EVO (Spain)

MCLAREN 765 LT

El ya de por sí balístico McLaren 720S va un paso más allá con la versión Longtail. Nos vamos a Silverston­e para probar el nuevo e increíble 765LT. ¡Agárrate!

- por ADAM TOWLER & JAVIER ÁLVAREZ

Con 765 CV provenient­es de su motor 4.0 V8 biturbo, el último McLaren alcanza los 330 km/h y pasa de 0 a 100 km/h en sólo ¡2,8 segundos! Somos afortunado­s y lo hemos probado en el circuito de Silverston­e.

Muchos han lleGaDo a aFirmar Que mclaren puede resultar cansino con tanto lanzamient­o; sobre todo por la sucesión de modelos únicos o one-off de MSO (McLaren Special Operations). Pero por muy desorbitad­o que sea el precio o las prestacion­es del nuevo 765LT, me resulta difícil no entusiasma­rme con la llegada de un 720S enfocado a aquellos usuarios que quieran conducir muy rápido en carretera o circuito. Cabe recordar que su antecesor, el veloz 675LT, se consideró en alguna ocasión un Ferrari F40 moderno, y estuvo a punto de alzarse con la corona del Coche el Año en Europa en 2015 (uno de los jueces no acabó de llevarse bien con él, lo que afectó a su puntuación final). A pesar de todo, el nivel de expectació­n es estratosfé­rico. También merece la pena recordar que estos coches tan especiales, con motor puramente de combustión, tienen los días contados. Ah, y este tiene 765 CV. Sí, seteciento­s sesenta y cinco caballos... Potencia pura, ahorro de peso y tornillos de titanio para las llantas, a un precio doloroso. También hay nuevos componente­s aerodinámi­cos, nuevas tomas de aire, nueva gestión del flujo de aire, elementos de menor grosor... Como era de esperar, McLaren ha modificado todos los elementos de fibra de carbono, en busca de un coche que esté a la altura de la denominaci­ón Longtail que, si echamos la vista atrás, sin duda es una saga muy especial. En este caso el 'cola larga' sólo crece 57 milímetros, de los que 48 milímetros correspond­en al nuevo splitter delantero de carbono.

Por su parte, encontramo­s pequeños aletines verticales para gestionar el flujo de aire en el frontal y los laterales del coche, con unas extensione­s planas al estilo LMP1 tras las ruedas traseras, que evitan que la turbulenci­a interfiera en el flujo de aire del alerón y del difusor. Este último es uno de los elementos que más hace sonreír a los ingenieros de McLaren, ya que consigue estar homologado, pero a la vista está que han aprovechad­o cada milímetro disponible. Para un coche de calle, es simplement­e gigantesco.

El spoiler trasero ahora está más alto, expuesto más de lleno a la corriente de aire, con una parte posterior más respingona, y se eleva para hacer la función de aerofreno en frenadas intensas. Casi toda la zaga del coche ahora está abierta, con una rejilla que permite ahorrar peso y extraer el calor del motor. El V8 tiene unas especifica­ciones a medio camino entre el 720S y el Senna, con los pistones forjados y la junta de culata del segundo. Produce unos útiles 800 Nm de par, y el cambio tiene desarrollo­s más cortos para una mejor aceleració­n. Son de serie las pinzas de freno del Senna, aunque los discos carbocerám­icos son opcionales. Las llantas también son extremadam­ente ligeras, y hay neumáticos Pirelli Trofeo R específico­s. Incluso el cristal del parabrisas y de las ventanilla­s laterales tiene un grosor 0,8 milímetros inferior.

La predicción meteorológ­ica a partir de hoy pinta horrible, pero en el circuito inglés de Silverston­e hace un día de 25 grados, con largas y melancólic­as sombras otoñales. Me encajo en el asiento baquet del Senna que equipa mi 765LT y aprieto con fuerza los arneses de cinco puntos. Conectado al interfono que ha instalado McLaren, casi puedo sentir más el V8 que escucharlo, y su grave estruendo recorre mi cuerpo. Me atrevo a decir que el 4.0 litros V8 sonará muy ‘ industrial’, como de costumbre, aunque dicen que los cuatro ‘ bazoka’ que tiene por salidas de escape aportan una nota mejor.

No estoy seguro de que vaya a tener tiempo de sacar muchas conclusion­es al respecto, de igual forma que proceso los detalles interiores del 765LT de un rápido vistazo. Todo es negro, con Alcantara, duro al tacto y muy formal. La vista posterior, a través de la luneta de policarbon­ato, es de las que recuerdan a un buzón, pero correcta, y rodeada de todo el andamiaje del paquete Clubsport. El técnico de McLaren me indica con el pulgar que el pitlane está libre, así que con un toque de la leva derecha meto primera y las ruedas ya están en movimiento, a medida que acelero por el carril de salida de los boxes de Fórmula 1, rumbo a la pista.

Siendo consciente de que los neumáticos y los frenos necesitan temperatur­a, me lo tomo con calma en las primeras curvas, aunque la aceleració­n del 765 a medio pedal ya me dibuja una sonrisa involuntar­ia. Parece ganar velocidad a un ritmo pasmoso, merendándo­se cada marcha con urgencia, y el morro requiere quizá algo menos de giro de dirección para buscar el vértice de las curvas.

Todo comienza a volverse más alocado en la segunda vuelta. Con el coche ya caliente, y con el conductor tan concentrad­o como su ajado cerebro le permite, la vida parece reducirse a un túnel de concentrac­ión, donde sólo tienen significad­o el siguiente punto de frenada, el vértice y el piano de salida. Estoy en la variante internacio­nal del trazado, coronando la ligera cima que conecta la salida de la curva de Village con la de Chapel, poniendo rumbo a la recta de atrás. El maldito peralte negativo en la salida es delicado. Quiero poner el 765LT lo más recto posible lo antes posible, a lo que ayuda el poder utilizar toda la anchura de la pista y algo más, así que salimos a la recta con el motor al régimen ideal, en cuarta velocidad.

Lo que ocurre a continuaci­ón, y después en todas las vueltas posteriore­s, es casi milagroso. El 765 araña el asfalto y sube de vueltas con una rapidez que apenas puedo asimilar. Presiono la alargada leva derecha y la siguiente marcha se engrana en un instante. Quinta, click, sexta... empujando hacia delante casi sin ninguna resistenci­a. ¿Qué ha pasado con la recta? Poco después

de haber apuntado el frontal de 765 al horizonte, la recta se ha acabado, y por mucho que lo intento, no puedo recordar qué ha pasado entre medias. ¿Un puente? ¿El Porsche Experience Centre a la izquierda? ¿El Aston Martin Tech Centre a la derecha, de reojo? No, realmente no. Ha sido acelerar, alucinar y frenar, y la recta de atrás ha desapareci­do como nunca antes había experiment­ado. A 290 km/h.

La inmensa curva a derechas de Stowe la tenemos prácticame­nte encima, así que piso el pedal de freno con toda la fuerza con la que me atrevo a hacerlo. El 765 con los discos del Senna puede que no tenga la misma ayuda aerodinámi­ca que el Senna de verdad, pero ofrece la misma sensación de colosal frenada y una resistenci­a sobrehuman­a. La sensación es tan directa que visualizo momentánea­mente la suela de mi deportiva aplastada contra el propio disco de freno, como en un dibujo animado, con chispas volando en todas direccione­s. Y esto es sólo el principio de lo mejor del 765LT. Creo que nunca llegarás a acostumbra­rte a la potencia (deben ser unos 250 CV más que el 720S GT3 de carreras, por ejemplo), pero al girar en Stowe, a una velocidad aún muy alta, la agilidad y la transparen­cia del chasis del 765 son tan exquisitas que hasta dejan las prestacion­es en un segundo plano.

Incluso a semejantes velocidade­s, el morro está predispues­to a lanzarse al vértice, ayudado al aliviar finalmente toda la presión del freno. Se sostiene con fuerza hasta la salida, donde vuelves a acelerar sobre el piano de la izquierda y de nuevo a fondo, hasta la gran frenada de la curva más lenta, de nombre Vale, a izquierdas y de segunda velocidad. Aquí, el 765 frena tan fuerte que la zaga se menea ligerament­e, aunque no lo suficiente como para necesitar una corrección de dirección, y la sensación de deceleraci­ón es tan brutal que parece que el splitter delantero estuviera lijando contra el suelo. Vuelta tras vuelta, el 765 repite esto mismo, sin ningún cambio en la potencia de frenado, el tacto o el sonido que haga pensar que los frenos se estén fatigando.

A medida que vamos dando vueltas, divididas en dos tandas, probamos los modos de conducción más agresivos, relajando finalmente el control de estabilida­d. Ahora el 765 cobra vida, comienza a moverse en plena curva si así lo quieres, rotando tanto como desees y sobreviran­do a base de acelerador, casi a placer. Los Pirelli y el equipo de frenos parecen imperturba­bles, y las vueltas desaparece­n en un borroso abrir y cerrar de ojos.

Es un formidable aperitivo al volante del 765LT, pero por raro que parezca escribir esto, quizá el mayor logro de los ingenieros de McLaren es que un monstruo de 765 CV se sienta totalmente controlabl­e para nosotros, el común de los mortales, con independen­cia del ritmo al que quieras conducirlo, ya que siempre hay un nivel más de habilidade­s por descubrir, a medida que vas ganando confianza. Y esto es un gran truco, aunque quizá no un truco tan llamativo como su aparente habilidad de escupir llamas de ‘40 centímetro­s’ a través de su escape, por la noche, según los propios ingenieros. Naturalmen­te, haremos todo lo posible por investigar­lo a su debido tiempo.

LOS I NGENIEROS DE MCLAREN HAN CONSEGUIDO QUE UN MONSTRUO SE S IENTA CONTROLABL­E PARA E L COMÚN DE LOS MORTALES

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 ??  ?? Las gomas Trofeo R a medida ofrecen un inmenso agarre; las pinzas de freno son las del Senna, aunque hay frenos derivados de competició­n, en opción. Derecha: El habitáculo cuenta con asientos baquet opcionales, también heredados del Senna.
Las gomas Trofeo R a medida ofrecen un inmenso agarre; las pinzas de freno son las del Senna, aunque hay frenos derivados de competició­n, en opción. Derecha: El habitáculo cuenta con asientos baquet opcionales, también heredados del Senna.
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 ??  ?? McLaren 765LT Motor V8, 3.994 cc, twin-turbo Potencia 765 CV a 7.500 rpm Par 800 Nm a 5.500 rpm Peso 1.339 kg Relación peso-potencia 1,75 kg/CV 0-100 km/h 2,8 segundos Vel. máxima 330 km/h Precio 390.000 aprox. e ★★★★★ Valoración
McLaren 765LT Motor V8, 3.994 cc, twin-turbo Potencia 765 CV a 7.500 rpm Par 800 Nm a 5.500 rpm Peso 1.339 kg Relación peso-potencia 1,75 kg/CV 0-100 km/h 2,8 segundos Vel. máxima 330 km/h Precio 390.000 aprox. e ★★★★★ Valoración
 ??  ?? Izquierda, desde arriba: Los aletines verticales gestionan el flujo de aire del frontal y el lateral del coche; diversos toques de fibra de carbono; las cuatro salidas de escape prometen mejorar el sonido y escupir llamas; los aditamento­s de carbono de la zaga también contribuye­n al flujo de aire.
Izquierda, desde arriba: Los aletines verticales gestionan el flujo de aire del frontal y el lateral del coche; diversos toques de fibra de carbono; las cuatro salidas de escape prometen mejorar el sonido y escupir llamas; los aditamento­s de carbono de la zaga también contribuye­n al flujo de aire.
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