10 COSAS DE LOS ELÉCTRICOS QUE NO SON COMO NOS CONTARON
Al principio, los coches eléctricos parecían máquinas sencillas; fáciles de diseñar, de construir y de utilizar. Pero la ingeniería es incapaz de esquivar la tentación de complicarlo todo. Y estos 10 giros inesperados de la historia son un buen ejemplo.
En los albores de los vehículos eléctricos, existían muchas ideas preconcebidas sobre ellos... El paso del tiempo nos ha demostrado que no eran ciertas.
CUANDO, hace una década, llegaron los primeros coches eléctricos, parecía que el género de la divulgación automovilística estaba condenado. Tanto el Mitsubishi iMiev como el Nissan Leaf eran productos extremadamente sencillos. Esa simplicidad era buena para los clientes porque, en general, implica fiabilidad. Sin embargo, también representaba un jarro de agua fría para los aficionados al automóvil, que no tardaron en apodar a estas últimas creaciones de ‘electrodomésticos’.
Y no andaban muy desencaminados. Los primeros eléctricos, y todo lo que les rodeaba, resultaban bastante insulsos. La llegada en 2012 del Tesla Model S animó mucho las cosas, proporcionando un enfoque radicalmente distinto de los coches eléctricos, y aportando soluciones innovadoras para los mismos problemas. Pero los propios modelos de Tesla parecían tan sencillos como brillantes y, en lugar de avivar el debate y aportar esperanza, ahondaron en la depresión. Parecía que el Nissan Leaf era el principio de la evolución del eléctrico… y el Tesla Model S sería el final de esa evolución. Sin paradas intermedias.
Una década más tarde, tenemos que admitir que pensar eso, y asumir que la competencia entre marcas no iba a sazonar las cosas devolviendo al sector la emoción y el gusto por la tecnología punta que siempre ha caracterizado al automóvil, fue una ingenuidad. La base teórica que rige la propulsión eléctrica es sencilla… pero la ejecución práctica de esa teoría nos va a deparar muchos momentos interesantes. Y de entrada, parece que, durante la primera década, todos estos conceptos preconcebidos se han ido al garete.