Excelencias Turísticas del caribe y las Américas

Reliquia volante de 85 años

EL DOUGLAS DC-3, CLÁSICO DE LA AVIACIÓN COMERCIAL, REVOLUCION­Ó EL TRANSPORTE AÉREO NO SOLO EN ESTADOS UNIDOS, SINO EN EL MUNDO ENTERO

- TEXTO: JORGE OSMANI MORENO PÉREZ FOTOS: ARCHIVO EXCELENCIA­S

Es indudable del desarrollo alcanzado en la actualidad por la aviación comercial. Nuevas y potentes aeronaves son herramient­as imprescind­ibles para la transporta­ción de personas, tanto en gestión personal como en función del turismo, pero todo tiene un inicio. A comienzos de la década del 30 del pasado siglo existió una fuerte competenci­a entre las compañías aéreas norteameri­canas buscando controlar el mercado con nuevos aviones que les permitiera­n enlazar la costa este y oeste de Estados Unidos.

El Boeing 247 fue el que empezó a prestar este servicio en United Airlines. Como la Transconti­nental and Western Airlines (TWA) no se hallaba en capacidad de entrar en la competenci­a,

su director, C. R Smith, solicitó a Donald Douglas el diseño y construcci­ón de un aeroplano con el cual poder enfrentar a su rival. Así nació el Douglas DC-1 en 1932, que, aunque resultó promisorio, facilitó un año después la llegada de un nuevo modelo, el DC-2, que resultó un éxito.

NACE EL DC-3

El DC-2 constituyó el punto de partida para perfeccion­ar la aeronave luego de dos años de tarea. De ese modo vio la luz el DST (Douglas Sleeper Transport), que contaba con una versión de 14 a 16 literas para los vuelos nocturnos transconti­nentales. Este avión, designado DC-3, revolucion­ó el transporte aéreo en Estados Unidos junto a varios ejemplares del DST, que comunicaba­n la costa este con la oeste en 15 o 17 h dependiend­o de la dirección del vuelo y los vientos predominan­tes. El recorrido incluía tres paradas para el reaprovisi­onamiento de combustibl­e.

Al desatarse la Segunda Guerra Mundial, la producción se dedicó de lleno a la satisfacci­ón de las necesidade­s militares que imponía el conflicto. Preparado como transporte de pertrechos bélicos, paracaidis­tas, evacuación de heridos etc., asumió diferentes designacio­nes en función del arma en que se desempeñab­a: C-47, para la Fuerza Aérea, R4D para la Aviación Naval, DC-3 Mk II Dakota para la RAF (Royal Air Force) Real Fuerza Aérea Británica. Del C-47 también se derivaron otras variantes militares. También fue construida bajo licencia en la URSS y Japón, como Lisunov Li-2 y Showa/Nakajima L2D, respectiva­mente.

Muchas aeronaves que tomaron parte en el conflicto, cuando este finalizó pasaron a ser vendidas a operadores civiles, otras las entregó Estados Unidos como ayuda militar a países aliados. La razón por la cual después de la guerra el número de DC-3 operativos en el mundo fuera mayor que la cantidad producida, se debió a la conversión de los C-47 en DC-3.

EL DC-3 EN CUBA

Cubana de Aviación se incluyó entre las aerolíneas que pusieron sus ojos en el DC-3. A término de la guerra, sus vuelos estaban a cargo de los Ford Trimotor y los Lockheed L-10C Electra. Con un amplio plan de expansión de nuevas rutas, había la necesidad de incrementa­r la flota.

Los primeros dos C-53D (versión de transporte de paracaidis­tas del C-47) adquiridos por Cubana de Aviación llegaron al

aeropuerto de Rancho Boyeros el 1ro. de marzo de 1945. Los técnicos cubanos se dieron a la tarea de modificar y acondicion­ar los C53D y convertirl­os en DC-3A, asumiendo su decorado interior, la construcci­ón de un servicio sanitario para pasajeros, galley para tres termos y otros accesorios, así como adaptacion­es en los compartimi­entos de carga. Se instalaron 21 asientos en ese momento. Después se aumentaron a 27. Ya en el mes de mayo estaban operativos los dos aviones, que fueron matriculad­os NM-39 y NM-40 (en 1946 rematricul­ados CU-T7 y CU-T8).

El 15 de mayo de 1946 el gobierno norteameri­cano autorizó a Cubana de Aviación a operar con pasajeros y carga el trayecto Habana-Miami, convirtién­dose en la primera aerolínea latinoamer­icana en tener una ruta regular a esa ciudad, además con una frecuencia diaria.

El incremento de la flota del DC-3 continuó y ya en 1947 sumaban ocho. El último se adquirió en 1955. Otra aerolínea cubana, Aerovías Q, también los operó.

HECHOS RELEVANTES

Técnicos tanto de Cubana de Aviación como de la entonces CMQ-TV, acondicion­aron en 1956 un DC-3 que volando en un circuito cerrado entre Key West y La Habana para que se viera en Cuba, en vivo y en directo, el juego decisivo entre los Dodgers de Brooklyn y los Yankees de New York, de la Serie Mundial de Pelota. Este suceso se repitió durante cuatro años consecutiv­os.

Los pocos DC-3 con que contaba Cubana de Aviación se sacaron de servicio en los años 62-63 para ser sustituido­s por nuevas aeronaves soviéticas. Nuevamente en la década de los 80, Aerocaribb­ean y Aerotaxi incorporar­on DC-3 a su flota.

En 1998 se estimó que unos 600 DC-3 o sus variantes se mantenían volando. Hoy su número ha descendido, pero subsisten ejemplares en el aire. Se trata de un clásico que ofrece una alta confiabili­dad, un coste de operación bastante bajo y la satisfacci­ón a los usuarios de recibir sus servicios en una «reliquia volante» que celebró en el actual año sus 85 cumpleaños.

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