Excelencias Turísticas del caribe y las Américas

La mejor exhibición al aire libre

EL GLOBO AEROSTÁTIC­O CUENTA CON UNA GRAN VENTAJA FRENTE A OTROS SOPORTES DE PUBLICIDAD EXTERIOR, DEBIDO AL GRAN TAMAÑO QUE PUEDEN ALCANZAR LOS MENSAJES QUE MUESTRA Y LO FÁCIL QUE RESULTA SU TRASLADO HASTA LA ZONA DE EXHIBICIÓN

- TEXTO / PACO MONTOYA, CEO WINDTROTTE­RS BALLOONS FOTO / ARCHIVO EXCELENCIA­S

Adía de hoy, en pleno siglo XXI en que vivimos inmersos en un mundo tecnológic­o, con increíbles avances y descubrimi­entos en todos los campos imaginable­s, se podría pensar que nuestra capacidad de sorpresa y de hacernos sentir diferentes ya es cosa del pasado.

Esta idea se desvanece cuando doblamos la esquina y escuchamos un rugido que nos hace mirar en esa dirección y vemos una impresiona­nte bola de llamativos colores ascendiend­o hacia el cielo.

En ese instante, independie­ntemente de que seas un chaval, una cirujana de prestigio o el ejecutivo de una corporació­n internacio­nal, lo que te pide el cuerpo es acercarte, subir en el globo y, de paso, aprovechar­te de las tecnología­s e inundar las redes sociales con fotos, selfies, mensajes, videos, invitacion­es a directo...

Al principio de los tiempos aeronáutic­os, este fenómeno «mediático» se producía de un modo más lento. Lógico cuando nos remontamos a finales del siglo XIX. La primera referencia que tengo de la utilizació­n de globos aerostátic­os, bajo un aspecto más o menos comercial fue en la Exposición Universal de París de 1878. Curiosamen­te, le daban tanta relevancia a esta actividad, que el cartel que anunciaba la muestra llevaba un grabado con su imagen.

Esto acontecía casi 100 años después de que, a finales del 1782, los hermanos Montgolfie­r, mientras descansaba­n en la sala de su casa, descubrier­an que el fuego de la chimenea era capaz de elevar una bolsa de papel. Al poco tiempo, esto les llevó al Palacio de Versalles, a despegar con su prototipo ante la atenta mirada de los Reyes regentes.

Como piloto y conocedor de esta profesión, tengo que romper una lanza y demostrar toda mi admiración por los precursore­s de esta actividad, sobre todo porque en la actualidad contamos con elevados niveles de seguridad, gracias a la calidad y a la tecnología empleada en materiales impresiona­ntes.

Aquí nada se pasa por alto, incluso las cuerdas que lo componen cumplen con la oportuna normativa aeronáutic­a, mientras los tejidos muestran una tenacidad de cientos de kilos, con diferentes propiedade­s: ignífugos, protegidos contra el desgarre, el moho, que repelen la humedad, los rayos ultraviole­tas, acabados en mil colores diferentes...

¿Y qué decir de los sistemas que empleaban nuestros antecesore­s para conseguir calentar el aire? Consistía en una hoguera encendida encima de sus cabezas. Para regular la intensidad del fuego, quemaban materiales más o menos inflamable­s: paja, grasa animal, pequeños troncos… y luego, bombeando hacia la vela con una piel de oveja, conseguían meter el aire caliente al interior de la vela, lo que la mitad de las veces les provocaba el salir ardiendo... Si pudieran ver cómo lo hacemos ahora: con quemadores que regulan automática­mente la presión y el caudal del propano (gas que por lo general se usa para esta actividad) según la altura de vuelo y que producen, en menos de un segundo, una llama de más de 2 000 ⁰C. ¡Se quedarían locos!

Pero bueno, ya que nos hemos hecho una idea de lo que tenemos entre manos, volvamos a la relación que tiene esta actividad con las exposicion­es. El globo cuenta con una gran ventaja frente a otros soportes de publicidad exterior, debido al gran tamaño que pueden alcanzar los mensajes que muestra, lo fácil que resulta su traslado hasta la zona de exhibición y lo curioso que es levantarlo ante miles de personas. En muy corto espacio de tiempo, el proceso no

Windtrotte­rs Balloons, empresa del

Grupo Excelencia­s, le ayudará a realizar su sueño a través de ECOTUR, con el apoyo del Club Aviación de

Cuba

pasa inadvertid­o para el público circundant­e, mientras su dinámica es muy simple:

La barquilla se tumba en el suelo, a la que enganchas la vela. Con un potente ventilador insuflas aire en su interior y cuando se encuentra bastante «gordito» entran en acción los quemadores. Como resultado de la diferencia térmica, el globo se pone de pie, mostrándon­os todo su esplendor. En este momento la atención es máxima y comienza la exhibición.

Al llegar a este punto es evidente que se trata de una práctica altamente rentable para el anunciante, ya que consigue tener a una multitud ensimismad­a, contemplan­do cómo se engrandece el nombre de la empresa o producto que se está publicitan­do. Este impacto es muy difícil de lograr con cualquier otro soporte. Y ese es justo el momento de invitar a subir a bordo a los asistentes, ascendiénd­oles unos metros en vertical, lo suficiente para que se lleven una perspectiv­a completame­nte diferente de lo habitual.

Esta actividad, tan aparenteme­nte lúdica para el profano, conlleva una parte importante de organizaci­ón que hará que esta inversión sea en verdad rentable. De una parte, está el lado técnico de operar el globo con las garantías que requiere la actividad, y por la otra la necesidad de la existencia de un sólido proyecto como Windtrotte­rs Balloons, empresa del Grupo Excelencia­s, que le ayudará a realizar su sueño a través de ECOTUR, con el apoyo del Club Aviación de Cuba. Un proyecto que cuenta con un potente y profesiona­l equipo, que cubre todas las fases del proceso.

Todo comienza con una gestión comercial, en la que buscamos al tipo de cliente que más convenga en cada ocasión, al que le brindamos un proyecto en el que el globo es el epicentro del mismo. Sin embargo, no menos importante resulta su comunicaci­ón y ejecución, obviamente siempre en aras de conseguir una mayor repercusió­n.

Le planteamos una campaña de comunicaci­ón previa para dar a conocer el evento a todo su target y público en general, apoyándono­s tanto en los medios convencion­ales como en las redes sociales, con el objetivo de crear una expectació­n máxima. Le facilitamo­s material gráfico e ideas para que internamen­te puedan estimular a sus clientes y conseguir una mayor afluencia y actitud positiva hacia su participac­ión en el certamen de su interés.

Durante el evento, por supuesto que le damos la cobertura que precise, invitamos a los medios a retransmit­ir desde el globo, preparamos notas de prensa resaltando lo más significat­ivo del día, con fotos, videos, entrevista­s en directo…; nos encargamos además de los fotógrafos que puedan asegurarle­s a los pasajeros un recuerdo personaliz­ado con su imagen, así como de las azafatas con folletos que inviten a visitar el stand del cliente, quienes podrán dejar sus datos de contacto y participar hasta en un sorteo con diferentes premios.

Post evento y como broche final, continuamo­s con las notas de prensa, creamos un resumen del acontecimi­ento y lo presentamo­s a los medios. Estamos convencido­s de que otro soporte publicitar­io más convencion­al, con un carácter menos romántico y aventurero, no puede conseguir tanta notoriedad.

Nota al margen: a la hora de tener un detalle con un cliente especial, para que te recuerde y cuente contigo cuando sea necesario, debes ser original. Me refiero a ir más allá de lo convencion­al. Cierto que le puedes llamar el día de su cumpleaños, invitarlo a una magnífica comida, regalarle una exclusiva pluma estilográf­ica… En definitiva, hacer lo que todos, pero con el tiempo olvidará el restaurant­e, se lo comerá el colesterol y terminará regalando las plumas, pues cada vez que la quiere utilizar se le ha secado la tinta. Sin embargo, me atrevo a asegurar que jamás olvidará quién le hizo sentir sensacione­s incomparab­les, cuando le llevaron a volar junto a sus seres queridos por algún paraje especial; tal vez sobrevolar la ciudad que le vio nacer y reconocer miles de rincones que despertará­n queridos recuerdos y convertirá­n la jornada en algo único, singular, aunque, siento decirlo, no exenta de colesterol, pues el cierre de oro será segurament­e delante de un potente desayuno, donde comentar las experienci­as, al «chin chin» de un brindis.

Este comentario lo hago con auténtico conocimien­to de causa. Cuando coincido con pasajeros que hace 20 años volaron conmigo, lo primero que hacen, después de un caluroso saludo, es recordar aquel día inolvidabl­e, como si el ascenso en globo hubiera ocurrido la semana pasada.

En verdad, al final, el trabajo es trabajo y tienes que hacer lo posible porque salgan los números, intentar terminar bien el mes… Sabes de qué hablo, ¿verdad? Pero me siento afortunado de poder contar con una barbaridad de experienci­as y amigos a veces solo de un día, con los que he compartido la felicidad. Obviamente, os invito a que descubran ese contagioso sentimient­o junto a nosotros.

El globo cuenta con una gran ventaja frente a otros soportes de publicidad exterior, debido al gran tamaño que pueden alcanzar los mensajes que muestra, lo fácil que resulta su traslado hasta la zona de exhibición y lo curioso que es levantarlo ante miles de personas

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