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«FERROCARRIL» RUSO-CUBANO «marcha a todo TREN»
PROYECTO DE LARGO ALIENTO PARA REHABILITAR LA INFRAESTRUCTURA FERROVIARIA DE CUBA. SE DOTARÁ CON NUEVO EQUIPAMIENTO Y TECNOLOGÍA DE LA FEDERACIÓN RUSA
Larga y estrecha, Cuba, la Isla Grande del Archipiélago, fue hecha para el ferro-carril. Es el medio de transporte más eficiente de su economía desde tiempos «in-memoriales». Se convirtió en el séptimo territorio del mundo en hacer «caminos de hierro». Fue allá por 1837, de manos de la caña de azúcar.
Su infraestructura y parque ferroviario, sin embargo, ha venido a menos en los últimos 30 años, cuando la escasez de financiamiento condujo a una falta de man-tenimiento a las vías y a las instalaciones, y a grandes limitaciones para adquirir piezas y material rodante nuevo.
El déficit fue paliado en parte por acuerdos con China y en menor medida con Francia. Pero no ha sido hasta ahora, con el reforzamiento de las relaciones con la Federación Rusa, que el ferrocarril cubano parece renacer.
Se trata de un proyecto de largo aliento dirigido tanto a la rehabilitación de la in-fraestructura ferroviaria isleña como a la dotación a esta con los legendarios equipamientos rusos, ahora con las innovaciones tecnológicas de la sociedad global.
DEL PROYECTO AL HECHO
El proyecto de rehabilitación y modernización de la infraestructura ferroviaria de Cuba con la colaboración de la Federación Rusa prevé casi duplicar la capacidad del transporte de carga y casi triplicar la cantidad de pasajeros, así como aumentar la seguridad y velocidad de los trenes.
El contrato entre la compañía estatal Ferrocarriles de Rusia y la Unión de Ferro-carriles de Cuba contempla rehabilitar más de 1 000 km de vías y los sistemas de señalización y de protección de pasos a nivel de la Línea Central.
Incluye, entre otras acciones, obras en ramales como los de Santa Clara-Cienfuegos y el nudo ferroviario de La Habana; la reconstrucción de instalaciones vinculadas al ferrocarril; la capacitación del personal y la reparación de puentes.
Con técnica, materiales, tecnología y equipamiento de producción rusa, y a tra-vés de créditos del país euroasiático, el valor del contrato supera los mil millones de euros y tiene un plazo de implementación de diez años.
Los trabajos serán liderados por la compañía subsidiaria de Ferrocarriles de Ru-sia, RZD International, y participarán empresas cubanas de la construcción y de los ferrocarriles.
A TODO TREN
El «tren ruso-cubano», empero, carga más. Los convenios incluyen la adquisi-ción de 75 locomotoras de mediano porte fabricadas por la icónica compañía SI-NARA. A inicios de 2020 ya estaban en la Isla más de 40 equipos diesel TGM-8 y TGM-4, que aquí se emplean mayormente en el transporte de carga.
Con un costo cercano al millón de euros cada máquina, en 2021 deben llegar las últimas pactadas. El acuerdo incluye asistencia técnica, capacitación y manteni-miento de los equipos, así como la reparación de máquinas que han trabajado por largos años sobre los rieles antillanos, a lo cual ayudará mucho la modernización de varios talleres.
No todo queda ahí. Ya «chu-chu-chean» por las líneas isleñas un lote de ferro-buses diseñados por los rusos a partir de la técnica desarrollada por la Unión de Ferrocarriles de Cuba con base a sus legendarias «carahatas», pintorescas ma-quinillas de pasajeros que han recorrido por casi cien años la campiña cubana, especialmente por el centro del país.
También se han adquirido de fabricantes rusos silocementos, planchas comer-ciales y otro material rodante. Para los próximos años se estima adquirir de Trans-mashholding locomotoras para el transporte de pasajeros y cargas. Están en pla-nes, además, tolvas, coches, vagones...
Como dicen los cubanos, la colaboración ruso-cubana en materia de ferrocarriles —y mucho más— «marcha a todo tren».