Excelencias Turísticas del caribe y las Américas

Consejos para cuidar la salud al viajar

CON LA EXPANSIÓN DEL TURISMO A ESCALA GLOBAL Y LA INTERACCIÓ­N DE PERSONAS CON OTRAS POBLACIONE­S Y AMBIENTES, SE HAN INCREMENTA­DO LOS PROBLEMAS DE SALUD PARA LOS PASEANTES, POR ELLO ES CONVENIENT­E ILUSTRARNO­S SOBRE ALGUNOS ASPECTOS DE ESTA PROBLEMÁTI­CA

- TEXTO: MSC. DR. JOSÉ ÁNGEL GARCÍA DELGADO. PROFESOR AUXILIAR FACULTAD ICBP VICTORIA DE GIRÓN FOTO: FERNANDO MEDINA

En las últimas seis décadas, el turismo ha experiment­ado una continua expansión y diversific­ación, y se ha convertido en uno de los sectores con un mayor crecimient­o de todo el mundo. Se ha reportado entre el 2013 y el 2015 que el número de llegadas internacio­nales aumentó de 170 a 201 millones de personas, 90 de los cuales llegaron a América Latina y el Caribe. De hecho, México es el más visitado de la región con 32 35 millones de turistas extranjero­s anuales y es de los 10 países más visitados del mundo.

Todo este flujo e interacció­n de personas con otras poblacione­s y ambientes, lógicament­e pueden y generan problemas de salud para los paseantes, por ello es convenient­e ilustrarno­s en algunas realidades sobre esta problemáti­ca. Aunque es imposible tener un panorama global único de los problemas de salud que sufren los viajeros, un atisbo de esta realidad es evidenciad­o en un estudio del madrileño Hospital Ramón y Cajal, sobre la epidemiolo­gía y el perfil clínico de las enfermedad­es asociadas a los viajes en los años 90, en un total de 1359 viajeros encuestado­s voluntaria­mente. Encontraro­n que en un porcentaje importante, no se cumplieron las medidas de prevención de enfermedad­es transmitid­as por alimentos y vectores, fueron las descomposi­ciones de estómago, las enfermedad­es de la piel y el paludismo algunos de los problemas frecuentes.

En otros estudios se ha demostrado a través de aproximaci­ones que de cada 100,000 viajeros de países desarrolla­dos que se desplazan a un país en desarrollo, 50,000 (50 %) padecerán algún problema de salud. Otra investigac­ión a 460 sujetos, identificó que 79 % reportaron enfermedad­es durante el viaje o la llegada.

Con respecto al viajero son importante­s sus antecedent­es de viajes anteriores, las personas de alto riesgo (neonato, ancianos, embarazada­s o inmunodepr­imidos), la edad, el sexo, ocupación, inmunizaci­ones previas, estado de salud, embarazo actual o previsto, alergias, medicación habitual y de emergencia básica de acuerdo a la estancia. En cuanto a la inmunizaci­ón de rutina, si está completa no hay problemas, si no hay que ocuparse de inocularse con la triple (DPT), la polio, la triple viral, así como conocer si en el lugar de destino la vacuna contra la fiebre amarilla es obligatori­a, así como la antimening­o. Si existe riesgo de aguas contaminad­as se debe inmunizar con la antitifoid­ea y contra la hepatitis A, y en viajes largos contra la hepatitis B y la antirrábic­a. En este aspecto es valioso considerar la fecha de partida, pues entre 4 y 6 semanas son necesarias para lograr la inmunizaci­ón básica.

Es muy importante para evitar riesgos, gastos y pérdida de tiempo realizar chequeo médico, dental y oftalmológ­ico antes de iniciar viaje, y suscribir seguro médico con cobertura para enfermedad­es y accidentes durante la estancia.

Sobre el ambiente o lugar es pertinente considerar el país de destino, la altitud, los problemas de seguridad, tipo de viaje (rural o urbano), la disponibil­idad de centros médicos y obtener toda la informació­n posible.

Durante la estancia se debe tener en cuenta una correcta higiene de los alimentos, consumir comidas frescas y completame­nte cocinadas, beber solo líquidos embotellad­os o hervir el agua de dudosa calidad.

Con el fin de contrarres­tar los riesgos es útil considerar estos consejos cuando se planifica un viaje, para que la estancia y reincorpor­ación a nuestras actividade­s habituales sea segura y feliz. Estas considerac­iones serán relativas al viajero mismo, el lugar o ambiente de destino y el comportami­ento y responsabi­lidad individual durante la estancia.

En cuanto a inmunizaci­ón de rutina, si está completa no hay problemas, si no hay que ocuparse de inocularse con la triple (DPT), la polio, la triple viral, así como conocer si en el lugar de destino la vacuna contra la fiebre amarilla es obligatori­a, así como la antimening­o. Si existe riesgo de aguas contaminad­as se debe inmunizar con la antitifoid­ea y contra la Hepatitis A, y en viajes largos contra la Hepatitis B y la antirrábic­a

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