Alemania toma el control de las refinerías de Rosneft
Berlín quiere asegurar el suministro con las tres refinerías que tiene el gigante ruso en el mercado alemán.
El Gobierno alemán ha tomado el control de tres refinerías propiedad de la petrolera rusa Rosneft, la última de una serie de medidas para hacer frente a la crisis energética provocada por la invasión de Ucrania. La medida asegura el futuro de PCK, una refinería propiedad de Rosneft en la ciudad de Schwedt, en el noreste de Alemania, cuyo futuro estaba amenazado por un inminente embargo de la UE sobre las importaciones de petróleo ruso. PCK se encuentra sobre el oleoducto Druzhba, que transporta crudo a unos 4.000 km desde el centro de Rusia directamente a Schwedt.
Los esfuerzos de las autoridades para asegurar suministros alternativos de petróleo para la refinería se vieron complicados por el hecho de que Rosneft es su propietario mayoritario y controla el 54%.
El Ministerio de Economía dijo ayer que colocará a Rosneft Deutschland GmbH y RN Refining & Marketing GmbH bajo la tutela del Bundesnetzagentur (BNA), el regulador federal de energía de Alemania. Eso pone las participaciones de Rosneft en tres refinerías alemanas, PCK en Schwedt, MiRo en Karlsruhe y Bayernoil en Vohburg, bajo el control del BNA.
12% del refinado
Rosneft representa alrededor del 12% de la capacidad de refinado de petróleo de Alemania, lo que le convierte en una de las compañías de procesamiento de crudo más grandes del país, según el ministerio.
La decisión de tomar el control de los activos de Rosneft
tuvo un precedente en abril, cuando Berlín colocó los activos alemanes del exportador ruso de gas Gazprom bajo la tutela del BNA. Los activos, que incluyen la instalación de almacenamiento de gas más grande de Alemania, Rehden, eran propiedad de Gazprom
Germania, que desde entonces pasó a llamarse Sefe.
El paso con Rosneft es el último de una serie de medidas del Gobierno alemán para hacer frente al caos causado por la guerra en Ucrania, que ha llevado los precios europeos del gas y la electricidad a niveles récord. Alemania acusa al Kremlin de “usar como arma” sus exportaciones de energía a Europa al estrangular el flujo de gas a través del gasoducto Nordstream 1 entre Rusia y Alemania. A medida que disminuían los suministros de gas, Berlín tomó medidas para rescatar a Uniper, el mayor importador alemán de gas ruso, que ha estado al borde de la insolvencia. Uniper dijo esta semana que el Gobierno podría elevar su participación por encima del 50%.