BMW 5.0 V10 (S85B50)
El delicioso error estratégico de BMW
BMW no vio venir la revolución turbo que se avecinaba y, en 2005, lanzó el M5 E60 dotado de un motor 5.0 V10 atmosférico. De esta mecánica más tarde se derivaría el 4.0 V8 S65 de 420 CV que propulsaba al último M3 atmosférico –con códigos E90, E 92 y E93–, y que presentó en el año 2007.
Este motor 5.0 V10 se diseñó específicamente para el M5 –se montó también en el M6– a partir de lo aprendido en el desarrollo del BMW Sauber F1 P84/5 de Fórmula 1, y estaba dotado de prácticamente todas las tecnologías disponibles para motores atmosféricos, a excepción de algunas soluciones que resultan demasiado caras, como por ejemplo las bielas de titanio.
Mariposas de admisión individuales, distribución variable en admisión y escape, y una de las gestiones electrónicas más sofisticadas disponibles en ese momento –con la primera aplicación en un motor de calle de sensores iónicos de picado–.
En la práctica, el sonido y funcionamiento del S85 era realmente espectacular. El par disponible a bajas vueltas no era muy elevado, pero entre la cifra de par y potencia máxima proporcionaba una de las mejores combinaciones de empuje y tacto afilado de acelerador de la historia. Sin duda, un error que no volverá a repetirse.