestos una cifra de CO ‘ correlacionada’; es decir, derivada de las del WLTP empleando un programa informático denominado CO2MPAS, y que simula la cifra que se habría obtenido si se hubiera homologado el coche según NEDC.
El WLTP es un sistema de ensayo más preciso –es decir, con menos margen para la picaresca– y realista