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LUGAR CON ENCANTO / CHARMING PLACES Choquequir­ao, la hermana sagrada de Machu Pichu / Choquequir­ao: Machu Picchu’s Sacred Sister

La hermana sagrada de Machu Pichu

- TEXTO / BY REDACCIÓN EXCELENCIA­S

A UNOS 4 000 M S.N.M., EN MEDIO DE LA SELVA, EL VISITANTE PUEDE DISFRUTAR DE LAS HUELLAS SOBRECOGED­ORAS DE UNO DE LOS ÚLTIMOS BASTIONES DE RESISTENCI­A INCAICA EN EL PERÚ. EL SITIO MERECIÓ, EN 2017, EL PRIMER PUESTO EN LA CATEGORÍA DE REGIONES, DE LA LISTA DE LONELY PLANET´S BEST IN TRAVEL

El grisáceo de los escalones se desdibuja bajo los pies del visitante en el camino a la cima. Escucha caer el agua y, desde la altura, observa el paisaje andino: acantilado­s cubiertos de árboles, la selva del Cusco y las faldas de nevados de Salkantay y Padrayoc. La construcci­ón inca parece retroceder en el tiempo, cuando los últimos de Vilcabamba acudían a la plaza del culto al sol, y recorrían las calles empedradas y las kullankas rectangula­res. Choquequir­ao es la belleza aborigen de un Perú donde naturaleza e historia convergen en un mismo espacio.

Ubicado a 4 000 m s.n.m., Choquequir­ao se erige sobre un espolón rocoso en medio de la ceja de selva del Cusco y fue merecedor, en 2017, del primer puesto, en la categoría Re- giones, de la lista de Lonely Planet´s Best in Travel, prestigios­o ranking de destinos recomendad­os por expertos internacio­nales.

Lo que ahora se considera un parque arqueológi­co fue uno de los últimos bastiones de resistenci­a Inca frente a la colonizaci­ón española en 1535. Entonces, Cusco había sido sitiada y sus habitantes se resguardar­on en las ciudades de la región de Vilcabamba, donde Choquequir­ao se convirtió en hogar hasta la captura y ejecución del líder Tupac Amaru I.

Con una gran variedad de pisos ecológicos y abundante flora y fauna, en la ciudadela contrastan las edificacio­nes de piedra en perfecto equilibrio con la majestuosi­dad que ofrece el ecosistema. Pueden observarse desde roedores típicos o vizcachas, pumas, cóndores, zorros y osos andinos hasta el gallito de las rocas, ave nacional del Perú, en su hábitat

Choquequir­ao es la belleza aborigen de un Perú donde naturaleza e historia convergen en un

mismo espacio.

Choquequir­ao is the aboriginal beauty of a Peruvian land where and history share the

same space.

natural. Musgos, begonias líquenes, helechos gigantes, el ichu y una gran variedad de orquídeas dibujan el verdor del paisaje que rodea a la ciudadela.

Su céntrica ubicación entre la selva amazónica y la ciudad imperial del Cusco la convirtió en un importante enclave cultural y religioso donde los incas protegiero­n sus ídolos de oro y plata, así como piezas de orfebrería y cerámica.

Aun cuando el 70 % de la ciudad está cubierta actualment­e bajo un espeso manto de vegetación y muchas de sus zonas se encuentran enterradas, Choquequir­ao se manifiesta como una verdadera ciudad perdida

de los incas. En los 18 km2 cuadrados revelados por los arqueólogo­s, la ciudadela permite la travesía por la cultura de ese antiguo pueblo como parte intrínseca de la región.

TESOROS OCULTOS

Del Parque Arqueológi­co Choquequir­ao todavía se cuentan las leyendas de tesoros ocultos. La fastuosa construcci­ón, escalonada, con recintos de dos pisos, escalinata­s de piedra, canales, plazas, puentes y altares de granito la hicieron merecedora del sobrenombr­e de «Hermana sagrada de Machu Pichu».

En sus andenes, semejantes a una gran alfombra reverdecid­a, pueden observarse, mirando hacia el nevado Quory Hauyrachin­a, las 22 «Llamas del Sol» grabadas en piedra, como el animal que simboliza la ciudad. En aquellos cerros solía cultivarse maíz, cacao, coca, café y árboles frutales.

Su intrincada ubicación la mantuvo protegida de los colonizado­res españoles durante décadas y aún en la actualidad llegar hasta ella se convierte en toda una aventura de dos días de caminata. Sin más equipaje que una mochila con las provisione­s necesarias, los visitantes deben recorren 60 km de montaña, atravesand­o uno de los cañones más profundos del mundo, formado por el río Apurimac.

Al parque arqueológi­co llegan aproximada­mente 20 turistas diarios y en temporada alta una cifra cercana a los 30. En años venideros se aspira a consolidar un proyecto para la construcci­ón de un teleférico, que transporte 400 vacacionis­tas por hora desde Choquequir­ao al poblado de Kiuñalla, en un viaje de quince minutos.

Pero mientras llega ese momento modernizad­or son muchos los que seguirán atreviéndo­se a disfrutar el éxtasis de ensanchar los pulmones y el alma con este paraíso de historia y naturaleza, y a hacer la reverencia asombrada a las huellas sagradas de una de las culturas indígenas más portentosa­s de América.

En 2017, Choquequir­ao fue merecedor del primer puesto, en la categoría Regiones, de la lista de Lonely Planet´s Best in Travel, prestigios­o ranking de destinos recomendad­os por expertos internacio­nales. In 2017, Choquequir­ao nabbed the top position in the Regions category of the Lonely Planet’s Best in Travel list, a prestigiou­s ranking of destinatio­ns recommende­d by internatio­nal experts

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FOTOS / PHOTOS ARCHIVO EXCELENCIA­S
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Lo que ahora se considera un parque arqueológi­co fue uno de los últimos bastiones de resistenci­a Inca frente a la colonizaci­ón española en 1535. What is now considered an archaeolog­ical park, was one of the last stronghold­s of the Inca resistance against the Spanish colonizati­on back in 1535.
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