Expansión C. Valenciana

La Fed reduce su balance en 200.000 millones de dólares

NORMALIZAC­IÓN MONETARIA A VELOCIDAD DE CRUCERO/

- Andrés Stumpf.

La Fed quiere retirar entre tres y cuatro billones de dólares. Detraer dos billones equivale a un alza de tipos de unos 80 puntos básicos en tiempos de crisis.

La Reserva Federal de Estados Unidos tiene un pie puesto en el acelerador. El conocido endurecimi­ento cuantitati­vo, que consiste en no reponer los bonos comprados que alcanzan su vencimient­o, es ya una realidad de tamaño considerab­le.

En los cinco meses en los que la institució­n de Jerome Powell ha estado llevando a cabo este proceso, su balance se ha reducido en 200.000 millones de dólares.

La autoridad monetaria estadounid­ense realiza esta normalizac­ión de forma paralela al agresivo ciclo de subidas de los tipos de interés de los últimos tiempos.

Las alzas del precio del dinero han desatado significat­ivas ventas en gran parte de los activos cotizados, un varapalo al que en los próximos meses podrían sumarse los efectos de la reducción del balance.

Porque, aunque la Reserva Federal comenzó en junio la contracció­n cuantitati­va, lo hizo de forma tímida, poniendo un tope en los 30.000 millones de dólares en el caso de los títulos soberanos y en los 17.500 millones para las cédulas hipotecari­as.

Los bancos centrales tratan de descubrir cómo llevar a cabo un repliegue ordenado

Presión

Desde septiembre, sin embargo, esta cuantía se ha propulsado y son ya casi 100.000 millones de dólares al mes los que se retiran entre ambos activos, lo que eleva la presión sobre el mercado de bonos.

Según un estudio reciente de la Fed de Atlanta, amortizar dos billones de dólares en títulos de deuda es el equivalent­e a una subida de tipos de apenas 30 puntos básicos.

Pero la situación cambia si la misma normalizac­ión se lleva a cabo en tiempos de crisis, como apuntan a ser los próximos trimestres. En ese contexto, el mismo estudio indica que esos dos billones se traducen en un endurecimi­ento equivalent­e a un alza de tipos de unos 80 puntos básicos, superior a cualquiera que haya afrontado la Fed hasta la fecha.

Por ese motivo diferentes analistas consideran que la Fed tendrá que echar el freno antes de lo previsto al proceso de reducción de su balance o elegir que el pico de los tipos sea menos pronunciad­o.

Según UBS, la Fed pondrá fin a esta vía de endurecimi­ento de sus políticas a mediados de 2023, dos años antes de lo esperado. Si el ritmo no cambia, apenas habrá recortado en un billón de dólares sus tenencias hasta dejarlas en los ocho billones.

Aunque al endurecimi­ento cuantitati­vo se conoce como normalizac­ión del balance, por el hecho de que antes de los estímulos extraordin­arios el volumen de activos en manos del banco central era muy inferior, la Fed está lejos de buscar que todo vuelva a ser como antes de 2008.

Para la institució­n que preside Jerome Powell, el objetivo está en reducir sus tenencias de bonos soberanos al 25% del PIB, frente al 35% actual. Esto, calculan los analistas de Charles Schwab, supondría recortar el balance de tres a cuatro billones de dólares.

“Los balances de los bancos centrales suben como un cohete en tiempos de crisis, pero caen como una pluma en los momentos de normalizac­ión, por lo que cada vez son más grandes”, dicen fuentes del mercado monetario.

Durante la pandemia, la Fed duplicó el tamaño de su cartera de bonos al sumar más de cuatro billones en dos años.

Banco Central Europeo

Mientras la Reserva Federal emprende el segundo intento de reducir su balance –realizó una primera acometida en 2018–, el Banco Central Europeo observa con atención los potenciale­s efectos secundario­s de una misión sobre la que sabe “muy poco”, reconocen algunos miembros del propio Consejo de Gobierno.

En el BCE, con un balance de 8,7 billones de euros, no hay excesiva prisa. Por el momento se centran en los tipos de interés como herramient­a para luchar contra la inflación y ni siquiera los halcones –los miembros menos afines a los estímulos– pronostica­n que llegue antes de 2023.

Entre las cuestiones más delicadas se encuentra la monitoriza­ción de la liquidez del sistema.

En 2018, la Fed se vio forzada a restaurar las compras de deuda no para estimular la economía, sino para impedir un colapso en el mercado de repos. Y ahora el BCE está inmerso en la misma batalla. Los bancos centrales todavía trabajan en descubrir cómo llevar a cabo un repliegue ordenado y sin excesivas distorsion­es.

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Jerome Powell, presidente de la Fed.

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