INTERACCIÓN COCHES AUTÓNOMOS
Aunque los fabricantes consigan hacer un coche capaz de conducir solo, va a tener que comunicarse con el resto de usuarios de la vía, algo que tampoco resulta sencillo...
UN COCHE QUE TE PONE ojitos. Esa es la solución que se le ha ocurrido a Jaguar para resolver el problema de la interacción entre vehículo autónomo y los peatones... y el resultado es el prototipo de la derecha, que acaba de presentarse y que está realizado sobre un minibús autónomo de la compañía Aurrigo.
Puede parecerte una solución graciosa pero, según Jaguar, para que los usuarios de la vía confíen en los coches autónomos, es imprescindible establecer una comunicación no verbal tan eficaz como la que se da actualmente entre, por ejemplo, conductores humanos y peatones.
Más allá del aspecto del interfaz, conseguir esa comunicación requiere resolver tres problemas. El primero es decidir las intenciones del peatón, la bici o el otro coche. Conseguir eso es posible analizando el ‘lenguaje corporal’. En el caso de un coche o una bici, eso implica analizar su señalización y, sobre todo, sus cambios de dirección y velocidad. Por ejemplo, todos somos capaces de ‘intuir’ que un coche quiere cambiar de carril, incluso si no acciona el intermitente, porque se va pegando de forma progresiva a la línea del carril. En el caso de los peatones, hay que analizar hacia dónde se están moviendo, a qué velocidad, y si están acelerando o frenando.
Entonces, llega el momento de confirmar al otro usuario de la vía que le hemos visto... y eso, los humanos lo hacemos con la vista: te estoy viendo porque te estoy mirando. Y esa es la idea de Jaguar: fijar una mirada virtual en el peatón... e invitarle con los ojos a cruzar –barriendo de un lado a otro con la mirada– o a no hacerlo –negando con los ojos–. Las alternativas que proponen otros fabricantes como Mercedes y Toyota son mostrar una representación de lo que ve el vehículo –mediante algo así como un ‘espejo virtual’ en el morro–, proporcionar instrucciones mediante pictogramas y utilizar la infraestructura vial para comunicarse. De lo que podemos estar seguros es de que los coches autónomos conducirán solos... pero hablarán con todo el mundo.