Excelencias Turísticas del caribe y las Américas
Cuba herida por muerte de Leal
LA MUERTE DEL HISTORIADOR DE LA CIUDAD DE LA HABANA, EUSEBIO LEAL SPENGLER, VÍCTIMA DE CÁNCER, ESTREMECE A LOS CUBANOS TODOS
La muerte del Historiador de la ciudad de La Habana, Eusebio Leal Spengler, víctima de cáncer, estremece a los cubanos todos: los que habitan en la capital de la Isla, los que lo lloran en la isla mayor y en la de la Juventud; los que permanecen en su tierra natal, los que lo admiran desde la lejanía.
Falleció el 31 de julio, a los 77 años de edad, en su patria chica, el artífice de la restauración de La Habana, el hombre preclaro. Tanto lo amó Cuba, que el Presidente de la República decretó duelo oficial, desde las 00:00 horas hasta las 12:00 de la noche del 1ro. de agosto de 2020, día doloroso en que el estandarte nacional se izó a media asta en los edificios públicos e instituciones militares.
Al cierre de esta edición 179 de la revista Excelencias Turísticas del Caribe y las Américas, aún se desconocía la fecha exacta en que se organizarán los funerales de quien naciera el 11 de septiembre de 1942. Sin embargo, su pueblo necesitaba expresar de inmediato su dolor por la pérdida física del doctor en Ciencias Históricas de la Universidad de La Habana, máster en Estudios sobre América Latina, el Caribe y Cuba, especialista en Ciencias Arqueológicas.
Muchos capitalinos, sobre todo los habitantes de La Habana Vieja, no lograban contener las lágrimas, como la mujer de 74 años que sitió
la partida del hombre «de ideas grandes, muy humano, sincero, cordial y preocupado, que ayudó en todo lo que pudo».
Más de medio siglo lleva esta anciana transitando las calles de Eusebio. «Él me sacó de la “cosa” donde vivía, que estaba derrumbándose, y me dio una casa digna completamente amueblada», expresó agradecida.
En la Plaza de Armas un grupo de jóvenes con flores en las manos ha decidido hacerle su homenaje. Son estudiantes del Colegio Universitario San Gerónimo de La Habana, quienes se dieron cita para hacerle guardia de honor en el Palacio de los Capitanes Generales (Museo de la Ciudad), justo en el banco donde Leal solía sentarse.
«Es muy grande el legado que nos deja. Tuve la oportunidad de escucharlo. En él se resumía todo el civismo necesario, heredado de su antecesor, para emprender una obra como esta, sin vanidad ni falsa expectativas, preocupado no solo por salvaguardar sino también por preparar a las nuevas generaciones», declaró Lisandro Maturel.
«Nosotros tenemos la responsabilidad de darle continuidad a su obra. La enseñanza está. Ahora toca seguir sus pasos. Sabíamos que estaba enfermo, pero la noticia igual nos impactó», admite Maturel.
A la entrada de una de las residencias protegidas para personas de la tercera edad, sin aparo filial y con problemas de vivienda, creadas por Eusebio para darle protección a los más necesitados, encontramos a Yudisley Santos Ramos, administradora del hogar. «Leal siempre venía aquí a hablar con los abuelos, sentía espacial cariño por ellos. Dejó de hacer su vida para ayudar a los demás».
Jorge Hernández, vecino de la calle Cuba y trabajador jubilado de la construcción, igual recuerda con cariño a este ser único que se fue hacia la luz. «Saludaba a todos sin excepción. Hace falta que su sucesor sea como él, que ayude al pueblo y camine a su lado. Cuando una persona es buena no se le puede olvidar. Más si deja una obra gigantesca como la suya».
En la mente de muchos estará por siempre el ilustre Eusebio Leal, aquel que cuando se le preguntó cómo quería ser recordado, respondió que como «el hombre que tuvo una iluminación personal que le indicó no cruzarse de brazos cuando otros fueron proclives al olvido. Un hombre que defendió con denuedo la unidad de la nación, como una perla de nuestra cultura. Alguien que ni siquiera en tiempos apocalípticos renegó del componente utópico, de ese sentido tan propio del espíritu romántico, absolutamente consciente de que, como suelo decir, la mano ejecuta lo que el corazón manda».