El Gobierno avanza en Indra
La crisis en el gobierno corporativo de Indra tendrá su siguiente capítulo en la junta extraordinaria convocada para octubre, que debe nombrar a seis nuevos consejeros independientes cuyos nombres han sido propuestos esta semana por el comité de nombramientos, formado por los dos únicos consejeros independientes y el representante de la Sepi. La sociedad vio cuestionadas sus prácticas de gobierno corporativo cuando la junta del 23 de junio cesó por sorpresa, y sin estar incluido en el orden del día, a cinco consejeros independientes con el voto favorable del 37% del accionariado –formado por la Sepi, Sapa y Amber–, lo que llevó a una sexta consejera independiente a dimitir también y a un séptimo, Ignacio Martín, a anunciar su salida en otoño. La CNMV requirió información a Indra por los ceses, señalando su presidente, Rodrigo Buenaventura, que “lo que ha pasado es llamativo y preocupante”, pero manteniendo reserva respecto de si entraba o no en la categoría de acción concertada y señalando que habría que analizar cómo la compañía recompone su consejo. Exconsejeros independientes denunciaron en julio una concertación en Indra para que el Gobierno tomara el control, aunque la CNMV sigue sin pronunciarse sobre el asunto, a la espera de ver cómo se reconstruye el consejo. Indra ya ha elegido seis consejeros independientes, con reconocida experiencia en el sector tecnológico y en la gestión. Ahora se ha entrado en una nueva dimensión, dado que Amber, afín a las posturas de la Sepi, ha recibido autorización para elevar su participación al 9,9%. Como consecuencia, el bloque que apoya la estrategia del Gobierno tendrá cerca del 46%, dado que tanto la Sepi como la empresa de defensa Sapa han aumentado sus posiciones. Ello aseguraría que la junta apruebe los nombramientos. Es deseable que Indra deje atrás los sobresaltos en su gobierno corporativo y se estabilice, por el interés de los accionistas y por el carácter estratégico de la compañía de defensa y tecnología. en boga a día de hoy entre el capital riesgo– es, cuanto menos, cuestionable. El grupo genera mucha caja y la previsión de ebitda para este año asciende a 50 millones de euros. Esta cifra dispara la eventual valoración de Pachá hasta los 500 millones de euros, frente a los cerca de 300 millones a los que entró Trilantic. La operación demuestra que el sector del capital riesgo permanece activo en España pese al complicado contexto macroeconómico actual. El avance de la inflación, las subidas de los tipos de interés y la crisis energética no han impedido que esta semana Magnum Capital haya encarrilado las ventas de Miranza a PAI Partners y OTPP y del grupo hospitalario Virgen de la Caridad a Ribera Salud. Además, Charterhouse está cerca de concretar su regreso a España con la adquisición de Kids & Us. Carlyle, por su parte, negocia con ICG adquirir el fabricante de contrachapado Garnica. Uno de los interrogantes será la capacidad de los fondos a la hora de lograr financiación para cerrar estos acuerdos.