EVO (Spain)

Fuerza y decisión

- Te x to: Antonio Rodr í gue z ‘ Toñe jo’ R R 23 arodriguez@luike.com @tonejo_ rodriguez

ANTES DE SENTARME A ESCRIBIR LA ÚLTIMA DE TOÑEJO de este mes, supervisé, como hago cada día, mis correos y los comentario­s de las RRSS y me quedé recordando y repasando mi vida cuando leí esto:

“Buenas tardes Toñe jo, Sé que no me conoces, pero me ha pasado algo parecido a ti con una moto de carretera y estoy en silla desde hace un año. El otro día, buscando gente que hubiera competido en moto de agua, vi un vídeo tuyo en la página de la Fundación Lo quede verdad importa.

Yo llevo fijación desde la T 8 a T 12 y mi lesión es T 9. Hasta ahora he tenido y sigo teniendo dolores muy fuertes en la espalda, y me preguntaba si tú también los tenías cuando empezaste con la moto de agua y quería saber cuándo fue la primera vez que te pudiste subir a ella. Me preocupan los golpes en los saltos ya que no quiero que mi lesión se vea más afectada.

Si pudieras contarme un poquito más tu experienci­a en cuanto a los dolores, control de tronco, etc. te lo agradecerí­a muchísimo.

Muchísimas gracias y perdona el atrevimien­to. Una brazo .”

No sé si os podéis poner en mi lugar. Al leer esto, miles de imágenes me vinieron a la cabeza. Imágenes de mi accidente, de mi equipo, de mi vida después del accidente...

Siempre he dicho que soy un privilegia­do de la vida, que he hecho lo que he querido y que he tenido a mi lado al mejor equipo de personas que uno puede tener en la vida. No, repito, no es un decir, es una realidad. Si hago una lista de las personas extraordin­arias que he conocido y conozco me harían falta unas cuantas revistas de muchas páginas.

Al leer este correo, no pude dejar de contestarl­e al momento, así que le llamé ipso facto y hablamos por teléfono. Se llama Alejandro López Navarro, es un chico deportista de Águilas (Murcia), que trabajaba en el campo y en verano era monitor de motos de agua. Tenía y tiene una buena vida porque él es un Marine de la vida.

Me contó cómo fue el accidente que sufrió con su querida Honda CBR 600 cuando iba tranquilam­ente por la carretera y un coche se saltó un Stop. Impactó con el coche y tanto Alejandro como la moto salieron volando con la mala suerte de que al caer al suelo la moto le golpeó y le rompió la espalda, las costillas, los omóplatos... Me explicó que se quedó en la carretera tirado, no perdió el conocimien­to y, mirando al cielo, pensó en su abuelo con el que se había criado. Justo a mí me pasó eso mismo, pero pensando en mi madre.

Hace sólo tres meses que ha salido del hospital y es duro, muy duro. Lo está pasando mal porque tiene unas barras de hierro en la espalda, y cuando se apoya o se mueve más de la cuenta ve las estrellas. Me preguntó si a mí me pasaba lo mismo, y también me dijo que no tenía equilibrio y que se vencía hacia los lados. Le dije: “Alejandro, no te preocupes de nada, que cuando yo me subí en la silla por primera vez para comerme un bocadillo tuve que apoyarme con los codos en la mesa porque me caía”. Ahora lo recuerdo y me da risa.

Pero lo mejor de Alejandro es que quiere competir en moto de agua. !Qué crack! Me ha encantado cómo me lo ha dicho. Se quiere subir a una moto de agua y volar. ¡Cómo me ha recordado a mis inicios! ¡Hace ya 30 años que me rompí la espalda y aún me siguen emocionand­o las carreras!

Hemos hablado de lo que yo haría y de qué manera. También le he dicho que, en la moto de agua, la espalda sufre mucho, pero que no dejase de subirse a ellas.

Hablando con mi compañero Juan, el jefe, le conté la historia de Alejandro y me dijo: “¡Venga, vamos a organizar algo!” ¡Claro que sí! Vamos a preparar una gorda que, por ahora, no os puedo contar, pero que a mí me hace mucha ilusión.

Alejandro, sé que te vas a subir en la moto de agua y tengo un amigo en San Pedro de Pinatar que tiene un concesiona­rio Yamaha (Amador Ferrer), un piloto de los de verdad que nos ayudará seguro.

También le he dicho que tiene que probar un UTV (BUGGIE), que con ellos se lo va a pasar genial y va a disfrutar muchísimo.

Realmente Alejandro es de esos personajes que han tenido un accidente grave, pero no va a dejar de ser quien es y su vida va a ser la misma pero sentado. Estoy convencido de ello y nosotros le vamos a ayudar, ¿verdad, equipo?

Todavía es pronto, aunque verás que, poniéndole el empeño que le pones, pronto estarás haciendo todo lo que deseas.

¡Las personas extraordin­arias se fijan altas metas para no perderlas nunca de vista!

LA SILLA DE RUEDAS SE LLEVA EN EL CULO Y NO EN LA CABEZA.

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