Excelencias Turísticas del caribe y las Américas

Desbordada espiritual­idad

PUJANTE Y VARIOPINTA ES LA CULTURA DE LA HABANA, UNO DE LOS EPICENTROS INDISCUTIB­LES DE AMÉRICA LATINA. EL ALMA DE UNA CIUDAD ES LA DE SUS HABITANTES, LA HUELLA QUE HAN DEJADO MUJERES Y HOMBRES

- TEXTO / YURIS NÓRIDO FOTOS / JULIO LARRAMENDI / ROLANDO PUJOL

Encrucijad­a, lugar de adopción y encuentro de gentes de disímiles procedenci­as, La Habana tenía que ser ciudad heterogéne­a. Pujante y variopinta es su cultura, fruto de un diálogo de siglos. El alma de una ciudad es la de sus habitantes; su cultura es la huella que han dejado mujeres y hombres. Ese entramado se va consolidan­do poco a poco, en un proceso de acumulació­n que no termina nunca. Como las capas de una cebolla.

Hay una Habana superficia­l, postal para turistas, hermosa incluso en la destrucció­n (belleza que duele) y vocinglera hasta el delirio. Y hay otra Habana más profunda e intensa, arca de millones de historias, aspiracion­es y desafíos cotidianos. Las dos se hacen una en la expresión del arte.

Está el arte inspirado en la ciudad y la ciudad misma es arte.

A pesar de los embates de la naturaleza y el hombre, de carencias puntuales o sempiterna­s, de las veleidades de la historia… La Habana es uno de los epicentros culturales de América Latina. Y esa variedad de opciones artísticas y literarias obedece a una vocación institucio­nal, pero sobre todo, a su riquísimo acervo y a la vitalidad de sus creadores.

El que vive en la ciudad o la visita tiene a su disposició­n una cartelera que, en algunos de sus ámbitos, emula con las de las grandes capitales del mundo. Desde manifestac­iones eminenteme­nte populares (y en esa categoría, por supuesto, se incluyen las fiestas más o menos espontánea­s en barrios y comunidade­s) hasta eventos de la (mal) llamada «alta cultura»: ópera, ballet, música de concierto…

Lo interesant­e es que muchas de esas expresione­s, que siguen siendo patrimonio de élites en otros lugares, en La Habana devienen fenómenos de gran convocator­ia.

El ballet, por ejemplo, que es pasatiempo de miles. Cuando los bailarines del Royal Ballet de Londres vieron el entusiasmo del público que abarrotó los teatros durante las presentaci­ones de esa compañía en la ciudad, se sintieron como estrellas de rock – eso dijeron a la prensa.

A las temporadas de los grandes clásicos, por el Ballet Nacional de Cuba, asisten personas de todos los sectores, que integran un auditorio llamativo.

El ballet es la proa, pero en La Habana hay muchas compañías de danza moderna, folclórica y de variedades, que agrupan (es opinión generaliza­da de especialis­tas internacio­nales) a bailarines de clase mundial.

El alma de una ciudad es la de sus habitantes; su cultura es la huella que han dejado mujeres y hombres. Ese entramado se va consolidan­do poco a poco, en un proceso de acumulació­n que no termina nunca. Como las capas de una cebolla

Las agrupacion­es teatrales cubren un espectro temático y estilístic­o tan amplio, que se puede decir que hay opciones para todos los públicos.

La Habana cuenta con un importante sistema institucio­nal y privado de galerías de arte. Todos los meses se inauguran decenas de exposicion­es.

Por razones sobre todo económicas, la urbe está fuera del circuito internacio­nal de presentaci­ones de las compañías y figuras del arte universal. Y, sin embargo, muchos de los más encumbrado­s artistas del mundo, de las mejores agrupacion­es, la han escogido como plaza para sus presentaci­ones, en giras sin intereses mercantili­stas.

Festivales de cine, teatro, ballet; Bienal de artes visuales; ferias del libro y de artesanías… el catálogo de encuentros culturales es considerab­le cada año. Y gracias a esas convocator­ias, el público ha podido acceder a lo mejor del arte universal… sin contar el hecho de que en La Habana se ha concretado siempre un arte de primerísim­o nivel.

La particular fisonomía de la ciudad puede motivar de por sí una experienci­a estética; pero más allá de esa naturaleza, La Habana asume el arte como sostén principalí­simo de su desbordada espiritual­idad.

 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ?? Fusterland­ia es un lugar especial y único en La Habana, concebido por el creador José Fúster, donde el arte ha invadido las calles.
Fusterland­ia es un lugar especial y único en La Habana, concebido por el creador José Fúster, donde el arte ha invadido las calles.
 ??  ?? En el Callejón de Hamel el escultor y muralista cubano Salvador González Escalona se ha encargado de difundir la cultura y la religión afrocubana­s.
En el Callejón de Hamel el escultor y muralista cubano Salvador González Escalona se ha encargado de difundir la cultura y la religión afrocubana­s.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain