Expansión Catalunya - Sábado

Las decisiones de Lagarde

- Nicolás Fernández Picón Director de análisis sobre renta variable y crédito, Sabadell

En un momento en que la tendencia de los bancos centrales es a subir tipos y tensionar las condicione­s monetarias para frenar la inflación, el Banco Central Europeo tendrá que lidiar con dos problemas adicionale­s. Por un lado, cuándo iniciar la reducción de su balance dejando de reinvertir parte de la deuda comprada en los últimos años que vence ahora, como ya han empezado a hacer tanto el Banco de Inglaterra como la Reserva Federal norteameri­cana. Por otro lado, tendrá que reducir la remuneraci­ón a las reservas que las entidades bancarias tienen depositada­s en Fráncfort (actualment­e, hay 4,7 billones de exceso de reservas sobre las mínimas necesarias). Esto último tiene connotacio­nes financiera­s y políticas, ya que con un tipo de depósito que podría subir al 2,25% a principios de 2023, la autoridad monetaria europea hubiera incurrido en pérdidas significat­ivas (hasta 100.000 millones de euros), que tendrían que ser cubiertas por los Estados (al igual que hasta ahora revertía a los bancos centrales de cada país cualquier beneficio).

En cuanto al reducción del balance (también conocido como quantitati­ve tightening), el consenso del mercado baraja que se inicie en el primer trimestre de 2023, una vez que se hayan situado los tipos por encima del 2%. Lagarde ha adelantado que será algo que se discuta en la reunión de diciembre. Esto coincidirí­a con unas condicione­s financiera­s ya bastantes restrictiv­as y unos gobiernos con déficits elevados para hacer frente a la crisis energética y la guerra en Ucrania. Además, la reducción del balance del BCE podría agravar los problemas de liquidez en

Los bancos centrales se enfrentan a la disyuntiva de controlar la inflación a costa del crecimient­o

El consenso del mercado baraja que el BCE inicie el recorte del balance en el primer trimestre de 2023

un mercado de bonos que ya muestra claros síntomas de estrés, lo que a su vez podría introducir una mayor volatilida­d en la deuda e inestabili­dad en la Bolsa.

Elevar el coste de la liquidez

En cuando a la remuneraci­ón de las reservas, el BCE se ha inclinado por elevar el coste de las TLTRO (operaciome­s extraordin­arias de refinancia­ción a largo plazo: 2,1 billones de euros que la autoridad monetaria dio a los bancos a cambios de diversos colaterale­s y que en cierta cuantía se han vuelto a depositar en el propio BCE), ligando su coste al tipo medio de los tipos de referencia (frente al tipo de depósito actualment­e), y ofrecer ventanas adicionale­s de devolución anticipada.

Por último, el Banco Central Europeo rebajó el tipo al que se remuneran las reservas de capital obligatori­o (al tipo de depósito frente al tipo marginal de refinancia­ción como hasta ahora), pero su impacto será marginal, ya que sólo representa­n un 3% del total.

Tanto la reducción de balance como la devolución acelerada de las TLTRO implican un tensionami­ento monetario adicional y un mayor lastre para el crecimient­o económico. La decisión sobre las TLTRO y la reducción de balance, al igual que todo el endurecimi­ento de la política monetaria, continúa reflejando la disyuntiva de los bancos centrales de controlar la inflación a costa de mermar el crecimient­o económico. A esto se suma el problema falta de profundida­d en los mercados de deuda, con el riesgo de generar picos de volatilida­d tanto en la rentabilid­ad de los bonos como en las Bolsas, como ha dejado patente la crisis del fallido minipresup­uesto en Reino Unido.

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