Alemania avanza en la ‘desconexión’ rusa
Europa puede, y debe, ganar la guerra de la energía. Esa es la consigna que tiene que prevalecer ante la invasión rusa de Ucrania, y la decisión del Gobierno alemán de tomar el control de tres refinerías de la petrolera rusa Rosneft es consistente con la consigna. Las tres refinerías suponen el 12% de la capacidad de refino de Alemania y pasarán a estar tuteladas por la BNA, el regulador federal de energía alemán. En abril, Gazprom Germania, filial alemana del exportador de gas ruso Gazprom, ya quedó bajo la tutela de la BNA, y en agosto Alemania modificó una ley que permite al Gobierno poner bajo tutela temporal a empresas con infraestructuras críticas para la seguridad de suministro doméstico. Por otro lado, en el marco de la diversificación del gas ruso, los países europeos están invirtiendo en unidades flotantes de almacenamiento y regasificación de gas natural licuado (GNL). La Unión Europea tiene previstos 19 proyectos con una inversión de 9.500 millones de euros, y Alemania, que hasta ahora no contaba con capacidad de almacenamiento y regasificación, proyecta siete, tres de ellos este invierno. España, a través de Enagás, goza del mejor posicionamiento dentro la UE: tiene el 44% de la capacidad de almacenamiento de GNL en Europa en seis plantas de regasificación. Este empujón a la posibilidad de importar GNL por transporte marítimo ha abierto una clara ventana de oportunidad para el rápido desacoplamiento energético respecto de Rusia.