Expansión Andalucía - Sábado

De panadería de barrio a líder de masas congeladas

La empresa familiar fundada en 1988 por Pere Gallés se ha convertido en una de las grandes multinacio­nales del sector, con 22 plantas en cinco países de Europa y América.

- José Orihuel.

Pere Gallés Payàs (19312010), hijo del dueño de un molino de trigo y un obrador en Castellter­çol (Barcelona), abrió en los años 60 una panadería en el barrio de la Salut, en Badalona (Barcelona). Lo hizo tras el cierre del negocio familiar y en un momento en el que el sector del pan estaba fuertement­e regulado en España, hecho que condicionó la ubicación del local.

Una vez liberaliza­do el sector, Gallés empezó a comprar otras panaderías a finales de los años 70 y creó la cadena El Molí Vell. Llegó a contar con cerca de medio centenar de locales y basó su éxito en una gama más amplia de productos y en horarios más flexibles.

Inquieto y autodidact­a, Gallés tuvo conocimien­to del incipiente desarrollo de la bollería congelada en Francia y decidió incorporar­la al negocio de El Molí Vell con la apertura, en 1987, de una planta para la elaboració­n de cruasanes en Sant Joan Despí (Barcelona), que fue el germen de Europastry, firma fundada formalment­e un año después.

Pero el panadero-empresario quiso ir más allá y se lanzó a investigar cómo aplicar la tecnología del frío al pan precocido. “Le costó dos o tres años, y en más de una ocasión estuvo a punto de tirar la toalla”, recuerda su hijo, Jordi Gallés Gabarró, actual presidente de Europastry, quien destaca que el fundador de la empresa fue “pionero en Europa” en pan precocido ultraconge­lado.

Bajo la marca Fripan, el negocio de masas congeladas empezó a desarrolla­rse a principios de los años 90 con una nueva planta en Barberà del Vallès (Barcelona), de donde salían cada día miles de baguetes que la compañía suministra­ba, sobre todo, a las panaderías de El Molí Vell y a bares y restaurant­es.

Los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992 fueron un trampolín para Europastry, que se adjudicó el suministro de pan para todos los deportista­s. “Nos dio mucha visibilida­d en la hostelería y nos permitió crecer de forma muy rápida”, señala Gallés.

Este crecimient­o acelerado vino de la mano de socios financiero­s. A mediados de los 90, Dinamia, fondo de capital riesgo de la antigua AB

Asesores, tomó el 20% de la firma. Su entrada permitió financiar el salto al mercado español con una planta en Azuqueca de Henares (Guadalajar­a).

En 1999, lanzó Dots, su propia marca de donuts, que se convirtió en una gran locomotora del negocio internacio­nal, y tres años después compró Frida, empresa catalana del mismo sector. Llegó más tarde la implantaci­ón industrial en el exterior, con Estados Unidos y Países Bajos como baluartes. Europastry fabrica también en Portugal y en Rumanía, el último hito en su proceso de internacio­nalización. En España, ha seguido creciendo con compras, como la de la gallega Ingapan, en 2017. Dos años antes, en 2015, el grupo vendió El Molí Vell y sus otras dos cadenas de panaderías (L’Obrador y Santaglori­a) al fondo Nazca.

Con 22 plantas en 5 países, Europastry facturó 845 millones de euros en 2021 y emplea a más de 5.000 personas.

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 ?? ?? SEGUNDA GENERACIÓN Jordi Gallés Gabarró, hijo del fundador (en la imagen de la derecha), ocupa la presidenci­a de Europastry desde 2010 y trabaja en el grupo desde 1996. El hólding familiar controla algo más del 73% del capital y Gallés posee además una participac­ión directa del 3%.Jordi Morral, CEO, tiene otro 3%, y la firma de capital riesgo MCH, cerca del 21%.
SEGUNDA GENERACIÓN Jordi Gallés Gabarró, hijo del fundador (en la imagen de la derecha), ocupa la presidenci­a de Europastry desde 2010 y trabaja en el grupo desde 1996. El hólding familiar controla algo más del 73% del capital y Gallés posee además una participac­ión directa del 3%.Jordi Morral, CEO, tiene otro 3%, y la firma de capital riesgo MCH, cerca del 21%.

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