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OTROS HORIZONTES

EL MUSEO DE LOS METEORITOS, LOCALIZADO EN LA PROVINCIA DE CHACO, ES UN LUGAR ÚNICO, DONDE SE PUEDEN APRECIAR EL SEGUNDO METEORITO MÁS GRANDE DEL MUNDO Y CENTENARES DE FRAGMENTOS, LO QUE LO CONVIERTEN EN LA MAYOR CONCENTRAC­IÓN MUNDIAL DE ROCAS EXTRATERRE­ST

- TEXTO Y FOTOS: ENRIQUE MOLINA

Museo de los meteoritos: Campo del cielo

LLUVIA CÓSMICA

Las pruebas científica­s estiman que hace unos 4000 años, los indígenas Qom y Wichi, cuyos descendien­tes aún habitan la zona, vieron en la realidad lo que luego millones de terrícolas hemos visto como películas de ciencia ficción. Ocurrió que un meteorito –cuyo peso estimado rondaría las 800 t– entró en la órbita terrestre. La fuerza de gravedad lo precipitó irremediab­lemente hacia la superficie a velocidad descomunal, alcanzando temperatur­as de miles de grados hasta que estalló a pocos kilómetros del suelo, provocando el impacto de centenares de pedazos de gran tamaño concentrad­os en un área reducida.

Los aborígenes que observaron aquel auténtico cataclismo cósmico lo incorporar­on a su mitología. Según su versión, fueron gotas de sudor del Sol que cayeron para unirse íntimament­e con la Tierra, una forma de unión entre lo terrestre y lo celestial. Por ello el lugar les pareció sagrado y dejaron sin habitar la zona principal del impacto. Tal vez pensaron que las relaciones de intimidad hay que mantenerla­s tranquilas ¡y si es entre dos colosos tan imponentes como Sol y Tierra mucho más! El caso es que al sitio donde se produjo la lluvia celestial lo llamaron con el poético nombre de Pingüen N'onaxa, que significa Campo del Cielo.

Y así pasaron siglos hasta que, a partir de la década de los años 70 del pasado siglo, el investigad­or William Cassidy (astrónomo de la NASA) se interesó por aquellas extrañas piedras a las que los lugareños daban poca importanci­a. Tal era, que en 1990 un avispado turista estadounid­ense ya marchaba con el meteorito «Chaco» (37 000 kg) encima de la plataforma de un camión para sacarlo ilegalment­e del país y venderlo por 20 millones de dólares, cuando fue intercepta­do por un policía rural al sospechar que algo no cuadraba en aquel raro cargamento.

MUSEO DE LOS METEORITOS

El intento de robo del meteorito salió publicado en medios de comunicaci­ón de todas partes y el tema se judicializ­ó, lo cual hizo reflexiona­r a políticos y científico­s sobre la necesidad de proteger aquel patrimonio natural llovido del cielo, que convertía esa zona en algo único en el mundo.

En otros lugares del planeta se habían encontrado algunos meteoritos, pero allí había centenares, que conforman la mayor concentrac­ión mundial de rocas extraterre­stres.

Su valor científico era incalculab­le y también pensaron que se podría convertir en un sitio de grandísimo interés turístico. Por ello el gobierno argentino ha promulgado estrictas leyes de protección para su Parque Natural de los Meteoritos.

De esta manera se inauguró, a finales de 2016, el Museo Campo del Cielo. Se encuentra a 350 km de Resistenci­a –capital de la provincia de Chaco– en dirección suroeste hacia la localidad de Gancedo, en cuyo término municipal se localiza este Parque Nacional. Se ha acondicion­ado el entorno natural cual museo al aire libre, conjuntame­nte con un magnífico edificio que funciona como centro interactiv­o de interpreta­ción del fenómeno espacial y exposición de meteoritos de tamaño más pequeño.

La carretera asfaltada desde Resistenci­a es buena. Una desviación señalizada de 12 km por pista de tierra bien arreglada nos lleva hacia el museo, enclavado en una extensa zona de 100 ha arboladas con especies autóctonas. Senderos bien delimitado­s y paneles explicativ­os permiten contemplar y conocer los meteoritos más grandes, algunos junto al correspond­iente cráter que en su momento causó el tremendo impacto, aunque actualment­e esos huecos aparecen suavizados por la erosión y colmatació­n de tierra, agua y vegetación. La buena sombra que da el arbolado, el suelo con césped, así como mesas y sillas rústicas junto a parrillas, conforman un lugar espectacul­ar para el asado familiar de los domingos.

Los grandes meteoritos tienen nombre: al segundo mayor del mundo le han bautizado como Chaco, en honor a la región, y pesa 37 t; el siguiente es el Gancedo, en honor a la población municipal, con sus 30 800 kg ocupa la tercera posición como meteorito de una sola pieza en el ranking universal; otro el Toba... Así hay varias docenas más repartidos por la gran extensión del Parque.

Resulta que unos trozos del gran meteorito inicial impactaron verticalme­nte formando cráteres, pero se fragmentar­on en piezas como consecuenc­ia del brutal golpe, mientras que otros colisionar­on en ángulos de 10º o menos por lo que penetraron rasante en la mullida tierra, excavando un túnel, hasta quedar empotrados sin destruirse, dada su notable dureza.

El edificio del museo ha sido diseñado por el arquitecto español Pedro García Demeses. A la entrada hay un conjunto de escultural­es lanzas en acero de 11 m, obra del artista chaqueño Fabriciano Gómez, quien quiso representa­r aquellas «lanzas de fuego» que se clavaron sobre la tierra. Luego, una enorme marquesina estrellada, que da sombra en esta tierra cálida, se antepone al inmueble dividido en dos partes: en la planta baja existen paneles donde se narra la historia, la cosmovisió­n indígena,

Lo que ocurrió en la provincia argentina de Chaco es un fenómeno único a nivel mundial, por eso lo que expone este Museo-Parque es fantástico

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 ??  ?? El autor de este reportaje también quiso notar la sensación de tocar con sus manos el material protoplane­tario con el que se formó nuestro sistema solar.
El autor de este reportaje también quiso notar la sensación de tocar con sus manos el material protoplane­tario con el que se formó nuestro sistema solar.
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Cráter erosionado dejado por el impacto de un meteorito. Un joven parece sentir la fuerza del universo, mientras al fondo vemos la silueta del museo.
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La composició­n química de la roca extraterre­stre forma bellos colores, bien por sí misma o al entrar en contacto con nuestra atmósfera.

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