EN CARRETERA
LAs CARRETERAS DEL NORTE DE GALES SIEMPRE han sido un lugar perfecto para probar toda clase de vehículos. Y si bien es cierto que estos cuatro coches se sienten como en casa en un circuito, el hecho de que todos tengan matrícula implica que no nos podíamos resistir a llevárnoslos a nuestros tramos de referencia para comprobar cómo se comportan. Empiezo con el Ford. En una carretera abierta al tráfico, es una máquina intimidante. Eres consciente de que estás ocupando cada centímetro de tu carril, incluso algo más cuando te das cuenta de que gran parte del tiempo los neumáticos tocan con las bandas sonoras del mínimo arcén disponible. Aparte del Lamborghini Aventador, nunca había conducido un automóvil tan grande en estas carreteras.
En las secciones más abiertas puedes dejar fluir un poco el GT. El ruido de rodadura es tremendo, así como el de las piedrecitas pegando contra el guarnecido de los pasos de rueda. Esto unido al gruñido y soplidos característicos del propulsor V6 hacen que conducir el GT resulte una experiencia salvaje y sin filtrar. La cantidad de par disponible es lo que domina la conducción, transportándote con fiereza de una curva a otra. Es una experiencia intensa aunque, cuando se pasa un poco la emoción inicial de estar a los mandos de un coche tan espectacular como este, lo cierto es que muchas veces anhelas un mayor grado de conexión y matices dinámicos.
Cambiar al Exige supone un verdadero choque, como si te pusieras una camiseta que ha encogido en la lavadora. Enseguida tienes la sensación de que es un modelo que te mete dentro de la acción y te divierte en todo momento. Y, además, su reducido tamaño implica que tienes mucho más espacio en tu carril para ejecutar cualquier maniobra.
Es un coche duro incluso para los estándares de Lotus, y la dirección es más pesada y menos brillante que en otros modelos de la firma, aunque todavía tiene esa habilidad de telegrafiar cualquier irregularidad del terreno con una claridad excelsa. Mentiría si no te dijera que prefiero el compromiso que ofrece la variante GT, pero al menos con esta dirección soy consciente durante más tiempo cuando estoy cerca de los límites de adherencia. El cambio de marchas manual no se muestra tan torpe como en circuito, aunque sigue resultando un poco complicado ejecutar el punta tacón de una manera natural debido principalmente a que los pedales no están alineados a la misma altura. Aún con todo, este es un coche que brilla mucho en carretera.
El AMG se percibe todavía más explosivo fuera del trazado. Saboreas la enorme cantidad de par disponible y disfrutas pisando el acelerador, gracias a la confianza depositada en el sofisticado control de tracción. El chasis ofrece unas respuestas coherentes, y siempre tienes la sensación de que el eje trasero es capaz de soportar el tremendo agarre que proporciona el delantero. El nivel de tracción es elevado si muestras cierto sentido común en el uso del acelerador, y tienes que tener claro qué nivel de ayudas electrónicas elegir para según lo que quieras llegar a hacer. Realmente es un gran trabajo por parte de AMG, ya que es un rival más que digno para enfrentarse a cualquier variante GT del 911. Y hablando de Porsche...
La maravilla del GT2 RS es que combina un poco de todas las virtudes de sus tres rivales y añade su propia magia. Tiene el tamaño justo para no cortarse a la hora de ir rápido, sus respuestas son muy afiladas y la suspensión se muestra dura, pero ofrece el suficiente recorrido como para lidiar como es debido con las irregularidades del asfalto. Su rendimiento es abrumador y totalmente absorbente.
El propulsor de seis cilindros opuestos con dos turbos no ofrece la capacidad de subir de vueltas que sí tiene el atmosférico del GT3, pero la entrega de potencia es tan salvaje que se te olvida todo lo demás. Además, es de esos coches en los que puedes explorar su rendimiento hasta donde tú sentido común te permita, y aun así siempre tendrás al sensación de que todavía puedes rodar más rápido. Su grandeza está enraizada en cómo Porsche ha logrado crear un 911 con una orientación tan potente, pero tan preciso y explotable en carreteras difíciles.