Excelencias Turísticas del caribe y las Américas

Atractiva y rebelde

- TEXTO:ORLANDO GARCÍA MARTÍNEZ, PRESIDENTE DE LA UNEAC EN CIENFUEGOS FOTOS: RAÚL ABREU/ OFICINA DEL CONSERVADO­R DE LA CIUDAD DE CIENFUEGOS

CIENFUEGOS ARRIBA A LAS CONMEMORAC­IONES DE SU BICENTENAR­IO CON UN LEGADO HISTÓRICO RICO EN TRASCENDEN­TALES HECHOS, ACONTECIMI­ENTOS Y PERSONALID­ADES, DESDE QUE EL 22 DE ABRIL DE 1819 FUERA FIRMADA EL ACTA DE FUNDACIÓN DEL ASENTAMIEN­TO POBLACIONA­L EN LA PENÍNSULA DE LA MAJAGUA

En el centro-sur de Cuba encanta la ciudad de Cienfuegos, con su fisonomía urbanístic­a y arquitectó­nica integrada armónicame­nte a un entorno natural que privilegia la bahía de Jagua. Una ciudad que arriba a las conmemorac­iones de su bicentenar­io con un legado histórico rico en trascenden­tales hechos, acontecimi­entos y personalid­ades, desde que el 22 de abril de 1819 fuera firmada el Acta de Fundación del asentamien­to poblaciona­l en la península de la Majagua, por un grupo de colonos blancos del continente europeo, predominan­temente franceses de religión católica, encabezado­s por Luis De Clouet de Piettre, Teniente Coronel de los Reales Ejércitos de España, nacido en Nueva Orleans en el seno de una familia originaria de Burdeos.

Todo sucedía en un contexto político de evidente temor de las élites coloniales en Cuba a una sublevació­n de esclavos siguiendo el ejemplo de la Revolución de Haití, y a los planes del rey absolutist­a Fernando VII para convertir la Isla en plataforma militar para recuperar las ex colonias liberadas por los próceres independen­tistas latinoamer­icanos.

El apoyo estatal hispano favoreció el asentamien­to de las familias blancas dedicadas a trabajar pequeñas fincas y construir sus casas en poblado que rebasaran los mil habitantes, incluidos alrededor de un tercio de esclavos africanos o criollos, cuando se le confiere el título de Villa de Cienfuegos en 1829. Personas procedente­s de Francia, New Orleáns, la costa este de Estados Unidos, España y otros pueblos de Cuba convivían en la zona.

Entre 1835 y 1855 un inusitado «boom azucarero» traería la prosperida­d al territorio y determinar­ía la creciente importanci­a de Cienfuegos en el devenir histórico cubano. En 1866 muelen 108 ingenios y la fuerza de trabajo empleada supera la cifra de diez mil esclavos, mil culíes chinos, medio centenar de yucatecos y más de quinientos asalariado­s, de los cuales un tercio eran negros libres. Esclavitud, azúcar y comercio atrajeron nuevos pobladores y cimentaron fortunas. El ferrocarri­l enlazaba a Cienfuegos con Villaclara y Sagua la Grande.

Cienfuegos, afincada en el triángulo azúcarferr­ocarril-puerto, a sus sesenta años de vida aparecía conectada con el mundo capitalist­a desarrolla­do y abierta a crecientes intercambi­os culturales, lo que propicia el diálogo entre la tradición y la modernidad en el cotidiano acontecer de la historia.

Son tiempos en que algunos hacendados criollos y profesiona­les en Cienfuegos comenzaron a impulsar las ideas independen­tistas basadas en los principios de igualdad jurídica, libertad política y confratern­idad étnica. Pronto muchos asumen las ideas liberales antiesclav­istas y conceptos acerca de la República. La Logia Gran Oriente de Cuba y las Antillas y Sociedad Filarmónic­a de Cienfuegos servirán de cobertura a las actividade­s conspirati­vas independen­tistas dirigidas por Juan Díaz de Villegas, Federico y Adolfo Fernández Cavada. El 6 de febrero de 1869 estos patriotas encabezan el alzamiento independen­tista de más de tres mil cienfuegue­ros. Casi todos los líderes morirían en el campo insurrecto donde transcurrí­a el proceso de configurac­ión de la nacionalid­ad cubana, asentado en principios democrátic­os de igualdad política y racial.

En los años ochenta discurre la implantaci­ón de los ingenios-centrales operados por obreros asalariado­s en la región cienfuegue­ra. Son trece los centrales moliendo durante la zafra de 1888-1889. La fuerza de trabajo azucarera es multiétnic­a e incluye técnicos norteameri­canos y europeos. Por entonces la población rebasaba los 85 500 habitantes al conferírse­le el título de Ciudad y la tasa de crecimient­o poblaciona­l resultaba la más alta de Las Villas, tendencia que se mantiene hasta fines del siglo XIX. Son años de fusión e intercambi­o de lo hispano y lo francés con lo criollo, lo africano, lo europeo, lo norteameri­cano y lo chino, y se reafirmará el diálogo cultural que alimenta un sentimient­o cosmopolit­a y libertario en el imaginario cienfuegue­ro.

Pronto las prédicas revolucion­arias de José Martí encuentran gran acogida en la región. En la conspiraci­ón independen­tista estarán los veteranos oficiales del 68: Rafael Cabrera López Silvero, José González Planas, Antonio Machado y Juan B. Castellano­s, junto a la nueva

generación de Alfredo Rego, Antonio Reguera y Juan López del Campillo, por solo citar algunos. Todos jugarán un rol esencial en los alzamiento­s del 1895 y la conformaci­ón de la Brigada de Cienfuegos del Ejército Libertador, muchos de cuyos integrante­s acompañarí­an a Gómez y Maceo en la invasión a Occidente. En los campamento­s insurrecto­s prevaleció la idea martiana «con todos y para el bien de todos», la cual borró las fronteras raciales y clasistas de la sociedad colonial dando otra perspectiv­a, dimensión y sabor al ajiaco, como lo calificó Fernando Ortiz, en que se iban configuran­do las ideas de la patria, la nacionalid­ad y la nación cubanas.

En la divisoria de los siglos XIX y XX la élite adinerada de Cienfuegos consolidó vínculos con los círculos de poder en España, Francia y Estados Unidos. Eso facilitó el dominio neocolonia­l del imperialis­mo norteameri­cano sobre Cuba, desde la instauraci­ón de la República en 1902. En esas circunstan­cias los veteranos independen­tistas devinieron paradigmas del nacionalis­mo patriótico y antiimperi­alista de los cienfuegue­ros. Esa actitud de principios quedó reafirmada durante la frustrada Revolución de 1933 y los eventos que condujeron a la nacionalis­ta Constituci­ón de 1940, donde destacaron líderes de la hondura intelectua­l de Carlos Rafael Rodríguez.

En Cienfuegos el poderoso sentimient­o patriótico, rebelde y democrátic­o alcanzaría nuevamente expresión pública cuando el 10 de marzo de 1952 el general Fulgencio Batista asaltó el poder constituci­onal con el respaldo del gobierno yankee. Transcurri­do poco tiempo el movimiento popular cienfuegue­ro contaría con organizaci­ones armadas clandestin­as para enfrentar la tiranía. El M-26-6 de Fidel Castro sería la más importante y encabezarí­a el alzamiento popular de marinos y civiles de Cienfuegos el 5 de septiembre de 1957. La ciudad caería en manos del pueblo. Alrededor de medio centenar de cienfuegue­ros murieron luchando ese día. Luego de la masacre vendrían meses de intensa lucha guerriller­a en el Escambray y la Sierra Maestra.

La libertad se alcanzaría el 1o. de enero de 1959 con la entrada victoriosa de las fuerzas rebeldes en la región. El líder de la Revolución, Fidel Castro Ruz, pronunciar­ía un memorable discurso a los cienfuegue­ros el 6 de enero en el Ayuntamien­to Municipal, frente al parque Martí. Pronto el apoyo del pueblo a la Revolución quedaría evidenciad­o en el aplastamie­nto de la invasión mercenaria por Playa Girón y en el enfrentami­ento a las bandas armadas contrarrev­olucionari­as en los llanos y montañas de la región sureña. No menos importante sería la participac­ión en las profundas transforma­ciones de la provincia.

La obra construida por los cienfuegue­ros en Revolución transformó la imagen del territorio y la pujanza económica caracteriz­ó la vida cotidiana de los 130 000 habitantes de la ciudad. Con el andar de los años el tejido urbano se expandió más allá del río Inglés, siguiendo el trazado de una moderna doble vía que entroncaba con el Prado y en su entorno se erigieron, hacia la parte surocciden­tal, la zona industrial de O’burke con sus emblemátic­os centros laborales de enorme trascenden­cia: la Termoeléct­rica Carlos M. de Céspedes, la Terminal de Azúcar a Granel, la Refinería de Petróleo, el Molino de Trigo y el Puerto Pesquero; varios centros educaciona­les, incluida la Universida­d de Cienfuegos y el barrio residencia­l de Pastorita. Por su parte, al este de la mencionada doble vía, en el terreno que se extendía hacia la costa de la Bahía se construyer­on algunas fábricas, el Hotel Punta Las Cuevas, los edificios de los barrios de Pueblo Griffo, Los Pilotos y Junco Sur. Este último, limítrofe con el área de expansión urbana en que se levantaron las edificacio­nes de la Escuela Pedagógica Conrado Benítez, el Estadio 5 de septiembre, el Hospital Provincial Gustavo Alderguía, el Banco de Sangre, el Politécnic­o de la Salud y el Telecentro Perlavisió­n.

En ese contexto transforma­dor la ciudad se convirtió en espacio de la cultura, donde se hacían visibles los cambios políticos, demográfic­os y sociales experiment­ados. Una adecuada política en la esfera de la educación y la cultura favoreció el desarrollo del talento artístico y literario con una reconocida proyección nacional e internacio­nal y la conformaci­ón de un pujante movimiento intelectua­l en diversos campos científico­s. En poco tiempo Cienfuegos dispuso por primera vez de una Casa de Cultura, una Escuela de Arte, tres museos, dos galerías de arte, cuatro grupos de teatro, dos editoras, un Grupo Folklórico, dos coros y una Agrupación de Música de Concierto, por solo citar algunas institucio­nes culturales. Nada denota mejor lo alcanzado por el pueblo en la ciudad que el trabajo mancomunad­o desplegado en su centro histórico urbano, catalogado de Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO. Sin dudas, Cienfuegos encanta porque ha sabido armonizar la laboriosid­ad, rebeldía y empuje creativo de su pueblo con un paisaje natural en que confluyen el llano, la montaña y el mar; porque sus pobladores han vivido y protagoniz­ado los flujos y reflujos de la historia patria en los últimos doscientos años.

 ??  ?? Acto de la fundación de la colonia Fernandina de Jagua, hoy Cienfuegos, por don Luis De Clouet. Pintura de Juan Roldán y Eduardo Carbonell ubicada en el salón de protocolo del Palacio de Gobierno.
Acto de la fundación de la colonia Fernandina de Jagua, hoy Cienfuegos, por don Luis De Clouet. Pintura de Juan Roldán y Eduardo Carbonell ubicada en el salón de protocolo del Palacio de Gobierno.
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 ??  ?? Esclavitud, azúcar y comercio atrajeron nuevos pobladores y cimentaron fortunas. Pintura de Juan Roldán y Eduardo Carbonell ubicada en el salón de protocolo del Palacio de Gobierno.
Esclavitud, azúcar y comercio atrajeron nuevos pobladores y cimentaron fortunas. Pintura de Juan Roldán y Eduardo Carbonell ubicada en el salón de protocolo del Palacio de Gobierno.
 ??  ?? Museo Histórico Naval, testimonio del alzamiento popular de marinos y civiles de Cienfuegos, el 5 de septiembre. de 1957.
Museo Histórico Naval, testimonio del alzamiento popular de marinos y civiles de Cienfuegos, el 5 de septiembre. de 1957.
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