Siempre en nosotros

QUÉ DIFÍCIL ES ESTO. Mucho. Nunca me había costado tanto escribir. El blanco del papel se me hace un mundo. No me quito de la cabeza la sonrisa del jefe. Una sonrisa plena, sincera, cómplice, que contagiaba a todos a su alrededor. ¡Qué alegría daba estar a tu vera!

Privilegio es una de las muchas palabras que vienen a mi mente en este duro momento. En mi caso, tuve la suerte de cumplir mi anhelo de juventud. Dedicarme al periodismo del motor. Y, en aquel momento y desde hace ya unas cuantas décadas, el maestro en aquello de informar sobre el mundo del automóvil era Enrique Hernández-Luike. Por eso, cuando surgió la oportunidad de trabajar en esta editorial, tuve varias noches malas pensando que todo era un sueño. Y es que, bajo mi punto de vista, la mejor escuela de periodismo del motor siempre ha sido Luike. Más de 65 años de enseñanzas lo avalan.

Pero sin lugar a dudas, lo más llamativo de Enrique era su humildad. Siempre buscaba generar ideas contigo, e incluso tenía la habilidad de hacer parecer tuyos brillantes pensamientos que, en realidad, salían de esa mente y alma únicos. Porque Enrique siempre entonaba con alma; y siempre agradecía de corazón. Te hacía partícipe de su éxito y te incitaba a buscar en aquellos rincones de tu ser en los que nunca hurgabas por miedo a meter la pata. Magia la suya el exigir dar lo mejor sintiendo que esa era la única manera de sacar cualquier proyecto.

Y es que Enrique fue pionero, y trabajar con él no puede suponer otra cosa que la autoexigencia. Su historia así lo atestigua, cuando contaba siempre con cariño, cómo empezó en esto del periodismo del motor: “En 1955, al comienzo del segundo curso en la escuela de periodismo de Madrid, el profesor Luis Arranz Ayuso, uno de los jefes de redacción de “Pueblo”, me ofreció estrenar una sección diaria del Motor con el título de “Kilómetro Cero”.

Pocas fechas después, Manuel Cantó, concesionario para Madrid de las marcas Montesa, Ossa y Sanglas, me contrató como editor-jefe de la revista “Motociclismo”. La escasez de información del Motor en España me sugirió la idea de ofrecer este servicio, sin cargo, a los diarios y emisoras sindicales. Para ello, fundé la agencia “Motor Press”. Las emisoras recibían un disco con bastantes informaciones útiles y curiosidades, y los diarios, noticias y reportajes.

El título “Kilómetro Cero” me sugirió montar en la Puerta del Sol la oficina inicial de la agencia. ¿Duro trabajo? Sí, pero tuve enseguida la ayuda de dos de mis compañeros en la Escuela: José Gómez Mar y Ángel Miguelsanz Garzón. No tardé en contar con un plantel de colaboradores cuya calidad era tan excepcional como su buena voluntad. Así crecieron nuestras empresas en calidad, extendiéndose desde España a Portugal, México, Argentina y Brasil”.

Ahora nos queda la apasionante misión de llevar su estandarte con orgullo al presente y futuro. Afrontar el reto de que su legado haga honor a su memoria. Que el sello Calidad Luike siempre sea garantía de autenticidad.

Se nos ha ido un verso. Una persona admirable, imposible no quererle. Ternura, talento y empuje infinitos, nunca pasé ratos con él sin sonreír. Gracia andaluza que, a los que trabajamos con él, siempre nos inspiró.

Enrique, tú que le ponías nombre a las estrellas, ya tienes la tuya.

Descansa en nosotros. Siempre.