El hombre que hizo a Estados Unidos
Como primer secretario del Tesoro, tuvo una enorme influencia y sentó las bases del sistema financiero estadounidense.
La vida de Alexander Hamilton fue tan extraordinaria que inspiró uno de los musicales de mayor éxito de Broadway, ganador de once premios Tony, de un Grammy y de un Pulitzer, y generador de recaudaciones récord.
Detrás del telón surge un personaje de leyenda reconvertido en icono cultural que diseñó lo que Estados Unidos es hoy, la mayor potencia económica internacional. Hamilton es tan querido que el amago de sustituir su rostro por el de una mujer en los billetes de 10 dólares provocó una pequeña revolución social y el Gobierno no tuvo más remedio que dar marcha atrás.
Huérfano desde muy pequeño, Hamilton destacó pronto por su inteligencia y su activismo a favor de la independencia de Reino Unido. Sus dotes militares y su capacidad de liderazgo captaron la atención de George Washington, que le acabó nombrando primer secretario del Tesoro del primer Gobierno de la historia de Estados Unidos.
El modelo
El puesto, equivalente al de un ministro de alto nivel, era de vital importancia para un país devastado por la guerra. Hamilton se dio cuenta de que la recuperación vendría del crecimiento y apostó por un Gobierno central fuerte que asumiera la deuda de los estados. El sistema financiero ideado por Hamilton sigue siendo la base de la economía de Estados Unidos y salió adelante pese a contar con muchos opositores como Thomas Jefferson, que fundó el Partido Republicano en contraposición a las ideas federalistas de Hamilton.
Para dar forma a su modelo de país, basado en la industria, Hamilton impulsó en 1791 la creación del primer banco nacional, destinado a reorganizar la deuda y acuñar una moneda estable. El banco potenció la economía de manera significativa y contribuyó a la
estabilidad financiera pero se mantuvo a flote solo veinte años debido a la aversión estadounidense hacia los poderes centralizados. La Reserva Federal (Fed) no se puso en marcha hasta 1913, inspirada en el modelo que defendía encarecidamente Hamilton pero con una variedad de bancos regionales dentro de un mismo paraguas.
El primer secretario del Tesoro de Estados Unidos fue un hombre polifacético que dejó también una profunda huella en la esfera privada. Ejerció como exitoso abogado y fue el impulsor del Bank of New York, que sigue operando en la actualidad. Además, fundó el tabloide The New York Post, que todavía se mantiene en activo.