¿QUÉ REVISAR?
Los superdeportivos son automóviles especialmente propensos a sufrir accidentes debido a las grandes prestaciones que ofrecen sus motores y a lo exigentes que son para con las habilidades del conductor.
Por eso, hay que inspeccionarlos de forma exhaustiva:
Chasis: No hay que descartar un coche que haya tenido un pequeño golpe, pero sí los que hayan visto afectado su chasis. Es complicado detectarlo a simple vista, pero si observas algún panel de la carrocería descuadrado, algún guarnecido del interior desajustado o neumáticos desgastados de forma muy irregular, es motivo para sospechar. Lo mismo sucede si, en marcha, detectas que se va hacia un lado circulando en línea recta. En tal caso, merece la pena curarse en salud llevándolo a que le echen un vistazo en un taller de chapa, donde podrán verificarlo y, si te cobran, no será más de media hora de trabajo: unos 40 euros.
Motor: Es el corazón de un superdeportivo y, por norma general, ha sido sometido a mayores esfuerzos que el motor de un turismo convencional. Una prueba de compresión (unos 30 euros en taller) sería lo ideal para cerciorarse de su estado, pero también puedes verificar tú mismo que suena bien, que acelera sin tirones o que no echa demasiado humo blanco o azulado por el escape. Comprueba que no se enciende ningún testigo de avería en el cuadro de mandos, así como que la transmisión, ya sea manual o automática, inserta todas las velocidades de forma normal.
Mantenimiento: Muy importante es que el coche tenga libro de revisiones sellado. No porque estos coches sean especialmente delicados, sino porque cualquier reparación en los mismos puede multiplicar por cinco el coste de la misma operación en un turismo normal. Además, en el programa de mantenimiento de esta clase de vehículos figuran operaciones poco habituales, como el cambio del aceite del diferencial, por poner un ejemplo.
Males endémicos: Es crucial que te informes de posibles fallos comunes en el modelo que te interesa. Un ejemplo claro es el famoso fallo de diseño en el rodamiento IMS de los Porsche
911, que si se llega a romper puede destrozar el motor de forma irremediable (para prevenirlo, debes cambiar dicha pieza, lo cual cuesta unos 2.000 euros). En los foros de Internet dedicados a cada modelo, puedes encontrar sin problema toda esa información.