NISSAN GT-R (R35)
Pocos coches ofrecen semejante pegada en prestaciones
CATORCE AÑOS. Es el tiempo que ha pasado desde que coronamos al Nissan GT-R R35 como el Coche del Año . Una mezcla de musclecar y superdeportivo, el GT-R triunfó frente a una alineación que incluía un Aston Martin Vantage 4.7, un Gallardo LP 560- 4, el exquisito Alfa 8C Competizione, el Porsche 911 GT2 (997) y el Mégane R26.R de Renault Sport. El GT-R se enfrentó a todos y subió al podio. Fue su única aparición en el Coche del Año aunque, en retrospectiva, la última edición Nismo que nos acaba de decir adiós debió haber estado en la edición de 2021. De hecho, algunos de nosotros podríamos defender que el GT-R debía haber estado presente en cada entrega del Coche del Año desde su debut en 2008. Así de bien considerado está el monstruo de Nissan.
A algunos el R35 les deja un poco fríos, impresionados por sus capacidades pero no tanto por su ejecución. Después están los que lo adoran, admirando cada secuencia de su ADN. Donde algunos ven un motor tosco y algo industrial, otros disfrutan de un coche que rezuma carácter y personalidad.
Su bruta apariencia es un fiel reflejo de su comportamiento. Es un coche que requiere que estés centrado, que te impliques en el proceso de conducir y que estés preparado para sudar si quieres experimentarlo en su plenitud, y como sus creadores pretendieron. Un Porsche 911 Turbo contemporáneo es más quirúrgico y funciona en un espectro mayor, pero carece de la pasión salvaje del R35.
Como esperarías dada su carrera de 14 años, el GT-R estrenó constantes actualizaciones, a veces cada año. Necesitarás fijarte bien para detectar la mayoría de cambios, ya que Nissan llevó el mantra de mejoras constantes al extremo. Pero no hay un sinfín de versiones entre las que perderte, así que sencillamente puedes marcar tu presupuesto y lanzarte.
Los primeros coches se pueden encontrar por menos de 48.000 euros, lo cual es bastante dinero pero, a cambio, también te llevas un icono de prestaciones tremendas. Si aumentas tu presupuesto por encima de los 50.000 euros, te abres a ejemplares tempranos impecablemente bien mantenidos o a modelos algo más nuevos con más de 100.000 kilómetros y algunas modificaciones.
Y hablando de modificaciones, el R35 es ideal para ello, razón por la que es tan atractivo para muchos. Si pagas 1.300 euros a los especialistas de Litchfield, llevarán tu GT-R de serie a niveles del Nismo, hasta los 600 CV y, por el precio de un Ford Fiesta ST-Line con tres años, hasta los 760 CV. Dado que el coche es un lienzo en blanco para preparaciones, encontrarás fácilmente el camino deseado.
Hay que tener en cuenta el coste de uso, siendo fundamental un mantenimiento habitual para conservar el complejo motor al 100 %, y disfrutar de su Launch Control requiere cierta consideración: ¿compensan las aceleraciones el riesgo financiero? Pero el GT-R sigue cautivando y entreteniendo, tan deseable hoy como lo era en 2008, cuando reivindicó su corona Coche del Año .
‘UN COCHE QUE REZUMA CARÁCTER Y PERSONALIDAD’