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Tatuajes: estética y salud
Tattoos: aesthetics and health
La decoración del cuerpo humano hoy día supone un nuevo concepto del tatuaje, ampliamente extendido entre la población mundial. El término tatuaje se refiere a la pigmentación de la piel accidental o adquirida voluntariamente por inyecciones de tintas insolubles u otras sustancias en la dermis; por lo general lo realiza un tatuador profesional quien introduce el pigmento mediante la utilización de agujas metálicas y descartables.
Existen diferentes tipos de tatuajes como los traumáticos, cosméticos y decorativos. A su vez, pudieran ser permanentes, si se introduce el pigmento hasta la dermis, o temporales, si se queda a un nivel más superficial, en la juntura dérmico-epidérmica.
Los tatuajes cosméticos generalmente suelen ser temporales y se emplean como maquillaje permanente para delinear ojos, labios o cejas.También se han utilizado de forma terapéutica para marcar zonas para radioterapia, corregir dermatosis como la alopecia areata o ciertas malformaciones vasculares.
Las complicaciones tras la realización de tatuajes depende de la experiencia del tatuador, de las condiciones higiénicas y de los cuidados posteriores. Sin embargo, algunas de estas complicaciones son impredecibles y dependen de factores intrínsecos del propio paciente. Las más comunes suelen ser infecciones bacterianas y virales (herpes y verrugas), cicatrices y queloides, reacciones inflamatorias alérgicas generales (rash, urticaria, anafilaxis) o locales (hiperqueratosis excesiva, ulceración y reacción de sensibilidad cruzada) asociada a la toxicidad de alguno de los pigmentos (rojo,verde, azul, violeta, rosa, amarillo y naranja) siendo el color rojo el que más se inflama.
En el caso de tatuar la zona lumbar, se imposibilita la aplicación en un futuro de la anestesia epidural y no se recomienda tatuarse a personas alérgicas al níquel, que padezcan vitiligo y psoriasis, las mujeres con patologías que retrasen el proceso de cicatrización como la hemofilia, la diabetes o las dermatitis.
Las afecciones dermatológicas son un problema muy frecuente en viajeros, especialmente en destinos tropicales o subtropicales.
Se debe evitar la realización de tatuajes en los días cercanos al viaje, usar pantalla y/o filtro solar, prevenir las picaduras de insectos y las eventuales lesiones cutáneas.
Además, debe tener en cuenta las condiciones ambientales del sitio al que se dirige, pues existen factores externos como las radiaciones solares, la humedad y la temperatura, entre otras, capaces de modificar el tatuaje e incluso traer complicaciones al mismo.
Las reacciones por factores externos son originadas principalmente por las radiaciones ultravioleta del sol que puede dar prurito y dolor. El bronceado funciona como una película de color y dependiendo de la profundidad que haya alcanzado en las capas de la piel y el tono de la misma, los tatuajes cambiarán perdiendo brillo y vitalidad en los colores. Esto puede atribuirse a que ese daño a la piel desencadena la respuesta inmune del cuerpo capaz de degradar las partículas de tinta, efecto similar a la eliminación de tatuajes con láser. Las tintas de color ama¬rillo son las más fotosensibles por contener mayoritariamente sulfuro de cadmio, el cual al reaccionar con la radiación provoca fotodermatitis. No obstante, las tintas blancas suelen transformarse en amarillo o naranja y, estos últimos, se tornan de color marrón.
La excesiva humedad y altas temperaturas favorecen los procesos infecciosos, dado que las bacterias tienen sus temperaturas óptimas de crecimiento a 50-60 ºC si son termófilas. El agua del mar, el lago, el río, el jacuzzi o la piscina son enemigos del tatuaje durante su curación por el uso de agentes químicos y por la contaminación en medios naturales del agua.
Lo primordial es conocer cómo cuidar los tatuajes durante un viaje y el modo de protegerlos. Nunca se deben exponer los tatuajes al sol sin llevar protector y, si se tatúa en el lugar de visita o se viaja con uno realizado recientemente, debes seguir todo el régimen de cuidado posterior, protegerlo del polvo, la suciedad, la lluvia y el viento, así como mantener una higiene e hidratación correctas.