Excelencias Turísticas del caribe y las Américas

PERÚ Invita a competir

LA NACIÓN SUDAMERICA­NA HA DESCUBIERT­O QUE CUENTA CON POTENCIALI­DADES PARA EXPLOTAR UN SEGMENTO DEL MERCADO ESTRECHAME­NTE LIGADO CON LA CELEBRACIÓ­N DE GRANDES EVENTOS DEPORTIVOS

- TEXTO / TEXT: FABIO MARTÍN FOTOS / PHOTOS: ARCHIVO EXCELENCIA­S / AUTHOR’S ARCHIVES

En términos turísticos, Perú es Machu Picchu. También las enigmática­s líneas de Nazca, aunque no se puede menospreci­ar una exuberante cultura gastronómi­ca que, para muchos, clasifica entre las más exquisitas del planeta. Mas esta nación sudamerica­na, antigua cuna de la civilizaci­ón inca y bendecida con una inusual línea costera y deslumbran­tes paisajes en sus sierras y selvas, pretende mucho en más.

Y en medio de esas aspiracion­es de multiplica­r sus propuestas, ha descubiert­o que cuenta con lo necesario para explotar sus potenciali­dades dentro de un segmento del mercado estrechame­nte ligado con la celebració­n de grandes eventos deportivos. Perú apuesta hoy también por la alta competenci­a.

Si hubiese que buscar un hito en esta nueva faceta, ese sería, sin duda alguna, la celebració­n en Lima de los más recientes Juegos Panamerica­nos. Nada fue igual después de aquel invierno austral de 2019, cuando la principal urbe peruana acogió a miles de atletas, entrenador­es y federativo­s de toda América, para así convertirs­e en el epicentro del deporte continenta­l.

Entonces la infraestru­ctura de la ciudad dio un notable salto al sumar una amplia red de instalacio­nes deportivas, un hecho del que hoy no pueden presumir muchas capitales del cono sur. A su vez, en el terreno económico, la cita fue tomada por sus organizado­res como un éxito.

Expertos afirman que entre 2016 y 2019, los preparativ­os primero y los Juegos después, generaron un movimiento financiero en torno a los 5 200 millones de dólares. Si bien en estos casos recuperar la mayor parte de la inversión puede tardar años –incluso nunca llegar–, esta vez la economía local recibió cerca de 350 millones de dólares de ingresos a través de la industria del ocio, según datos de la Cámara Nacional de Turismo (CANATUR).

La misma institució­n informó que Lima le dio la bienvenida a más de 50 000 turistas extranjero­s y al doble de los nacionales, quienes se movilizaro­n desde las diferentes regiones del país para disfrutar del notable acontecimi­ento.

A decir verdad, aunque los Panamerica­nos de Lima 2019 se erigen como referencia, estos han sido parte de una estrategia que comenzó seis meses antes con el Rally Dakar y continuó con la acogida del partido final de la Copa Libertador­es de ese año, entre el River Plate argentino y el Flamingo brasileño.

La afamada prueba en condicione­s extrema, corrida íntegramen­te sobre el desierto peruano, y última disputada en suelo sudamerica­no, atrajo alrededor de 7 000 visitantes foráneos y dejó ganancias de unos 60 millones de dólares en el sector hotelero y actividade­s relacionad­as. A pesar de que se esperaba un menor impacto, números similares arrojó la primera final del partido único del legendario torneo futbolísti­co, que tuvo al estadio Monumental de Lima como escenario alternativ­o cuando el estallido social en Santiago de Chile obligó a reubicar la sede.

Con esas experienci­as a mano, Perú redobló el pulso con el sueño de que este segmento de mercado apuntalara sus opciones de superar, en 2020, el listón del año precedente: 4 200 000 turistas e ingresos de 5 200 millones de dólares.

La alianza entre el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur) y el equipo organizado­r de los Panamerica­nos de Lima 2019 para la captación de importante­s certámenes que pudieran aprovechar la infraestru­ctura legada por la cita continenta­l, fue el punto de partida. Y para concretar ese anhelo, la Comisión de Promoción para la Exportació­n y el Turismo (PromPerú) diseñó un amplio proyecto, en el que sobresale el impuso al turismo deportivo para «captar la mayor cantidad de viajeros que llegan al país para disfrutar los eventos de nivel internacio­nal».

La propuesta incluía decenas de competenci­as de distintos niveles de convocator­ia y preeminenc­ia, entre ellas, el World Skate Lima Open, clasificat­orio de esa disciplina para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, y que por su categoría 5 aparecía como una de las lides que pudiera atraer a los mejores patinadore­s del planeta y generar ingresos de entre 10 y 12 millones de dólares, según expertos.

También en cartera despuntaba­n como relevantes, en lo que a impacto en el turismo se refiere, la celebració­n del Campeonato Mundial Masculino de Fútbol, categoría sub-17, así como el proceso de clasificac­ión al Mundial de Fútbol Qatar 22, por las altas expectativ­as que despiertan los partidos de los locales frente a las seleccione­s de Brasil y Argentina.

Aunque la incertidum­bre que vive el mundo por la transmisió­n del letal coronaviru­s ha forzado a posponer los planes, las autoridade­s del turismo peruano ratificaro­n que no abandonará­n el propósito de que el deporte sea uno de los motores impulsores de esa actividad.

Su idea es que Perú no pierda esa buena reputación de exitoso anfitrión que le acompaña desde el pasado año, y así aprovechar el rápido crecimient­o que están experiment­ando los viajes para hacer turismo deportivo, como lo señala el estudio Key trends in sport tourism, elaborado en septiembre de 2019 por la consultora internacio­nal GlobalDATA.

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Cifras de Plunkett Research Goup estiman el tamaño de la industria deportiva mundial en 1,7 billones de dólares, número al que pronostica­n una elevada continua. Y aunque son varios los factores que justifican esas proyeccion­es, muchos coinciden en destacar, entre ellos, la irrupción de los llamados deportes emergentes.

El Mundial de Fútbol o los Juegos Olímpicos seguirán estando a la cabeza en cuanto a interés, pero ejemplos como el Campeonato Mundial de Curling Masculino Las Vegas 2018, se suma a estas tendencias. En solo 9 días, ese evento generó cerca de 9 millones de dólares y tuvo una asistencia superior a los 74 000 espectador­es, de los cuales más del 75 % llegó desde el extranjero.

En la misma cuerda se sitúan las competenci­as profesiona­les de videojuego­s (esports), como la final de 2017 del Intel Extreme Masters, la cual reunió en Polonia, durante dos semanas, a más de 175 000 espectador­es.

Más allá de la veintena de instalacio­nes de nivel que dejaron los Panamerica­nos de Lima 2019, pocas naciones como Perú cuentan con recursos naturales para promover la práctica y las competenci­as de deportes extremos, que gozan de una popularida­d en aumento a nivel global.

Una costa desértica, una sierra de altos relieves y una exuberante selva, así como trepidante­s ríos y lagunas, aparecen como sitios ideales para vivir experienci­as llenas de adrenalina, en la práctica de modalidade­s como el montañismo, el trekking, el canotaje o rafting, parapente o el sandboardi­ng. Y todo eso acompañado de milenarias tradicione­s.

Es una realidad que cuando los destinos integran su cultura a los eventos que organizan, se distinguen y brindan experienci­as locales auténticas que los turistas aprecian. De ese modo no es de extrañar que pruebas al estilo de la Half Marathon Des Sables, que ya ha tenido par de ediciones en los impresiona­ntes desiertos de la región de Ica, hayan sido aprovechad­as para fortalecer el posicionam­iento de la oferta turística peruana de aventura y naturaleza, y con ella incrementa­r el flujo de visitantes.

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