Excelencias Turísticas del caribe y las Américas
58 ESPECIAL / SPECIAL
SIGLOS DESPUÉS DE LA OCUPACIÓN INGLESA EN CUBA, TODAVÍA PERDURA EN EL IMAGINARIO DEL CUBANO LAS HUELLAS DE AQUELLA PRESENCIA
Del Támesis al Caribe / From the Thames to the Caribbean
Sin pretensión alguna de apelar al revisionismo, lo indeleble de la historia conlleva asociar, como hito de lo británico en Cuba, la tan breve estancia como pautadora marca derivada de la Toma de La Habana por los ingleses, en 1762.
No obstante lo irremediable de tener que llamar enemigos a los ingleses de entonces, es digno reconocer el auténtico pundonor demostrado por la alta oficialidad británica ante la valentía del Capitán de Navío Luis Vicente Velasco, uno de los más destacados comandantes de la Armada Real Española, quien heroicamente muriera por la defensa del Castillo de los Tres Reyes del Morro.
Pero, ante circunstancias adversas, más cubanía. Los criollos no pudieron abstenerse de «sacarle lascas» a lo que ocurrió y enriquecer lo vernáculo de nuestro acervo. Así, se atribuye a la época aquí referida el origen de varias frases del habla popular, como: «Llegó la hora de los mameyes», para advertir el momento en que aparecían los ocupantes ingleses, con ánimo de burla, por el color rojizo de sus casacas, similar a la pulpa de la deliciosa fruta tropical. Por analogía con la legendaria valentía durante la ocupación británica del miliciano José Antonio Gómez de Bullones, cubanamente llamado Pepe Antonio, se emplea la expresión: «Hacer las cosas de a Pepe», equivalente a actuar por la fuerza o contrario a un ordenamiento. Asimismo, ante las dudas de ser partidario de los españoles o si se mantenía una actitud a favor de los ingleses, se increpaba al cuestionado preguntándole: «¿Tú no estarás trabajando para el inglés?».
MASONERÍA INGLESA EN CUBA
Se asume, como primicia de esta fraternidad en la Isla, un documento que data de 1763, durante la ocupación británica, expedido por la Logia Militar Inglesa número 218 del registro de Irlanda, adscripta al Regimiento 48 de este cuerpo armado. Se trata de un certificado del grado de Maestro a nombre de Alexander Cockburn. La presencia francesa, a finales del siglo XVIII y principios del XIX, fomentó y extendió la creación de las primeras logias cubanas, como fue la fundación del Templo de las Virtudes Teologales No. 103, en La Habana, el 17 de diciembre de 1804, y que recibió la patente de reconocimiento de la Gran Logia de Pensilvania. En la actualidad se continúa con la práctica de los ritos York y escocés en nuestro país.
MÚSICA PARA HELADOS Y JUEGOS INFANTILES
Sin tener la menor idea de los títulos de ciertas piezas musicales ni de sus autores y letras, desde mediados del siglo xx los cubanos –al igual que buena parte del mundo– identifican rápidamente la cercanía de los «carritos del helado». Una estereotipada polifonía en tonos caracteriza la sonoridad anunciante de esta siempre bien recibida mercancía. Universalizados, quizá, por la
fuerza de la costumbre, temas como: Home Sweet Home; Oh,my Darling Clementine; Oh,
Susanna; HappyBirthday; o algún que otro fragmento de los grandes clásicos europeos, actúan como catalizadores del gozo de comer los gélidos manjares ambulantes. Y dentro de dichos artificios del marketing musicalizado, se encuentra la pieza London
Bridge is Falling Down, que data de 1774 y describe con pegajosa canción la caída y reconstrucción del famoso Puente de Londres. También se cantaba en Cuba, en las escuelas primarias, como parte de los juegos infantiles, en tanto que ameno recurso didáctico para ejercitar el idioma inglés:
London Bridge is falling down, / Falling
down, falling down / London Bridge is falling down, My fair lady.