Disfrutar el presente
JAVIER ARÚS Director
TAL COMO ESTÁ EL PANORAMA automovilístico, todo repleto de electricidad, enchufes, y preocupación por el medio ambiente, el que podamos seguir disfrutando de una nueva generación del Porsche 911 GT3 es una gran noticia. Pero no por el hecho de su mera existencia como versión dentro de la gama del mítico coupé alemán, sino porque Porsche aguanta el tipo a la hora de respetar el planteamiento original: una puesta a punto del chasis más cercana a la competición que a la calle pero, sobre todo, la elección de un motor atmosférico capaz de girar a 9.000 revoluciones por minuto. Es decir, que nada de baterías ni recargas. Gasolina y a disfrutar.
Ahora bien, el que Porsche aguante con este romántico planteamiento no quiere decir que lo tenga todo hecho frente a sus rivales. La obsesión del resto de fabricantes de deportivos es ser mejor que la generación coetánea del GT3, porque saben que si lo ganan no sólo supone prestigio, sino también una garantía de éxito en un mercado tan importante como es el de los vehículos con capacidades dinámicas excelsas para rodar en carretera y circuito.
Esa persecución de la excelencia en el comportamiento es lo que motiva la comparativa que puedes disfrutar en este número a partir de la página 38. Tanto el Nissan GT-R Nismo como el McLaren 600LT y el propio Porsche 911 GT3 están pensados única y exclusivamente para proporcionar una experiencia de conducción inolvidable y ser los más eficaces. Son la máxima expresión de ingeniería de competición aplicada a la calle. Automóviles que bien podrían tomar la salida en cualquier carrera de resistencia con apenas unos retoques.
Somos cada vez más conscientes de que, más pronto que tarde, la deportividad en los coches se transformará de manera radical y sin retorno. Por eso, es importante disfrutar de estos momentos, ya que en pocos años los echaremos de menos.