El lastre de la inflación en la economía
La inflación, ya nadie lo duda, es el principal reto con el que tiene que lidiar la economía española en los próximos meses. A pesar de que por el efecto escalón en la comparación la evolución de los precios debería empezar a moderarse a partir del mes de septiembre, las alertas no pueden sonar con más fuerza. El dato del INE conocido ayer, con un crecimiento de la inflación del 10,8% en el mes de julio (6,1% la subyacente), en plena campaña turística, es el más elevado desde 1984. Cada vez hay más productos aquejados por la espiral de precios que arraigó a partir de los energéticos. La pérdida de competitividad con la eurozona, donde suben los precios un 8,9%, y con las otras grandes economías del euro (Alemania registra un incremento del 8,5%, Francia del 6,8% e Italia del 8,4%), se mantiene. Estas perspectivas son las que hacen que el buen dato registrado en la contabilidad nacional del segundo trimestre no dispare el optimismo. El crecimiento del PIB del 1,1% se fundamentó en el aumento del consumo de los hogares, donde el impacto de la inflación en los próximos meses va a ir dejando huella. Así que los temores sobre lo que pueda ocurrir después del verano, cuando concluya una excelente campaña turística, están más que justificados, a pesar del buen dato conocido ayer.
Tanto la patronal CEOE como la Cámara de Comercio de
España avisaban ayer de que la fortaleza de este dato no se va a mantener en los próximos meses, donde impactará la inflación, los cuellos de botella y el endurecimiento de la política monetaria. Un momento de enorme incertidumbre, donde la situación energética va a tender, además, a ir a peor con los cortes de gas procedentes de Rusia que se dan por descontados y con las medidas de ahorro que se están implantando en todos los países y que el Consejo de Ministros aprobará el lunes. El actual momento de fuerte volatilidad hubiera necesitado de un discurso por parte del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, muy distinto al que empleó ayer para hacer balance del curso político. Dicho balance estuvo plagado de críticas a empresarios y a la oposición del Partido Popular, por discrepar de medidas como los nuevos impuestos a banca y eléctricas presentados el jueves. Cuando se está reclamando un pacto de rentas y se hace apología del diálogo de forma recurrente, no parece que este sea el discurso necesario para lograr grandes –y por otro lado necesarios– consensos.
Los empresarios avisan de que la evolución de la economía se va a deteriorar