“Aspiro a equivocarme lo menos posible”
En lo que parece que acertó Antonio Sánchez fue en fundar, junto a su padre, Porcisan, empresa que dio origen a un grupo que hoy es proveedor de cerdo blanco de El Pozo, Oscar Mayer, Campofrío o Mercadona, y que es dueño de La Abadía Ibéricos.
“La persona más importante de la empresa es Dori, nuestra cocinera”, asegura Antonio Sánchez Menarguez (Murcia, 1967), sabedor de que es a fuego lento como se cocinan los éxitos en la empresa y de que son ese tipo de detalles los que determinan el futuro de la misma, al menos, la salud de sus empleados. Quinta generación de una familia de tratantes y ganaderos de porcino, Sánchez fundó en 1986, junto a su padre –José Antonio Sánchez Andúgar, fallecido hace poco más de un mes–, lo que hoy es Grupo Corporativo Porcisan, proveedor murciano de cerdo blanco de El Pozo, Campofrío, Oscar Mayer o Mercadona, y propietario de la marca La Abadía Ibéricos.
– Revisemos sus cuentas: en 2021 facturó 99,5 millones de euros; prevé cerrar el año con unas ventas de 105 millones; tiene alrededor de 500 empleados, entre fijos y temporales; produce 700.000 cerdos blancos y hasta 45.000 ibéricos. ¿De verdad Dori es la persona más importante de la empresa?
Es fundamental; ha conseguido que volvamos a la oficina (risas).
– Dan ganas de ir a comer a la sede de Porcisan en Murcia. ¿Cuál es su especialidad?
Las carrilleras de cerdo ibérico, como no podría ser de otra forma, y las espinacas con huevo poché a baja temperatura, que las comimos ayer –estaba en el menú del 17 de octubre, cuando se realizó esta entrevista–.
– Parece un restaurante con estrella Michelin. ¿Producir cerdos exige que te guste su carne?
No se puede vender algo si no te apasiona y a mí me encanta el cerdo. Sobre todo el nuestro, en el que invertimos mucho esfuerzo.
– ¿También le gusta a sus dos hijas? ¿Serán buen relevo generacional?
Las cosas, sobre todo cuando se trata de los hijos, no se pueden forzar. A su madre y a mí nos haría mucha ilusión que continuaran con la empresa porque le hemos puesto mucho cariño a este proyecto, pero para nada tienen que sentirse presionadas. Ellas son dueñas de su destino.
– Y el de sus cerdos, ¿cuál es?
El 80% del negocio lo aporta Porcisan –una de las empresas del grupo y la que dio origen al mismo–, que es proveedora de cerdo blanco de marcas líderes del sector cárnico. Además, hace seis años decidimos entrar en el mundo del ibérico y compraductos. mos un secadero en Guijuelo –ya tiene dos–, así fue como nació La Abadía –del grupo también cuelgan otras compañías, dedicadas desde la reproducción de cerdas hasta la exportación de productos cárnicos–.
– Entremos en temas polémicos: ¿las macrogranjas existen?
En Europa, incluida España, no, porque las explotaciones porcinas están reguladas por las UGM –Unidad de Ganadería Mayor–, que imponen una limitación de volumen. Con una UGM sólo se pueden tener unas 2.000 cerdas. En EEUU o Brasil hay macrogranjas; también en China donde las hay de hasta 20.000 ejemplares. El mercado europeo está muy regulado y deberíamos sentirnos or-*