PORSCHE PANAMERA TURBO S E-HYBRID ST
Su extensísima denominación comercial define a la berlina más potente del mercado. Un híbrido con 680 CV.
UE LA HIBRIDACIÓN LLEGUE A UN modelo para añadir potencia y crear una variante con unos números estratosféricos siempre es una buena noticia. Sin embargo, si bien está claro que el dato más destacable de esta variante es que es capaz de proporcionar hasta 680 CV, lo cierto es que el apellido Turbo S E-Hybrid implica algunas cifras no tan favorables para este Porsche.
El Panamera siempre ha sido un automóvil pesado. No en vano, cualquier versión ronda las dos toneladas. Pero no es menos cierto que siempre nos ha dejado con la boca abierta en cuanto a comportamiento dinámico. Es muy común que todos los que trabajamos en esta publicación nos bajemos de un Panamera y digamos algo así como “parece mentira que, con lo grande que es, este coche sea capaz de circular tan rápido sin esfuerzo”.
Sin duda es un gran mérito que sea capaz de disimular tan bien su masa. Sin embargo, en el caso de este Turbo S E-Hybrid ST, el dato llega hasta las 2,4 toneladas, lo que supone que la hibridación y las baterías correspondientes añaden más de 300 kg a la cifra que declara un Turbo S ‘a secas’. Todo para aportar 136 CV extra y una autonomía eléctrica de unos 50 km. Es verdad que el 0 a 100 km/h mejora de 3,8 a 3,4 segundos pero, a no ser que te compres este coche para circular mayoritariamente por zonas urbanas –donde puedes sacar más partido al modo eléctrico–, lo cierto es que te puedes ahorrar los 10.000 euros extra respecto al Turbo S, y emplearlos en echar gasolina hasta el infinito.
No obstante, si lo que quieres es un Panamera híbrido a toda costa, es más sensato que optes por la variante 4 E-Hybrid; cuesta ‘sólo’ 115.000 euros y dispones de 462 CV para que no se produzcan quejas en el apartado de prestaciones.
Sea como fuere, el Turbo S E-Hybrid resulta impresionante. Acelera mucho, recupera velocidad de manera intimidante –pasa de 100 a 200 km/h en 8,5 segundos– y ofrece un comportamiento que combate con eficacia las leyes de la física, ya que sólo en momentos muy puntuales notas el peso. La suspensión neumática junto con las estabilizadoras activas consiguen mantener la carrocería estable en los cambios de apoyo y cabeceos propios de las frenadas fuertes. La manera que tiene de moverse este modelo hace que el conductor gane en confianza de forma inmediata.
Los enormes discos de freno cerámicos de 420 mm delante y 410 mm detrás –con las
pinzas pintadas de color verde flúor, algo característico de esta versión– resisten el trato duro como si nada, aunque el tacto del pedal no es todo lo preciso que nos gustaría. El coche entra en los giros con muchísimo agarre y, cuando se producen violentas transferencias de peso en curvas enlazadas, la parte trasera se insinúa lo justo para colocar el vehículo en la trayectoria correcta y permitir al conductor trasladar los 680 CV de nuevo al suelo, sin la más mínima pérdida de tracción. Aquí tiene mucho que decir el sistema de tracción total con reparto vectorial del par, que logra aprovechar cada caballo en prácticamente cualquier circunstancia.
El cambio automático funciona con una rapidez y, al contrario que otras transmisiones con falsos modos secuenciales, la PDK permite un uso totalmente manual a través de la palanca o de las levas situadas en el volante, sin cambiar al llegar al régimen máximo. Sólo lo hace cuando lo decide el conductor.
En definitiva, esta variante cumple con la función de posicionar a Porsche en lo más alto del escalafón de esta clase de vehículos, con un producto que a nivel tecnológico tiene pocos rivales. Sin embargo, dentro de la propia gama Panamera, la variantes Turbo y 4 E-Hybrid suponen opciones más lógicas y coherentes, sin renunciar en ninguno a un rendimiento excelente.