Porsche Panamera GTS Sport Turismo
La versión GTS añade un poco de picante al Panamera. Pero, ¿es suficiente como para que nos olvidemos del BMW M5 y del Mercedes-AMG E 63 S?
AHREIN NO ES EL LUGAR ideal para presentar un coche nuevo, particularmente cuando se trata de un vehículo de más de 450 CV y cuyo chasis se revela como el punto de referencia dinámico dentro de su gama. Existen dos razones para esto. La primera es que no hay muchas curvas, o al menos no en la ruta en la que nos han pedido que nos mantengamos, lo que en principio hace difícil que evaluemos los beneficios de la suspensión 10 mm más baja con amortiguadores adaptativos recalibrados y barras estabilizadoras más rígidas. En segundo lugar, si bien hay muchas carreteras rectas, están muy vigiladas, con numerosos radares y un Toyota Land Cruiser de la policía, adornado con rejillas antidisturbios, en prácticamente cada cruce. Incluso si estuviese dispuesto a correr el riesgo, el folleto que me han dejado en la guantera de este Panamera me sugiere que hasta una infracción de velocidad relativamente menor podría acabar conmigo en la cárcel. Será mejor que me lo tome con calma entonces.
Por supuesto, Porsche ha pensado en esto, y es por eso por lo que nuestro camino se dirige hacia el circuito de Sakhir, sede del Gran Premio de F1 de Bahrein, donde podremos explotar el GTS de la manera prevista. Pero para llegar tenemos que completar la ruta que se extiende desde el centro de la capital, Manama, por la casi desierta autopista King Hamad hasta las islas artificiales Durrat Al Bahrein. Después, atravesaremos un desierto de paisaje lunar lleno de bombas de extracción de petróleo que emergen de las ricas reservas petrolíferas de la isla.
¿Qué aporta este Panamera GTS cuando el ritmo al que conduces es tirando a tranquilo? Rodando sobre algunas de las secciones más ásperas del inmaculado asfalto de
Bahrein, se percibe una pizca de rigidez adicional, pero este Panamera continúa siendo flexible y silencioso a baja velocidad, y desde luego es un compañero mucho más relajante que el BMW M5 o el Mercedes-AMG E 63 S; alternativas que compiten con el Panamera GTS más por precio que por rendimiento, pues por lo segundo el equivalente sería el más costoso Panamera Turbo.
En relación a esto último, bajo el largo capó del Panamera GTS se encuentra una versión descafeinada del propulsor 4.0 V8 biturbo que emplea el Panamera Turbo de 549 CV. En el GTS, su vigor se cifra en 460 CV y 620 Nm, estos últimos disponibles en un rango de entre 1.800 y 4.500 rpm. Acoplado a la intocable caja PDK de doble embrague y ocho velocidades y a un sistema de tracción total, el GTS se siente poderoso desde el primer momento, mientras que el escape deportivo, que viene de serie, aporta un discreto pero agradable barítono.
Cambiar de modo Normal a Sport aporta un poco más de nitidez al acelerador, pero no altera demasiado la calma que percibes en el sofisticado y espacioso habitáculo, aquí adornado con algunos emblemas GTS y la siem- pre bienvenida Alcántara en el techo, asientos y volante. En el exterior, hay algunos apliques específicos en tono negro, un emblema GTS en las puertas, y detrás encontramos el ancho alerón activo del Panamera Turbo.
Llegamos al circuito, donde por fin podremos permitir que el GTS estire las piernas. Aparentemente situado en medio de la nada, el circuito de Sakhir es una verdadera sorpresa, ya que ofrece algunas curvas desafiantes y desniveles mucho más acusados de lo que te sugieren las cámaras onboard en esta pista que hayas podido ver hasta el momento.
La dirección proporciona el tipo de feedback por el que el conductor de un M5 o un E 63 mataría
Salgo a la pista acelerando a fondo y mi primera impresión es la de como si este Porsche se hubiese desprendido por arte de magia de unos 300 kg de sus 1.995 kg de peso. La dirección está perfectamente ponderada, resulta rápida sin ser nerviosa y es capaz de proporcionarte el tipo de feedback por el que el conductor de un M5 o un E 63 mataría.
Sobrepasando las curvas más rápidas, la combinación de la efectiva dirección a las cuatro ruedas y la mayor rigidez que aporta el modo Sport Plus –en el que las barras estabilizadoras adquieren el máximo grado de bloqueo– permiten que el GTS se aferre obcecado a la trayectoria elegida por ti. Alivia un poco la presión sobre el acelerador, vuelve a aplastarlo, y sentirás cómo el coche rota sutilmente sobre su eje vertical tratando de señalarte hacia dónde tienes que dirigir el volante para continuar hacia adelante. La tracción a las cuatro ruedas, recalibrada en especial para el GTS para dotarle de un mayor sesgo de ‘trasera’, se muestra tremendamente efectiva aquí.
Ahora bien, trata de acumular demasiada velocidad en las curvas de segunda y tercera marcha de este trazado, y la masa del automóvil acabará por interponerse, propiciando que el eje delantero empuje inexorablemente hacia fuera. Sin embargo, bajo las fuertes cargas laterales de las curvas más rápidas, el GTS es mucho mejor. La combinación de los gruesos neumáticos, la dirección a las cuatro ruedas y el sistema de vectorización de par en el eje posterior suministra una adherencia sublime.
El hecho de que el coche que nos hace de liebre comience a derrapar y descomponerse es una buena muestra de que el Panamera GTS es devastadoramente rápido. Y es así porque ese vehículo es nada menos que un 911 Turbo S y al volante va el piloto de pruebas Wolf Henzler. Los frenos carbocerámicos también están haciendo un trabajo impecable deteniendo dos toneladas desde grandes velocidades. Sus verdaderos esfuerzos sólo se aprecian cuando te bajas del coche después de unas vueltas y observas el calor que sale de las ruedas.
Si en el GTS encuentras alguna decepción, va a estar en el motor. No hay en absoluto una falta de empuje, pero tampoco es algo espectacular. El V8 se muestra musculoso a bajas revoluciones con un fino y gutural gruñido, pero su lineal respuesta y la falta de algo de nervio en las últimas revoluciones hacen que no sea especialmente inolvidable.
El GTS es un buen coche, desde luego, y diría que la mejor elección dentro de la gama Panamera. Tiene al BMW M5, al Mercedes-AMG E 63 o al reciente AMG GT 63 de 4 puertas como rivales, y los bate en manejo y refinamiento, pero es más caro que los dos primeros y no se acerca a sus prestaciones en línea recta. Es cuestión de decidir cuáles son tus prioridades.