Las dudas sobre el futuro hunden el valor un 7%
La volatilidad se cebó ayer con las acciones de CaixaBank, que se hundieron hasta un 9,18% en el peor momento del día. Acabaron con un descenso del 7,03%, hasta 3,29 euros, en su tercer mayor batacazo del año. Aún suben un 36,33% en 2022. El movimiento se produjo con un reseñable volumen de negocio: cambiaron de manos 33,31 millones de acciones, frente a una media diaria anual de 17,26 millones.
La jornada no fue propicia para que el mercado digiriera positivamente la presentación de unos resultados calificados como sólidos por los analistas, con especial mención a la mejora del margen con clientes y la eficiencia en costes. Prevaleció la resaca por la decisión del BCE la víspera de cambiar las condiciones de TLTRO. CaixaBank dirá adiós a 630 millones de ingresos extra.
Pero también pesaron las dudas sobre la evolución futura del negocio. Los analistas de Citi enfatizan que el banco no ha proporcionado una actualización sobre las expectativas de margen neto de intereses (NII, por sus siglas en inglés) para 2022 tras el BCE.
Además, algunos expertos ponen el foco en algunas señales sobre el capital. Morgan Stanley incide en que la ratio CET1 ha bajado 10 puntos porcentuales con respecto al trimestre anterior, frente a su estimación de una ratio de capital plana. Y los analistas de Jefferies agregan que tiene poco exceso de capital para financiar recompras de acciones adicionales.
Según XTB, en la cuenta de resultados de 2022 comparada con la de 2021 proforma comparable (agregando el resultado de Bankia previo a la fusión y excluyendo los extraordinarios asociados) se ve que el margen de intereses ha caído cuando el resto de sus competidores han vivido aumentos significativos.