Parte 2: Ir a por el coche
Conviene saber hablar algo de inglés para poder comunicarte con el vendedor que, al igual que en España, puede ser particular o profesional. Lo primero de todo es contactar con él por teléfono y acordar una cita. Después, debes comprar un billete de avión al aeropuerto más cercano donde se encuentre el vehículo. El precio del pasaje, en función del origen, destino y fecha, oscila entre 35 y 200 euros.
Una vez allí, y tras comprobar que el coche se encuentra en el estado descrito en el anuncio, lo único que has de hacer es pagar su importe, firmar un contrato de compraventa con una copia para cada parte – o factura en el caso de que lo compres en un concesionario–, y rellenar una de las secciones del documento V5C en la que se indica el cambio de propietario.
En resumidas cuentas, el vendedor se quedará un contrato de compraventa con el que luego tramitará una baja por exportación o tránsito europeo. Tú lo que tienes que tener en tu poder para poder llevarte el coche son dos cosas: Contrato de compraventa o factura. Documento V5C.
Además, para matricularlo en otro país necesitarás el COC, que es el certificado de conformidad europeo, en el que se acredita que el vehículo cumple con los estándares de calidad y medioambiente exigidos por la Unión Europea. Si el propietario no lo tiene, una vez en España tendrás que pedirlo al fabricante, por lo que te cobrará entre 100 y 150 euros.
Por último, antes de volver a España tienes dos opciones: o irte tal cual, que es lo más cómodo, rápido y habitual, o encargar a una gestoría de allí el traspaso del vehículo, lo cual te costaría aproximadamente 70 euros. Optar por esto último te eximiría de abonar el Impuesto de transmisiones patrimoniales una vez en España, puesto que tú ya serías el titular del vehículo. Sin embargo, a nuestro juicio, lo más cómodo, y en ocasiones no mucho más caro, es efectuar este trámite en España.