Urge poner fin al caos normativo en fiscalidad
Las quejas de los inspectores de Hacienda sobre la inflación normativa que sufre el sistema fiscal en nuestro país a lo largo de los últimos años, que está comprometiendo la seguridad jurídica y la eficacia de la labor clave de estos profesionales, no deben caer en saco roto. La voracidad recaudatoria del actual Gobierno le ha llevado a revisar casi todas las figuras tributarias en busca de aumentar las bases imponibles para poder financiar la apuesta política por disparar el peso del gasto público de forma sostenida. Pero no lo ha hecho a través de una reforma integral del modelo, como sería lo adecuado y así lo instaron los expertos que redactaron el Libro Blanco encargado por la ministra, sino mediante lo que los profesionales de la Agencia Tributaria califican de parches legales. Por eso, los inspectores han denunciado que el sistema está “destrozado” y requiere cirugía urgente. No sólo porque los contribuyentes, sean personas físicas o jurídicas, se ven obligados a digerir una catarata interminable de cambios legales, que llegan incluso a superponerse unos a otros, también porque quienes tienen que poner en práctica esas normas no tienen capacidad para encajar en sus actuaciones las modificaciones que realiza el Ministerio. Para más inri, la batalla política emprendida por el Ejecutivo de PSOE y Podemos contra las comunidades autónomas que han utilizado su capacidad normativa para rebajar los impuestos cedidos, básicamente las gobernadas por el PP, amplifica el efecto negativo de la inestabilidad regulatoria en materia fiscal, lo que mina seriamente la competitividad de nuestra economía.