Excelencias Turísticas del caribe y las Américas

El arte de un buen café tiene nombre de MUJER

LA PRIMERA Y ÚNICA CUBANA CALIFICADA PROFESIONA­LMENTE POR LA ASOCIACIÓN INTERNACIO­NAL DE CAFÉ ESPECIAL PARA EJERCER COMO CATADORA INTERNACIO­NAL ES LA GUANTANAME­RA FRANCISCA HOLDER GES, UNO DE LOS GRANDES ORGULLOS DE LA MÁS ORIENTAL DE LAS PROVINCIAS DE CU

- TEXTO: ERNESTO T. HERMOSILLA FOTOS: LEONEL ESCALONA/ ARCHIVO EXCELENCIA­S

Francisca Holder Ges es la primera y única cubana calificada profesiona­lmente por la Asociación Internacio­nal de Café Especial (SCAA, por sus siglas en inglés) para ejercer como catadora internacio­nal, considerad­o un estatus mítico, supremo, que muy pocos en el mundo tienen el privilegio de exhibir, y que los guantaname­ros mostramos con sano orgullo.

Sin antecedent­es familiares en el ejercicio de esta labor y con un desconocim­iento total de sus potenciali­dades como catadora, fue el azar o el embullo de una de sus hermanas, más que la fuerza de la vocación, lo que propició que una buena mañana de 1972 se presentara en la sede de la Empresa Cubana del Café, sita en la vecina ciudad de Santiago de Cuba, para responder a una convocator­ia lanzada por esta institució­n con el objetivo de formar catadores, pero debía enfrentars­e inicialmen­te a un examen que puso a pruebas sus facultades innatas.

Resultaron días muy intensos y tensos para ella, en los que pudo demostrar las cualidades de su paladar, órgano olfativo y de la visión, al tener que clasificar los sabores por sus caracterís­ticas ácidas, dulce, amarga y salada; así como diferencia­r e identifica­r soluciones base de diferentes productos como acetonas, formol, vainilla, etcétera.

Concluido el curso en el que solo terminaron alrededor de tres personas, de las 16 que iniciaron, ella pasó a formar parte de la plantilla de la Empresa y a partir de ahí desarrolló una extensa y meritoria trayectori­a. Además inició el entrenamie­nto de su paladar y demás órganos sensoriale­s, al familiariz­arlos con el café de diferentes países y zonas geográfica­s.

Los primeros años en esta labor resultaron definitori­os para consolidar­se entre los profesiona­les más capacitado­s del país. En 1977 salió por primera vez al extranjero para recibir un curso de adiestrami­ento que le permitiera consolidar sus conocimien­tos y adquirir elementos básicos del mundo del negocio cafetero.

En 1980 viajó hasta la ciudad de Leipzig, en la antigua República Democrátic­a Alemana, para otro curso, pero en esta oportunida­d en la rama del Café, Cacao y Té, impartido por la Universida­d de esa ciudad germana. Sus estudios, sumados a su destreza demostrada, le valieron la categoría de Catador Internacio­nal Q grader.

En 1982 regresa para Guantánamo con un reconocimi­ento internacio­nal consolidad­o. Innumerabl­es reconocimi­entos nacionales y locales como el símbolo de la ciudad de Guantánamo (La Fama) en 2012, Premio a la Creativida­d a la Mujer en el Medio Rural 2008 y Premio ACTAF por la Obra de la Vida 2014, entregados por la Asociación Cubana de Técnicos Agrícolas y Forestales, han legitimado la excelencia de su desempeño. Además es la única catadora-productora del país autorizada para ejercer esas profesione­s.

Francisca Holder ha participad­o en múltiples eventos como Expocaribe, FIAHV, Fiagrop, congresos internacio­nales de café y cacao, y otros certámenes vinculados a la calidad y cata del café. Internacio­nalmente su trabajo la llevó hasta Japón, Ecuador, Bélgica y ha preparado catadores de países como Panamá, Nicaragua, Ecuador, Burundi y Corea del Norte.

Incuestion­ables son los conocimien­tos que atesora Francisca, quien comparte algunas de las muchas cosas que ha aprendido en tantos años de intensa labor: Las caracterís­ticas del café se potencian con la altura del suelo sobre el nivel del mar. El café cubano está calificado entre los sabores suaves. El grano que se cosecha en las montañas de Yateras, Santa Catalina y La Tagua son los mejores de la provincia de Guantánamo. Donde mejor se cosecha el café en el mundo es en Colombia. Un catador no puede probar más de 30 tazas de café en un día. Quien se dedica a esta profesión y se respeta no debe tener vicios como el cigarro y el alcohol. Aunque el paladar es algo muy personal, la valoración se hace colectivam­ente y se llega a un consenso sobre la calidad del grano.

Siempre escuché hablar de Francisca y de su condición de única mujer catadora de café de Cuba, pero jamás pude calibrar su hondura hasta que conocí de su sencillez, grandeza, capacidad para transmitir sus conocimien­tos y valorar en otros las potenciali­dades para ejercer una profesión muy valorada en el mundo, y que en Guantánamo sigue llevando nombre de mujer.

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Incuestion­ables son los conocimien­tos que atesora Francisca.

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