Audi Grandsphere

Controles escamoteables para una gran berlina eléctrica de 5,35 metros de largo que podría anticipar los rasgos de un futuro A8 eléctrico.

COMO TODOS LOS PROTOTIPOS, EL GRANDSPHERE está repleto de promesas difíciles de convertir en realidad a corto plazo. Según Audi, representa el interior más lujoso y confortable que han sido capaces de crear y, con sus controles escamoteables, interpreta la forma en la que, con el advenimiento de la conducción autónoma, los interiores de los coches se convertirán en pequeñas salas de estar rodantes.

En términos más prosaicos, puede que el Grandsphere anticipe algunos rasgos de diseño de las futuras berlinas de lujo de Audi (y, en concreto, del futuro rival eléctrico del A8, basado en la nueva plataforma PPE), con unas líneas más limpias, una calandra simplificada (en parte, gracias a la ausencia de radiadores para refrigerar un motor térmico, ya que el Grandsphere es 100 % eléctrico), menor altura (para reducir la resistencia aerodinámica y mejorar la autonomía) y unos faros más pequeños.

La marca alemana asegura en su comunicado que tiene previsto conservar uno de los rasgos más llamativos del concept: el quiebro que ejecutan las ventanillas (especialmente, las dos delanteras) aproximadamente a la altura de los ojos. Según Audi, esta característica, vista por primera vez en el concept AI:CON de 2017, “está cada vez más cerca de su lanzamiento en un modelo de producción”. La luna trasera quebrada, por su parte, nos parece muy difícil que sobreviva.

En términos mecánicos, Audi asegura que el Grandsphere puede alojar una batería de 120 kWh de capacidad, que le otorgaría una autonomía homologada de más de 750 kilómetros (equivalente a una real, en autopista, de casi 500 kilómetros). En cuanto a la tracción, cuenta con dos motores y puede entregar una potencia máxima de 720 CV (razonable, teniendo en cuenta que el peso rondará, e incluso podría exceder, las 2,5 toneladas.