EVO (Spain)

NISSAN Z PROTO

El sucesor del Nissan 370Z no llegará a Europa, pero... ¿podría la firma francesa echarle una mano?

- por STUART GALLAGHER & J. ÁLVAREZ

PENSABAS QUE EL AÑO 2020 no podía deprimirte más? Pues Nissan tenía preparado un golpe bajo, al informar a sus clientes europeos de que los únicos coches que quiere venderles son los SUV Juke y Qashqai, y el Leaf eléctrico. Es donde está el volumen del mercado y donde están también los imprescind­ibles beneficios.

Desafortun­adamente, esto significa que el Z Proto que la marca ha desvelado recienteme­nte, a través de unas recreacion­es digitales de gran calidad, no estará al alcance de aquellos que hayan disfrutado del atractivo de los 350Z y 370Z, y del lejano parentesco que los une al icónico GT-R. Una lástima.

El comunicado oficial dice lo siguiente: “El Nissan Z Proto es un tributo moderno a la tradición de coches deportivos de Nissan, a la pasión y a la innovación. Aun así, el menguante mercado de deportivos en Europa y las normativas de emisiones suponen que Nissan no ha sido capaz de diseñar un plan de negocio viable para el lanzamient­o del deportivo Z en Europa, donde la prioridad de Nissan sigue siendo renovar su oferta de todocamino­s y acelerar la estrategia de electrific­ación de su gama”.

En 2019, el mercado de deportivos compactos en el que se enmarca el actual 370Z, que ya tiene once años a sus espaldas, consiguió unas ventas de casi 70.000 coches. El Mazda MX-5 encabezó la lista, seguido por el Audi TT y el Ford Mustang, todos ellos con un volumen de ventas de cinco cifras, aunque ninguno superó la barrera de los 14.000 coches. Nissan vendió en Europa apenas 562 ejemplares del 370Z durante 2019, quedando por delante del Subaru BRZ, los Lotus Exige y

Elise y el Alfa Romeo 4C. A nivel global, el año pasado se vendieron 4.000 unidades de 370Z. Desde el punto de vista de un directivo de Nissan, es fácil entender por qué homologar un nuevo Z en Europa no sale a cuenta.

¿Qué se perderán los aficionado­s europeos? Un coupé de propulsión alimentado por un motor V6 biturbo, con una caja de cambios manual

(por supuesto, manual, otro golpe bajo...) y unas dimensione­s similares a las del Toyota GR Supra. Aquellos que quieran una alternativ­a al Supra, o al BMW Z4 junto al que se desarrolló, deberán seguir buscando opciones entre las habituales de Porsche, Audi y Alpine.

Espera... ¿Alpine? Esa pequeña marca de deportivos de nicho que fue resucitada por Renault y

que ha asombrado a la prensa y al público con su A110, un biplaza de motor central y tracción trasera (más de 4.000 unidades vendidas en Europa en 2019), y que ahora ha tomado el relevo de Renault en competició­n, dando nombre al equipo de Fórmula 1, y anunciando que volverá a Le Mans para competir el próximo año en LMP1. Sí, Alpine.

¿Y esto qué tiene que ver con el nuevo Z? A Luca de Meo, el nuevo CEO de Renault, le gusta ampliar las marcas y maximizar su herencia y tradición para dotar de ciertas aspiracion­es a los modelos más corrientes de la gama. Habiendo reinventad­o Abarth como una submarca de altas prestacion­es durante su época en Fiat, también tomó la decisión de lanzar Cupra como una submarca deportiva de Seat, lo cual pareció algo ambicioso por entonces y generó muchas dudas. Sin embargo, ahora el Grupo Volkswagen se está planteando la posibilida­d de que Cupra absorba a Seat, permitiend­o a la marca española competir en segmentos superiores del mercado.

Lo más importante es que de Meo está reconstruy­endo los lazos dentro de la alianza Renault-Nissan que se habían perdido durante el mandato de Carlos Ghosn, y el nuevo mandamás está dispuesto a ofrecer su experienci­a a Nissan en lo que respecta a maximizar el valor de una submarca, como Z y Nismo.

Utilizando el motor del Infiniti Q50, el nuevo Z no tiene ninguna posibilida­d de cumplir con las normativas de emisiones europeas, pero Alpine ha demostrado que un deportivo de cuatro cilindros puede funcionar, si se hace con precisión. Que de Meo ofrezca para el nuevo Z un motor que cumple la legislació­n europea, y que permitiría al modelo venderse en muchos más mercados, podría ser el incentivo que necesita Nissan para cambiar de idea. Los deportivos Z para Europa podrían incluso fabricarse en las flexibles instalacio­nes de Alpine en Dieppe, Francia.

¿Optimismo ciego por nuestra parte? Sin duda, pero estamos preparados para apostar a que no hay un solo joven que tenga un pequeño SUV como fondo de pantalla y aspiracion­es de tener uno cuando sea mayor. Lo que sí podemos garantizar es que hay muchos que han descargado imágenes del Z Proto. Los deportivos no han vendido grandes volúmenes durante toda una generación, pero siguen alimentand­o la imaginació­n y aportan una identidad a los fabricante­s. Nissan haría bien en reconsider­ar su decisión sobre el nuevo Z.

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