Expansión Catalunya - Sábado

¿Puede acabar Twitter en manos de Morgan Stanley?

- Por Roberto Casado

Mientras los accionista­s de Google, Facebook y Amazon han sufrido esta semana un fuerte castigo bursátil por los decepciona­ntes resultados de esos grupos tecnológic­os, los de Twitter acaban de recibir 54,2 dólares por cada uno de sus títulos (precio similar a la cotización de hace un año), al ejecutarse la oferta pública de adquisició­n (opa) formulada por Elon Musk sobre la red social.

Esta contrapres­tación fue acordada en abril, justo antes del desplome de las valoracion­es en el índice tecnológic­o estadounid­ense Nasdaq. Los analistas creen que, sin la adquisició­n –de la que Musk se intentó escabullir sin éxito–, las acciones de Twitter estarían un 45% por debajo del nivel de la oferta.

El sobrepreci­o hace que la estructura de financiaci­ón de la opa, aparenteme­nte muy conservado­ra (75% capital-25% deuda), pueda convertirs­e en un dolor de cabeza para los bancos participan­tes en la transacció­n.

Fuentes de capital y deuda

De los 44.500 millones de dólares que supone la compra del 100% de Twitter, 33.500 millones van a ser aportados por Musk y otros inversores que ha reclutado en el proyecto. Entre ellos figuran Sequoia Capital, VyCapital, Fidelity, Brookfield, el fondo soberano de Qatar, AM Management, DFJ Growth, Honeycomb Asset Management, Lawrence Ellison Revocable Trust y Strauss Capital. Pese a la larga lista de compañeros, la principal porción de fondos propios la aporta Musk, que este año ha vendido acciones del fabricante de coches Tesla por 15.500 millones de dólares.

Inicialmen­te, Musk y sus socios iban a poner 21.000 millones de dólares, pero tuvo que ampliar su compromiso al ser cancelada una línea bancaria de 12.500 millones que estaba garantizad­a con las acciones de Tesla.

Tras ese ajuste, 13.000 millones de dólares para la absorción de Twitter correspond­en a la financiaci­ón bancaria, aportada por siete entidades según la siguiente proporción: Morgan Stanley –líder del sindicato bancario y principal asesor de la opa– pone el 26,9% del préstamo a X Holdings, sociedad creada por Musk para la compra. Bank of America, el japonés MUFG y el británico Barclays facilitan un 20,8% cada uno. BNP Paribas presta el 5%, Mizuho un 3,6% y Société Générale un 2,1%.

Sobre la cantidad total de esta financiaci­ón externa, 6.500 millones de dólares correspond­en a un crédito garantizad­o a siete años, con un interés del 4,75% sobre la tasa de referencia interbanca­ria en Estados Unidos. Hay una línea renovable de 500 millones de dólares por 5 años, al 4,5%. Además, hay dos préstamos puentes –cada uno de 3.000 millones de dólares– a un año de vencimient­o. El primero de ellos, garantizad­o, tendría un coste inicial del 6,75% sobre la referencia oficial. El segundo, no garantizad­o, tendrá un interés equivalent­e al 10% sobre la tasa.

Sobre los créditos, en total 10.000 millones tienen como garantía las acciones de Twitter.

La intención de las entidades era haber emitido bonos por los dos últimos tramos de la deuda puente para colocarlos entre fondos de deuda, algo imposible en las circunstan­cias actuales a un precio razonable. También había una aspiración a repartir entre más bancos los préstamos principale­s, o titulizarl­os para su venta en el mercado, algo también descartado ante la cautela actual de los inversores frente al sector tecnológic­o.

Como consecuenc­ia de ello, toda la deuda va a permanecer durante un tiempo en el balance de los siete bancos. Morgan Stanley, el más involucrad­o, asume más de 2.000 millones.

Ajuste de valoración

Si el valor de Twitter se ajusta a la caída del Nasdaq desde abril, la capitaliza­ción sería de unos 25.000 millones de dólares, por lo que la deuda bancaria todavía tiene la protección de un amplio colchón de capital (equity, en la terminolog­ía inglesa). Es decir, en una hipotética reestructu­ración, los accionista­s sufrirían antes que los bancos.

El principal riesgo para los prestamist­as llega porque el aumento de los intereses financiero­s puede poner en aprietos a la nueva empresa de Musk, si no empieza rápido a mejorar los márgenes.

La tasa de referencia interbanca­ria que se utiliza en la financiaci­ón pactada con Morgan Stanley (el sorf, sustituto del antiguo libor) ha subido desde marzo del 0,3% al 3%. Es decir, el principal crédito al añadir su diferencia­l tendrá un coste anual de casi el 8%, y la parte no garantizad­a sube al 13%. En total, los gastos anuales de Twitter por intereses podrían situarse en unos 1.250 millones de dólares, para una empresa con un ebitda de 682 millones en 2021.

Esto puede explicar las prisas de Musk por reducir costes y ganar anunciante­s en Twitter, medidas que impulsaría­n su rentabilid­ad. Si no lo consigue, deberá seguir inyectando capital o afrontar el riesgo de un impago que dejaría la red social en manos de Morgan Stanley y los otros bancos.

 ?? ?? James Gorman preside Morgan Stanley.
James Gorman preside Morgan Stanley.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain