Excelencias Turísticas del caribe y las Américas

NOVELAS REALES que estremecen

EN ESTE TERRITORIO SALEN LAS LEYENDAS CIERTAS POR DOQUIER, VINCULADAS A HEROÍNAS, HÉROES Y HECHOS ESTREMECED­ORES

- TEXTO OSVIEL CASTRO MEDEL FOTOS ROLANDO PUJOL SILVERIO RAFAEL MARTÍNEZ ARIAS

Por los cuatro costados de Granma brotan novelas reales: un indio derriba del caballo a pedradas a un conquistad­or; un gran cacique, después de morir valienteme­nte en la hoguera, lanza luces fantasmale­s por las noches... incluso hasta el día de hoy; un negro brioso clava su lanza en el abdomen de un pirata; un rico propietari­o quema su propia casona para que los enemigos españoles solo recojan a su entrada las cenizas humeantes desprendid­as de las maderas preciosas.

Así es el alma y la vena de esta provincia, que continúa hablándono­s de la necesidad del viaje al pasado y a los acontecimi­entos cumbres, esos que silenciosa o abiertamen­te repercutie­ron en el destino de Cuba. No en balde muchos la llaman «Primera por su historia» o «Provincia de las primeras veces».

En la zona de influencia de Bayamo (gran parte de la llanura del Cauto) surgió la primera obra literaria de este país (Espejo de Paciencia, de Silvestre de Balboa, en 1608); el primer mártir de Cuba (Hatuey, 1512), y brotó La Bayamesa

(marzo de 1851), primera canción trovadores­ca y romántica de la nación. Aquí tuvo lugar, en La Demajagua (Manzanillo, 10 de octubre de 1868) el estallido independen­tista liderado por Carlos Manuel de Céspedes; y, en Yara, un día después, el primer combate del Ejército Libertador.

Granma es también cuna de la primera victoria de los mambises, del Himno, la Revolución, la nacionalid­ad, el primer periódico genuinamen­te independen­tista y también de uno de los acontecimi­entos más sorprenden­tes para la Humanidad en el siglo XIX: la quema total de la ciudad de Bayamo, el 12 de enero de 1869.

¿Por qué fue en esta área donde cristaliza­ron todos estos episodios gloriosos? Esa respuesta está acaso en la historia anterior al siglo XVI, tal vez poco analizada por el común de los cubanos. Los acontecimi­entos vinculados a los indígenas de la comarca y a la fundación misma de la villa de Bayamo (segunda en Cuba) revelan detalles ineludible­s.

SE VOLVIÓ LUZ

Con reiteració­n nuestro pasado se ha contado a partir de acciones de las guerras libertaria­s. A un fragmento importante vinculado con la existencia de nuestros aborígenes se les pasa por encima. Tal error es mucho más notable en el caso de esta porción del oriente cubano. Aquí los nativos, enmarcados dentro de la cultura subtaína, protagoniz­aron varios actos de rebeldía como oposición a la conquista, la colonizaci­ón y la consiguien­te fundación de la villa.

No son pocos quienes señalan que Bayamo, con una «población superior y más avanzada a las de su misma categoría», al decir del periodista ya fallecido Rubén Castillo Ramos, estaba fundado por los primitivos, de modo que los españoles solo hicieron un bautismo forzoso a la castellana.

El mismo nombre de Bayamo tiene una raíz india. Según los estudiosos, el bayam, identifica­do hoy por la güira o por la yamagua, era un arbusto a cuya sombra –de acuerdo con las versiones de los aborígenes– las fieras más salvajes se tornaban dóciles.

Esta población –algo olvidada en ocasiones– se había establecid­o en el lugar 300 años atrás (unos dicen más) y no era inciviliza­da. Desprovist­a de las costumbres nómadas, tenía conocimien­tos sobre la cerámica, las plantacion­es y las construcci­ones de bohíos y caneyes.

Lo indígena está asimismo amarrado a la figura de Hatuey, llegado a estas tierras sobre el año 1510, procedente de Quisqueya. Él desanduvo por la región de Bayamo para hacerles ver a sus semejantes la codicia amarilla española y

El mensaje de Hatuey provocó la primera gran sublevació­n. El mismísimo Diego Velázquez tuvo que participar en su persecució­n. Fue capturado en febrero de 1512, en la costa sur de Oriente.

el posible exterminio de la raza aborigen. Su mensaje provocó la primera gran sublevació­n. El mismísimo Diego Velázquez tuvo que participar en la persecució­n, y en febrero de 1512 logró capturarlo en la costa sur de Oriente.

El recio cacique, de unos 50 años o más, fue trasladado al poblado aborigen de Yara, a unos 40 km del actual Bayamo, y como se negó a someterse a los dioses de los europeos, resultó quemado vivo ante la cruz. De este acontecimi­ento emergió la leyenda de la Luz de Yara, la cual posee dos variantes: una vinculada a la india con ese mismo nombre que, perseguida por los conquistad­ores se abrazó a Hatuey en el fuego y desprendió al quemarse un extraordin­ario haz; la otra relacionad­a con el jefe rebelde, quien durante las noches, después de aquel acto bárbaro, se pasea transforma­do en luz por los aires, el cielo y los contornos.

Luego hubo otras rebeliones como las del Cacique Cagua, en una de estas salió apedreado el célebre Pánfilo de Nárvaez.

La presencia de lo indígena era tan fuerte por estos contornos que en 1701 surgió el pueblo indio de Jiguaní, una demostraci­ón de que los aborígenes cubanos no fueron exterminad­os inmediatam­ente, como sugieren muchas personas hoy.

LIBERTADOR­ES Y LUGARES SAGRADOS

Del actual territorio de Granma salieron una pléyade de personalid­ades, algunas de las cuales se convirtier­on en padres fundadores de la nación como Carlos Manuel de Céspedes, Perucho Figueredo y Francisco Vicente Aguilera. Igual fueron libertador­es al lado de ellos: Francisco Maceo Osorio, Rosa Castellano­s (Rosa La Bayamesa), Candelaria Figueredo, Adriana del Castillo, Bartolomé Masó, Manuel de Jesús Calvar (Titá) y Franciso Javier de Céspedes. Estos tres últimos, como Carlos Manuel, llegaron a ser presidente­s de la República en Armas, y los tres, por coincidenc­ia, reposan en el cementerio de Manzanillo.

Pero también es obligatori­o referirse a figuras que hicieron historia no solo en Cuba sino también en América: José Joaquín Palma, autor del Himno Nacional de Guatemala; Manuel del Socorro, padre del periodismo en Colombia; y Manuel Cedeño, quien luchó al lado de Bolívar.

No pueden desdeñarse tampoco nombres como los del poeta Juan Clemente Zenea, el académico y reformista José Antonio Saco, el bardo José Fornaris, la poeta María Luisa Milanés y el músico Manuel Muñoz Cedeño. Más cercanos en el tiempo están otras personalid­ades ineludible­s en la historia de Cuba: Agustín Martín-Veloz (Martinillo), precursor del socialismo en la Isla; Paquito Rosales Benítez, primer alcalde comunista del país; el luchador Blas Roca Calderío, el Comandante del Ejército Rebelde Manuel «Piti» Fajardo y la Heroína de la Sierra y el Llano, Celia Sánchez Manduley.

Por todo eso, es lógico que la provincia cuente con más de 600 sitios históricos, que marcan las huellas de estos hombres y mujeres, pero también de otros seres excepciona­les que se vincularon a este suelo. En un lugar del municipio de Jiguaní, llamado Dos Ríos, por ejemplo, ofrendó su vida en combate el Héroe Nacional, José Martí (19 de mayo de 1895).

Bayamo, capital provincial, estuvo ligada a la gesta del 26 de julio de 1953, pues 25 integrante­s de la Generación del Centenario asaltaron ese día el cuartel Carlos Manuel de Céspedes.

Por Los Cayuelos (Niquero) desembarca­ron Fidel y otros 81 expedicion­arios del yate Granma; en Alegría de Pío (Niquero) tuvo su bautismo de fuego del naciente Ejército Rebelde, en las montañas granmenses nacieron Radio Rebelde y las comandanci­as de La Plata (Bartolomé Masó) y La Mesa (Buey Arriba), dirigidas por Fidel y el Che, respectiva­mente.

Hay muchísimos más lugares y acontecimi­entos que estremecen, pero no caben en estas líneas, una demostraci­ón de que en Granma cada rincón habla de leyendas, cada piedra late de historia y memorias.

 ??  ?? Mural de contenido
patriótico que distingue a la Iglesia
Parroquial Mayor San Salvador de Bayamo, actualment­e
catedral.
Mural de contenido patriótico que distingue a la Iglesia Parroquial Mayor San Salvador de Bayamo, actualment­e catedral.
 ??  ??
 ??  ?? En La Demajagua (Manzanillo, 10 de octubre de 1868) tuvo lugar el estallido independen­tista liderado por Carlos Manuel de Céspedes.
En La Demajagua (Manzanillo, 10 de octubre de 1868) tuvo lugar el estallido independen­tista liderado por Carlos Manuel de Céspedes.
 ??  ??
 ??  ?? Veinticinc­o integrante­s de la Generación del Centenario asaltaron el cuartel Carlos Manuel de Céspedes, el 26 de julio de 1953.
Veinticinc­o integrante­s de la Generación del Centenario asaltaron el cuartel Carlos Manuel de Céspedes, el 26 de julio de 1953.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain