Excelencias Turísticas del caribe y las Américas
Con mascarilla entre costa y montañas
A PESAR DE LA PANDEMIA, LOS PEREGRINOS SIGUEN RECORRIENDO LA RUTA DE PEREGRINACIÓN MÁS ANTIGUA Y FAMOSA DEL MUNDO, CONSCIENTES DE QUE ASÍ GARANTIZARÁN UNAS VACACIONES INOLVIDABLES
Lejos están todavía los números de Compostelas (documento que acredita que los peregrinos lograron su objetivo) entregadas en comparación con igual fecha del año anterior, cuando se analiza la cantidad de personas que se propusieron llegar a la Catedral de Santiago de Compostela, siguiendo las tradicionales rutas de peregrinación cristiana de origen medieval conocidas como el Camino
de Santiago. ¿La razón? El 2020 ha sido un año de pandemia, el año de la COVID-19.
De hecho, el nuevo coronavirus fue la causa de que cerrara el Camino de Santiago hasta este 1ro. de julio en que, tomadas las medidas de seguridad, los fieles a esta tradición retomaron las diferentes rutas (el Camino Francés, el Camino Portugués, el Camino Inglés, el Primitivo, el del Norte…) que conducen a Santiago de Compostela.
Ello indica que no solo la Catedral ya está lista otra vez, sino también la Oficina
de Atención al Peregrino y la mayoría de los albergues, tanto públicos (la Xunta de Galicia ha creado una página web donde se puede consultar la disponibilidad de estos) como privados, aunque siempre será importante informarse bien antes de partir, llamar a los teléfonos que sea necesario y si es posible hasta reservar. Igual Excelencias le recomienda tener en cuenta los protocolos para obtener la Compostela y acceder a la Catedral, además de los avisos de restricción de
movimientos.
Por el momento, hay que prestar atención en algún que otro punto del Camino Francés, el de la Lana, y el de Santiago de Castellón-Bajo Aragón. El Camino del Norte, sin embargo,
ese maravilloso viaje entre costa y montañas, permanece en perfectas condiciones.
Menos masificado que la vía francesa, el Camino del Norte parte de Irún y recorre toda la costa astur-galaica, pisando suelo gallego en Ribadeo. Luego, en Oviedo, el sedero se bifurca en dos, pero el Camino primitivo, que va por el interior, es mucho más corto.
SIGUIENDO LA COSTA CANTÁBRICA
También nombrado Camino de la Costa al transcurrir por la costa cantábrica, el del Norte resulta uno de los históricos, más apegados a lo espiritual, que llevaban hasta el sepulcro del apóstol. Tomado por lo general después de que se ha transitado el Francés, de orografía más bondadosa, este en unas ocasiones acerca al mar (y pone en contacto con asombrosos acantilados y playas), y en otras se desarrolla tierra adentro.
PAÍS VASCO
Disfrutar el País Vasco, vagando por territorios montañosos, es una de los grandes regalos que brinda el Camino del Norte, nombrado por parte de la UNESCO como Patrimonio Mundial. Todo inicia en la provincia de Guipúzcoa, fronteriza de Irun, con una etapa que se puede dividir en dos partes: por el Monte Jaizkibel hasta Pasajes de San Juan; y por el Monte Ulía hasta San Sebastián.
Esta magnífica travesía colocará ante los ojos, joyas tanto históricas como arquitectónicas, paisajísticas... Una de ellas es la iglesia de Nuestra Señora del Juncal, que alberga una réplica de la homónima Virgen, importante obra románica del siglo XII y considerada la más antigua de Gipuzkoa. También habrá que admirar la fortaleza de Carlos V, el Santuario y el Fuerte de Nuestra Señora de Guadalupe; la ermita Santa Ana, en Pasajes de San Juan; el Faro de la Plata... y, por supuesto, la encantadora ciudad de Donostia, con sus templos religiosos, su centro antiguo y el museo de San Telmo.
Si se asume el recorrido durante el verano, hay que tomar en consideración que en esa época del año Zarauz se convierte en la segunda ciudad de Guipúzcoa en número de habitantes tras su capital, San Sebastián, otra urbe colmada de gracia. A unos 15 km de Donostia y la afamada urbe que da nombre a un prestigioso festival de cine, esta villa turística invita a ver lugares como la que fuera residencia de Isabel II, el Palacio de Narros, construido en 1536 y delimitado por un llamativo jardín inglés; la Casa Portu, muy al estilo vasco del siglo XVI, en la actualidad sede del Ayuntamiento;
Menos masificado que la vía francesa, el Camino del Norte, ese maravilloso viaje entre costa y montañas, permanece en perfectas condiciones para ser transitado por los peregrinos
El Camino del Norte parte de Irún y recorre toda la costa asturgalaica, pisando suelo gallego en Ribadeo. Luego, en Oviedo, el sedero se bifurca en dos
y la Torre Luzea, castillo del gótico militar que data del siglo XV.
La fantástica Vizcaya, una de las tres provincias españolas que componen la comunidad autónoma del País Vasco, se inserta asimismo al Camino del Norte. Al igual que Bilbao, ciudad cabecera, se torna irresistible, Gernika, con su cúmulo de cultura, historia, naturaleza y gastronomía, resulta una parada obligatoria en todo buen viaje a Euskadi. La tierra atrozmente bombardeada por las fuerzas aéreas alemanas e italianas durante la Guerra Civil española, crimen que el gran Pablo Picasso testimonió en su inmortal lienzo, es la que hoy puede mostrar la Casa de Juntas, una de las pocas edificaciones que sobrevivieron al siniestro, y el simbólico Árbol de Gernika, el viejo roble plantado en su jardín (allí también crece su sucesor) y que ha sido cuidado de generación en generación. Habrá que probar los sabrosos pintxos antes de marcharse de Gernika tras haber paseado por su centro urbano.
CANTABRIA
La próxima gran región a descubrir será Cantabria, otra de las comunidades autónomas españolas. Distante a 108 km de Bilbao, se encuentra su capital, Santander, la cual muestra con orgullo atractivos turísticos como la Península de la Magdalena y la playa del Sardinero, invita a comer marisco en el Puerto y a navegar en barco para se pueda apreciar desde las aguas la hermosura de esta ciudad costera. Antes de pisar Santander los peregrinos de seguro hicieron
escalas en localidades como Castro Urdiales y Santillana del Mar, y atravesaron los conocidos valles de Liendo y Güemes.
ASTURIAS
Llanes, Ribadesella y Luarca son tres poblaciones marineras que indican que se avanza por Asturias. El olor a mar indica que se ha llegado Llanes, un sitio muy próximo a los Picos de Europa, de extraordinarias playas, riquísima gastronomía y un puerto que arranca suspiros, especialmente en aquella zona donde yacen los bloques de hormigón rectangulares que lo protegen pero constituyen una obra del pintor Agustín Ibarrola.
A Ribadesella no le es suficiente su río Sella, que surca el corazón de la villa, sino que convoca al mundo por el Descenso Internacional del Sella, la prehistórica Cueva de Tito Bustillo, declarada por la Unesco Patrimonio de la Humanidad; los seis paneles de cerámica del afamado dibujante y humorista gráfico Antonio Mingote en el paseo de la Grúa, el Mirador y capilla de Guía, la playa de la Atalaya... Luarca, por su lado, todavía hoy luce espléndida todo lo que ganó durante ese pasado en que fue importante puerto pesquero desde la Edad Media: antiguos barrios, restos de una fortaleza, puentes, palacios, casas blasonadas...
Por último, vendrá el tramo gallego con no pocos aspectos culturales con los cuales sorprender, empezando por el pueblo de Lourenzá, donde se levanta el monasterio de San Salvador, sin dejar de mencionar la localidad de Mondoñedo, con su catedral de Santa María, y, sobre todo, el extraordinario monasterio de Sobrado dos Monxes.
Como se puede apreciar, el paisaje y la historia que guardan estos parajes convierten al Camino del Norte en una opción muy especial. La distancia que recorre es la segunda más larga, por detrás de la Vía de la Plata.
También nombrado Camino de la Costa al transcurrir por la costa cantábrica, el del Norte resulta uno de los históricos, más apegados a lo espiritual, que llevaban hasta el sepulcro del apóstol